merceroura

la rebelión de las palabras


1 comentario

Imagina


Imagina que encuentras a alguien que te escucha. Alguien que cuando te mira incluso es capaz de ver tus miedos más allá de tu mirada, de conocer todas y cada una de tus pequeñas debilidades y aceptarlas, de ver tus fortalezas y admirarlas, de saber qué sueñas y alentar tus sueños.

Imagina que esta tarde encuentras a alguien qué dice tu nombre en voz alta orgulloso de pronunciarlo, para que el mundo sepa que está contigo,  con una sonrisa en los labios y un corazón encendido por estar a tu lado. Imagina que esa la persona desea lo mejor para ti  y asume las consecuencias. Que te ama cuando estás y cuando no estás, que te quiere bien y no te encierra, ni te pide que cambies para ajustarte a sus deseos. Imagina que esa persona te deja bailar y soltar, te deja vivir cómo sientes que debes vivir aunque a veces lo haría de otro modo. Que respeta tus silencios y ama tus palabras. Que cuando cometes errores no te reprocha, sino que te anima a darte cuenta de ellos sin hacerte sentir mal y te ayuda a usarlos para no volver a cometerlos. Una persona que te mira y ve toda esa enorme belleza que guardas dentro y que muestras fuera,  que ama tus pecas y tus deliciosas imperfecciones. Alguien que te busca sin obsesionarse, que comparte el camino sin atosigarte y presionarte para que hagas nada que no te apetezca. Que no necesita que seas mejor, sino que solo te pide que seas, que florezcas, que sigas tu música interior y goces de ella y de la vida. Que te notes las ganas de reír y de explorar este mundo, que hagas lo que te sale de las entrañas y no tengas que rendir cuentas a nadie.

Imagina ahora que encuentras a una persona que cuando te levantas por la mañana no te recuerda nada pendiente, que mira tus ojos cansados y enrojecidos y y les da permiso para estar así. Una persona que se acuesta a tu lado cuando estás cansado y no te pide que te levantes, ni que luches, ni que seas nada que ahora no te apetezca pero que está ahí tendiendo la mano para cuando decidas hacerlo, si decides. Porque tiene la certeza de tú gestionas tu tiempos y eres dueño de tus decisiones.

Imagina que encuentras una persona que se ilusiona con tus ilusiones y que también es capaz de estar triste con tus penas, pero que no las hace más grandes ni les da fuerza sino que ayuda a que las comprendas para que se disuelvan.  Imagina que encuentras a una persona que sabe de ti y tu dolor sin que tengas que decírselo, pero que no le importa que se lo digas ni le moleste que te repitas. Que perdone tus momentos de rabia cuando ya no puedes más y tus momentos más bajos. Imagina que encuentras una persona que te deja llorar en paz y te anima para que sueltes esa tristeza sin que te avergüences de ella, sin que la escondas para que te des cuenta que esa emoción también es un material muy valioso para continuar evolucionando y ser la persona que realmente eres.

Imagina que encuentras a alguien a que te estimula para que llegues a lo más alto, pero que no te presiona por si realmente lo que deseas es quedarte en el valle  y no subir la montaña, porque comprende que no necesitas demostrar nada ni ponerte a prueba para nadie. Imagina que encuentras una persona que lame tus heridas,  pero permite que cicatricen. Que te mira y ve más allá de tus acciones cansadas y tus malos momentos, qué sabe animarte en todos los idiomas que necesitas que sepa, pero qué es capaz de comprender que a lo mejor ahora no te apetece. Imagina que encuentras a alguien que te conoce y no se cansa nunca de ti, que no se avergüenza, que no te señala jamás con el dedo cuando se enfada, que no te miente. Que te mira cada día con ojos nuevos,  que se sorprende con tus pequeñas cosas, que te busca las cosquillas cuando necesitas que te busquen las cosquillas y y que ríe contigo cuando tienes ganas de risa.

Imagina que encuentras a alguien que conoce tu pasado y no se pierde en él y que ama todas y cada una de tus dudas y temores.

