merceroura

la rebelión de las palabras


1 comentario

Decisiones


No hay filtros para la vida como en las redes sociales.

La realidad es cruda y se nos atraganta, a veces.

Podemos intentar maquillarla para hacerla más soportable o mirar a otro lado para no verla, pero acabamos tropezando con ella y teniendo que asumirla y vivirla.

Podemos mirar a otro lado y fingir que no duele, que no molesta, que no nos entusiasma pero, en el fondo, sabemos la verdad. No podemos evitar amar a quien amamos aunque la incertidumbre de no saber qué siente esa persona nos reconcoma por dentro y el deseo nos atrape. No podemos dissimular ante nosotros mismos el miedo de no saber cómo pagar las facturas, la decepción ante lo amigos y la rabia de no conseguir lo que anhelamos por más que luchemos a veces por ello.

Podemos eludir afrontarlo pero va a estar ahí hasta que decidamos sentirlo y aprender a mirarlo de otro modo para poder transitarlo desde la paz y no solo encontrarle la lección pendiente sino poder transformar la situación, cuando esté en nuestra mano.

Cuanto más retrasamos el momento de aceptar la realidad, más duele, más cuesta, más tozuda se pone para que no tengamos más remedio que afrotarla y sentirla. Para que no nos quede otra que darnos cuenta de lo que pasa y tomar decisiones.

Decidir, a veces, duele inmensamente. Quizás porque cuando decides arrasas con lo que podría haber sido y quemas definitivamente las naves. Porque escoges camino. Porque tomas partido. Porque renuncias a algo que tal vez deseas porque ves que no puede ser y que, en esa deriva del no ser o no ser todavía, te está rompiendo la vida.

Decidir araña porque te supone ser sincero contigo, esa persona a la que siempre le mientes y le cuentas historias falsas para que aguante, para que siga tragando y se conforme con migajas. Porque te has acostumbrado a mendigar y todavía no te valoras suficiente como para creer que mereces algo mejor y más real.

Decidir asusta porque supone arriesgarse al error, a dejar de lado algo que a veces suena dulce y parece hermoso, a favor de algo que tal vez no encandila ni maravilla pero ya es real y se toca.

Otras veces, supone lo contrario. Dejar algo ya tangible, algo que puedes tomar con tu mano y consumir, probar y sentir ahora en pro de otra cosa que no sabes si llegará pero que es, sin duda, mejor para ti

Es dejar lo que duele aunque se ame. Es a menudo soltar lo que se sueña para dejar un vacío que llenar con lo que realmente se necesita.

Y escoger incertidumbre por encima de certeza. Es abrazar la confianza en algo que todavía no existe. Es pensar en tu bien cuando el mundo te pide que te abandones, te rechaces y te dejes para luego.

A veces te pide que sueltes el pájaro en mano y esperes a esos ciento volando. Otras que te aferres a lo que puedes acariciar y dejes de imaginar quimeras y fantasías.

Al final, lo que importa es sentir qué deseas realmente y decidir si ese amor es lo suficientemente grande e importante para ti como para apostar por él aunque el miedo te coma las noches. Confiar en tu capacidad para encontrar la forma de pagar facturas… Ser tú ese mejor amigo que necesitas, dejar de pensar tanto en el sueño a conseguir y aprender a vivir en paz ahora antes de alcanzarlo…

Apostar por ti y creer que te mereces lo que deseas de una vez por todas.

No hay filtros para la vida. La realidad es más dura pero mucho más duradera. Hay cosas que no son por más que las desees y hay otras que solo con soñarlas ya existen.

No sabemos qué puede pasar nunca. No controlamos nada… Sin embargo, el primer paso siempre es aceptar. Observar qué sucede, abrazarlo como si fuera lo único posible, lo deseable, lo necesario y dejarse llevar mientras te escuchas y respiras… Mientras decides qué clase de persona quieres ser mientras caminas. Mientras te miras y te piensas mientras sientes el dolor acumulado y lloras el llanto pendiente… En ese momento, te das cuenta. Lo que eliges no es el camino de la izquierda o la derecha, te eliges a ti… Decides en qué camino te amas más y te tratas mejor.

Y sobre todo, decides estar contigo.

Podemos negar ante el mundo todo lo que nos pasa y nos remueve por dentro pero no podemos negarlo ante nosotros mismos. La pura necesidad de ser reconocido y comprendido hará que eso que evitamos sentir llame a nuestra puerta una y otra vez hasta que la abramos para asumir.

Gracias infinitas por leerme.

Si quieres saber más sobre autoestima te recomiendo mi libro Manual de autoestima para mujeres guerreras”

En él cuento como usar toda tu fuerza para salir adelante y amarte como mereces y dar un cambio a tu vida… Ese cambio con el que sueñas hace tiempo y no llega.