Imagina encuentras a alguien a quien no tienes que estar sorprendiendo y estimulando siempre,  que te acepta absolutamente tal como eres. Alguien que no se asusta de tu yo más oscuro y que no se siente amenazado, ni deslumbrado por tú yo más brillante. Alguien que no espera que le salves la vida, ni que le diviertas siempre, ni que le saques del pozo o vivas por él o ella. Imagina que ese alguien te hace sentir especial sin tener que hacer nada especial, sólo porque ya eres tú…

lmagina por un instante que encuentras a alguien que no está contigo porque cree que si no estaría solo. Alguien que te escoge entre todos los seres humanos del mundo para compartir este trayecto hermoso y deja que le escojas tú también. Que se siente completamente satisfecho a tu lado sólo por lo que eres sin esperar que hagas nada diferente.
Imagina que encuentras a alguien que sabes que se respeta tanto que nunca gastaría el tiempo con una persona que no le pareciera fascinante.
Imagina que encuentras a alguien que no te reclama lo que no eres y no tienes y tampoco espera que te metas en ninguna carrera para conseguirlo.
Imagina que encuentras a alguien que te ama de forma incondicional y que no busca esconderse de la vida y de sus miedos contigo. Que no te necesita pero te quiere a su lado, que te admira y te valora, que te reconoce.

Imagina que ese alguien eres tú. ¡Qué alegría!

Gracias por leerme… Escribo sobre lo que siento o he sentido y el camino que he hecho hasta llegar aquí (aunque todavía estoy a medio camino de algún lugar). En este camino he aprendido poco a poco a aceptarme y amarme (aún me falta mucho, soy consciente).

Si quieres saber más de autoestima, te invito a leer mi libro “Manual de autoestima para mujeres guerreras”.

En él cuento como usar toda tu fuerza para salir adelante y amarte como mereces y dar un cambio a tu vida… Ese cambio con el que sueñas hace tiempo y no llega.

Disponible aquí 

amazon llibre merce amazon

Si quieres saber más de mí, te invito a entrar en mi web y conocer lo que hago. Acompaño a personas y organizaciones a desarrollar todo su potencial a través del coaching, el mentoring y la Inteligencia Emocional. 

www.merceroura.es 

Tengo un programa para ti para poder tomar decisiones y salir de bucle en que te encuentras. Un entrenamiento para hacer una transformación duradera en tu vida y ver resultados.

Consulta aquí 


9 comentarios

La historia de un amor pequeño y ridículo


marguerite-729510_640

No sé si me quisiste, pero no me importa.

Me acuerdo de que la primera vez que te vi pensé que eras mi imposible. Ahora sin embargo, tu imposible soy yo. No porque yo me eleve por encima del suelo o sepa más que tú de nada, sino porque ya no necesito parches para tapar mis fugas de pánico ni para llenar mis vacíos de amor. Ya no busco salvavidas… Te quise, pero creo que no te amé. Tan sólo soñaba con que alguien como tú se volviera loco con alguien como yo. Tan sólo creía necesitar que me desearas para poder desearme, que me vieras hermosa para poder verme hermosa y decirle al mundo que alguien como tú se había fijado en alguien como yo… Para gritar a pleno pulmón que si tú me veías, había dejado de ser invisible, que si tú me buscabas era digna de aparecer… Como llevar ante sus ojos un distintivo que dijera que por fin había entrado en la categoría de personas maravillosas.

Jugaste con mis sueños y con mi dolor. Deshojaste la margarita por mí mientras yo te permití que me hicieras esperar para ver si era lo que necesitabas… Me metiste en la nevera a esperar un turno que nunca llegaba… Te dejé llevarme en el bolsillo mientras bailabas con princesas de cuento y les tomabas el pelo diciéndoles que eran únicas. Llegué a pensar que cambiarías por mí porque yo nunca pertenecí a tu mundo. Que yo era lo que buscabas para darte cuenta de lo perdido que habías estado jugando con muñecas que no era muñecas… Llegué a pensar que tus palabras de amor eran sinceras y no huecas… Menuda osadía pensar que iba a cambiarte cuando no era ni capaz de mirar en mí y reconocer porque soportaba aquel dolor de tenerte a medias… Porque yo me sentía a medias.

Llegué a necesitar que me vieras para verme y que me sintieras para sentirme. Y ahora, un siglo después, me he dado cuenta. Nunca te amé pero quise que me amaras. Quería verme a través de tus ojos y llevarte prendido en mí para que todos supieran que yo podía… Quería amarme gracias a tu amor, respetarme gracias a tu respeto, sentirme plena cuando tú consideraras que yo te merecía. Yo también fui egoísta, ahora lo veo…

No me lo contaba así, por supuesto. Yo estaba convencida de que eras mi gran amor y que yo era el tuyo. Nunca pensé que yo jugaba a ser digna a través de ti y que tú… Tú sólo jugabas, como juegas siempre porque tanta supuesta perfección te aburre y la rutina te arranca las alas. Y siempre dices que vas a portarte bien pero nunca lo dices en serio ni hace falta.

No supe que te usaba para sentirme valorada, para dibujarme otro yo nuevo y más aceptable. No supe que te veía como el billete de ida al mundo de los que consiguen lo que sueñan… Aunque en realidad es un billete hacia un pozo sin fondo en el que nunca se llega a nada porque supone dejar tu voluntad y despojarte de tu consciencia.

No podemos vernos a través de los ojos de nadie, sólo a través de los nuestros. No podemos amarnos por persona interpuesta ni esperar que la valoración de nadie nos lleve a amarnos a nosotros mismos como merecemos. No hay nada ahí afuera que pueda llenar el vacío de un corazón que no se ama, que no se siente, que no se considera… Nada que cure la herida de no amarse a uno mismo más que uno mismo…

No te buscaba a ti, me buscaba a mí misma en tu mirada. Quería amarme porque tú vieras en mí algo que yo no veía.

Por suerte, fracasamos. Por suerte, la vida, te apartó de mí y me dejó con mi corazón de gruyere roto y deshilachado… Y tuve que coserme yo misma y remendarme porque me di cuenta de que es la única forma. Por suerte no te tuve porque de haberte tenido me hubiera perdido a mí y no sé si hubiera podido encontrarme nunca.

Eso lo veo ahora, cuando me miro y pienso que ni siquiera me sentía bien a tu lado ni quería besos o caricias. Tan solo deseaba que los desearas y ya está. Lo sé, yo también jugué sin saberlo y me dejé enredar en una telaraña de la que solo se sale con vida sin decides dejar de ser la presa.

No te amé, tan sólo quise que me amaras para contarle al mundo que alguien como tú había posado sus ojos en alguien como yo… Ahora que ya me miro yo misma y me noto las esquinas, ahora que me acepto y me siento capaz, no necesito príncipes ni cuentos de hadas… No busco medallas ni tengo nada que demostrar…

No te amé, sólo soñaba con ser la persona que era amada por ti, pero no era real. La real soy yo, ésta de ahora que no necesita sucedáneos de cariño ni milongas absurdas ni frases huecas, porque ya se ama. Ésta que no busca nuevos decorados porque está cómoda en su vida… Ésta que prefiere bailar sola a esperar que nadie le pida que baile y se ha pedido toda la pista…

No sé si me amaste ni que fuera un poco, pero no me importa… Porque yo no te amé nunca, tan sólo intenté amarme a mí misma a través de ti.

Y esto sólo es un recuerdo de la historia de un amor pequeño y ridículo entre alguien que necesitaba aprender a amarse y alguien que no sabía amar a nadie que no fuera él mismo… Ni siquiera fue amor, fue casi casi… Aunque como siempre, no me arrepiento de nada.

Gracias por leerme. Espero que te sea útil para seguir en este camino apasionante y complicado. La verdad es que no es fácil conocerse, respetarse y amarse a uno mismo como merecemos… A mí me ha costado mucho, mucho. 