Disponible aquí 

amazon llibre merce amazon

Si realmente quieres un cambio en tu vida, tengo una propuesta para ti. Un programa para tomar decisiones y salir de bucle en que te encuentras. Un entrenamiento exclusivo que en 40 días te permitirá reconocer tu potencial e ir borrando poco a poco las creencias y hábitos que frenan tu autoestima y tu evolución… ¡Echa un vistazo y toma ya esa decisión que puede cambiar tu vida! ¿Te acompaño?

Toma decisiones y cambia tu vida en 40 días 

Si quieres más información de mi trabajo, te invito a entrar en mi web.

Acompaño a personas y organizaciones a desarrollar todo su potencial a través del coaching, el mentoring y la Inteligencia Emocional. 

www.merceroura.es 


Deja un comentario

¿Quién soy?


Nos preocupamos mucho de cómo nos ven los demás, pero olvidamos cómo nos miramos a nosotros mismos.

No nos damos cuenta de qué nos decimos ni con qué palabras nos hablamos y definimos.

No nos paramos a pensar lo que pensamos. Compramos una y otra vez los mismos pensamientos de siempre y repetimos. Nos tragamos la versión cómoda de nuestra vida y actuamos de la misma forma de siempre sin pararnos a darnos cuenta de qué esconde nuestro comportamiento y qué creencias hay tras nuestros pensamientos.

Huimos de esas emociones que nos molestan y nos duelen, nos resistimos a sentirlas y comprenderlas y, claro, siempre quedan pendientes y no podemos usarlas para sacarnos de dentro ese miedo, ese dolor, esa angustia, esa rabia, esa tristeza…

Pensamos que estar triste es de flojos… Yo lo pensaba hace años y acumulaba tanto llanto que la voz se me quebraba.

Pensamos que la rabia y la ira son de malas personas y nos resistimos a enfadarnos y nos reprimimos porque queremos seguir siendo personas correctas y perfectas. Yo me las guardaba para seguir siendo la niña buena.

Pensamos que el miedo es algo a evitar y justamente evitándolo lo convertimos en nuestra meta, en el foco de atención de nuestra vida y acabamos haciendo imprescindible que venga a nosotros aquello que tanto nos asusta…

Nos preocupa quedar bien con todo el mundo menos con nosotros mismos porque nosotros no importamos, no nos damos el valor que tenemos realmente, no nos damos prioridad… Y así luego pasa lo que pasa. Que buscamos situaciones que refrenden esa sensación, esos pensamientos y esas creencias… Porque estar de más, molestar, no importar, no valer, no merecer, nos asusta tanto que inevitablemente vamos a tener que vivir esas situaciones para poder superarlas…

Para darnos cuenta de una vez por todas de que somos nosotros los que nos damos lo que necesitamos.

Somos nosotros los que tenemos que vernos y valorarnos.

Somos nosotros los que decidimos quienes somos y si nos importamos o no.

No podemos delegar en nadie más esa tarea tan importante para nuestra vida.

A veces, nos olvidamos de esto y cargamos a otros con el peso de que nos den algo que no nos damos. Y nadie puede darnos lo que nosotros hemos decidido que no queremos recibir porque no creemos merecerlo.

El principio de todas las historias de amor está en nosotros.

El principio de todo lo bueno que deseamos que llegue a nuestra vida está en nosotros. No hay nadie más que impacte tanto en nuestra vida como nosotros mismos.

Tal vez es el momento de parar y preguntarte…

¿Cómo me veo a mí mismo?

¿Cómo me trato?

¿Cómo me hablo?

¿Qué importancia me doy?

¿Qué siento? ¿Qué necesito? ¿Qué deseo de verdad?

¿Quién soy?

Gracias por leerme… Escribo sobre lo que siento o he sentido y el camino que he hecho hasta llegar aquí (aunque todavía estoy a medio camino de algún lugar). En este camino he aprendido poco a poco a aceptarme y amarme (aún me falta mucho, soy consciente).

Si quieres saber más de autoestima, te invito a leer mi libro “Manual de autoestima para mujeres guerreras”.

En él cuento como usar toda tu fuerza para salir adelante y amarte como mereces y dar un cambio a tu vida… Ese cambio con el que sueñas hace tiempo y no llega.

Disponible aquí 

amazon llibre merce amazon

Si quieres saber más de mí, te invito a entrar en mi web y conocer lo que hago. Acompaño a personas y organizaciones a desarrollar todo su potencial a través del coaching, el mentoring y la Inteligencia Emocional. 

www.merceroura.es 


1 comentario

Por qué tu vida se repite


¿Te has preguntado alguna vez por qué tu vida se repite?

Seguro que sí, millones de veces.

No comprendes nada, te sientes asfixiado y cansado.

Estás harto de hacer sin parar y ver que siempre llegas al mismo lugar.

Por qué van cambiando las caras, pero en el fondo, tienes las mismas relaciones.

Por qué cambian los lugares, pero pasa lo mismo siempre.