Si quieres saber más de este maravilloso trabajo de autoestima, te invito a leer mi libro

“Manual de autoestima para mujeres guerreras” un libro para que dejes de pelear por todo y empieces a sentir que las cosas puede fluir.

Disponible aquí 

amazon llibre merce amazon

AMARSE ES UN REGALO PARA TI MISMO, UN FIN Y NO UN MEDIO, UN LUGAR EN EL QUE TE SIENTES COMPLETO Y A SALVO.

Acompaño a personas y organizaciones a a desarrollar su #InteligenciaEmocional con formación, conferencias y #coaching

Escritora y apasionada de las #palabras

Más información sobre mí y sobre mis servicios en www.merceroura.es

Gracias siempre por estar…


16 comentarios

Amor sin amor


Hace un rato me he releído. Era un post de hace tiempo que hablaba de lo que es el amor. Al menos hablaba de lo que era el amor para mí por aquel entonces. Algo que no tiene nada que ver con lo que yo siento que es el amor ahora. Me he perdido en mis palabras y he sentido la angustia de vivir el amor sin amor. Vivir el amor como algo pendiente, como algo que intentas alcanzar y siempre se escapa… Como algo que te deja vacío porque nunca llega. Como una meta a la cuál llegar después de competir o hacer que otra persona se dé cuenta de que hay algo hermoso en ti, de que vales la pena, de que entre toda la maraña de caras y voces escoja la tuya… Es imposible amar así y salir indemne. Es imposible amar con el retrovisor puesto por si te pillan siendo imperfecto y te retiran el cariño, el arrumaco, el roce… Es imposible que el amor que busca la perfección sea amor… 

Por aquel entonces, yo amaba con miedo. Cuando se ama con miedo no se ama, se quiere, se desea, se busca. El amor verdadero es el que sale de dentro. El amor que se siente y se expande. El amor que encuentra a otro ser humano y no le pide que sea de otra forma ni que se ajuste a una horma ni encaje en un molde establecido… El amor no surge de la necesidad de sentirse valorado por otro, ni de que otro ser humano te diga lo que tú no te dices… El amor no es que otro vea en ti lo que no ves. Es hacer el camino para verlo y luego compartirlo, extenderlo, vivirlo y contagiar amor…

water-2725337_1280

No hay amor suficiente en el mundo para llenar un corazón que no se ama a sí mismo. Por mil veces que te digan lo hermosa que eres no servirán de nada si eres incapaz de sentirte hermosa… Por más que te cuenten lo mucho que vales, nunca sentirás tu valor si no te atreves a hurgar en ti y sondear tus rincones más oscuros.

Nos asusta tanto ver la basura que llevamos acumulada en la mochila, las creencias absurdas, los errores acumulados, los miedos enquistados… Y sin mirar esa oscuridad es imposible ver la luz y amarse. Y vamos por la vida buscando a alguien que nos hable  con el cariño con el que nosotros no nos hablamos, que nos cuente quiénes somos, que nos diga lo que creemos que necesitamos oír… Buscamos una amor a medida que chille tan alto lo maravillosos que somos para que no podamos oír nuestra voz interior que pide a gritos que paremos para vaciar el equipaje porque ya no puede más… Buscamos a alguien que nos haga olvidar lo mucho que nos odiamos y detestamos en realidad, el miedo que nos da mirar en nuestro interior y reconocer que nos asusta estar solos y tener que enfrentarnos a nosotros mismos… Buscamos un amarre en cualquier puerto porque nos asusta demasiado seguir a mar abierto y no controlar el rumbo porque somos incapaces de llevar el timón… Porque no confiamos en nuestra capacidad, porque no conocemos nuestras fortalezas, porque no amamos nuestras debilidades ni rarezas… Eso es amor sin amor. Amor con miedo. Un sucedáneo de amor con el que arrastrarse durante cinco minutos o diez años esperando que una ola gigante te arrastre.

No hay nadie ahí afuera que nos vaya a hacer olvidar lo que tenemos pendiente de solucionar dentro de nosotros. Y si lo encontramos, será un parche que acabará recordándonos todavía más el trabajo pendiente… Cada día en su cara habrá un gesto de desaprobación directamente proporcional al desamor que sentimos por nosotros mismos al sentirnos incapaces de cerrar heridas y aprender lecciones.

Buscamos amor donde sólo podemos encontrar desesperación, necesidad, dependencia. Nos ponemos la máscara para que nos amen más y mejor y luego pedimos que nos amen como si no la lleváramos puesta, como si fuéramos auténticos.

Yo vivía el amor como un salvavidas que me evitara entrar en mí, hurgar en mí y vivir mis miedos pendientes y mi angustia acumulada… Necesitaba olvidar lo mucho que me disgustaba a mí misma, lo poco que me aceptaba… Yo vivía el amor con desesperación porque creía necesitar que otro me diera la autoestima y la confianza que yo era capaz de construir para mí… Pensaba que si alguien me amaba de verdad todo iba a solucionarse… Que debía ser perfecta y sería amada… Que el amor llegaría como consecuencia de hacer lo que debía y encontrar mi mejor versión… Pensaba que el amor el otras personas iba a salvarme de mí misma…

El amor siempre es el principio de todo lo bueno y lo hermoso que nos espera cuando lo descubres en ti… El amor es la causa. El amor es el camino. El amor es en antídoto… Pero el amor verdadero, el amor real, el amor que surge en ti para ti y que es tan intenso y gigante que te permite compartir con todos… El amor que no espera nada porque lo es todo. El amor que no necesita porque trae consigo una maravillosa paz…

Para poder amarnos tenemos que sumergirnos en nosotros mismos y ser capaces de hacer lo que hace un siglo que postergamos, mirar lo que nunca nos hemos atrevido a mirar y sentir aquello de lo que hemos estado huyendo siempre…

Sentir nuestro miedo más intenso y perdernos en él para poder observarlo y darnos cuenta de que estamos justo donde necesitábamos de verdad estar… Desnudos ante la vida, vulnerables y a pesar de todo… Maravillosos. Esa es tu grandeza, comprender que sigues siendo tú en el peor momento, vivirlo desde la paz, sentir que lo eres todo incluso cuando no te queda nada… Y en ese momento, surge el amor.

Yo también viví el amor como si fuera un bálsamo precioso que iba a cambiar mi vida… Y era cierto, es verdad, por eso pasé siglos buscándolo ahí afuera, hasta que al atreverme a soltar el equipaje y vivir el miedo y el dolor pendientes me di cuenta de que ya estaba en mí…

Y justo desde ahí, es cuando se ama a otros de verdad, sin dependencia, sin miedo, sin chantaje, sin necesidad… Sin esperar que nadie cambie por nosotros, sin esperar cambiar para nadie más allá de la transformación necesaria que queremos obrar en nosotros mismos…

No hay amor ahí afuera comparable al amor que podemos encontrar en nosotros y compartir. En realidad, no hay amor sin ese amor.

 

Gracias por leerme y compartir. Si quieres saber más de este maravilloso trabajo de autoestima, te invito a leer mi libro

“Manual de autoestima para mujeres guerreras” un libro para que dejes de pelear por todo y puedas usar esa fuerza inmensa que tienes para crear tu propia vida y empieces a sentir que las cosas puede fluir.

Disponible aquí 

amazon llibre merce amazon

AMARSE ES UN REGALO PARA TI MISMO, UN FIN Y NO UN MEDIO, UN LUGAR EN EL QUE TE SIENTES COMPLETO Y A SALVO.

¿Quieres saber más de mí y de mi trabajo?

Acompaño a personas y organizaciones a a desarrollar su #InteligenciaEmocional con formación, conferencias y #coaching

Escritora y apasionada de las #palabras

Más información sobre mí y sobre mis servicios en www.merceroura.es