Esa sensación de vivir en bucle, de no saber qué hacer ya para bajarse de esa noria en la que no quieres ir montado.

¿Por qué por más que te empeñes y esfuerces siempre te quedas a medias o no alcanzas lo que deseas?

Esa rabia, esa impotencia, ese miedo terrible a que siempre sea así… A que nunca pase nada que se salga del guion. Como si estuvieras en un cárcel invisible y no pudieras salir y nadie viera los barrotes más que tú.

Esa sensación inmensa de injusticia que te abre en canal y te hace sentir una tristeza que te cuesta admitir, porque si la admites es como darte por vencido, como reconocer que no hay nada que puedas hacer… Aunque ya hace tiempo que lo piensas, no hay nada. No controlas nada. Te sientes tan pequeño e incapaz…

¿Has sentido que hagas lo que hagas nunca cambia nada en tu vida?

Como si no pudieras evitarlo, como si la vida tuviera otros planes para ti y por más que lo intentaras, no pudieras salir del camino marcado.

A veces, parece que las cosas van a cambiar pero al final todo vuelve. Todo se tuerce. Todo se repite. Como si pasara lo que pasase, por la noche tuvieras que volver al redil…

Como el payaso del circo que por la noche endereza la vara que el forzudo dobló a media tarde mientras recibía la admiración y el aplauso del público mientras a él no le ve nadie ni se le reconoce nada.

Te sientes marcado. Etiquetado. Incapaz. Y sientes que el mundo te mira esperando algo de ti que no puedes dar.

«Con el talento que tienes… Con lo mucho que vales…

Tendrías que estar triunfando con lo que haces… ¿Estás seguro de que lo haces bien? ¿Ya crees en ti mismo? ¿Has intentado esto o aquello? ¿Cómo puede ser que todavía no lo hayas conseguido?

Gente con menos talento que tú haciendo lo mismo te va por delante».

Eso es lo que te dicen y te sientes frustrado y avergonzado. Querrías gritar y decirle al mudo que ya no puedes más, que haces lo que puedes pero que hay algo, no sabes qué, que no te deja avanzar. Algo te ha puesto un techo, un muro alrededor que no te deja seguir, que siempre está a un metro por delante de ti y avanza contigo para no dejarte prosperar. No puedes hacer nada. Has intentado saltarlo, rodearlo, destruirlo pero es imposible.

¿Y si no tuvieras que hacer nada más?

¿ Y si esto no va de hacer sino de ser?

¿Y si resulta que dejas de presionarte y exigirte y todo sigue igual? Ni mejor, ni peor… ¿Qué es mejor y qué es peor?

¿Y si sueltas un poco esa carga y te das cuenta de que la vida te trata como tú te tratas en realidad?

¿Y si te fijas en cómo te miras, cómo te hablas, cómo te infravaloras y te das cuenta de que de esa forma no puede salir nada hermoso?

¿Y si eres consciente de que no crees en ti ni en tu valor y estás esperando que el mundo te dé algo que tú no te das?

¿Y si te perdonas por todo eso que querías conseguir y no llego y ves tu valor inmenso por lo que eres?

¿Y si la vida se repite para que te des cuenta de algo que todavía no ves?

Un aprendizaje, un mensaje oculto tras cada situación, tras cada desengaño, tras cada discusión… Como si pusiera ante ti un espejo que te permite ver ahí afuera lo que llevas dentro, en tu mente, sin ser consciente del daño que te haces sin querer.

Como si te pusiera tú mismo la zancadilla y te recortaras las alas.

Y, no quiero decir con esto que los demás no sean responsables de lo que hacen, para nada. Entiéndeme. Pero ahora hablo de ti, de lo que dice de ti lo que sucede en tu vida. De cómo usar este dolor para curarte la vida y remendarte a ti mismo.

De cómo darle la vuelta a todo.

Podrías enfadarte con la vida y con esas personas que te hacen defraudado y dejado tirado, con las que no supieron estar en su lugar, sin duda, pero ¿Para qué? No vas a cambiarlas y perderás un tiempo precioso con tu rabia culpándoles en lugar de mirar en ti y sanar tus heridas. Puedes escoger hacer lo que está en tu mano, trabajar en ti, comprenderte y usar el espejo para estar bien.

Y a los demás, perdonarles, poco a poco, porque ellos también van por la vida perdidos, sin ser conscientes de los espejos y lo que proyectan. El miedo nos hace cobardes y nos hace creer que para sobrevivir tenemos que pisar a otros, cuando es justo lo contrario.

Deja de mirar fuera y mira dentro, el único lugar donde actuar lo cambia todo.

Suelta esa rabia. No te enfades contigo por sentirla, es normal. Sólo sé consciente de ella y utilízala para perdonarte. Para ver más allá… Deja de sabotearte y observa tus pensamientos y descubre que no son reales, que forman parte de un mapa de vida que no es tu mapa. Lo tomaste prestado cuando eras niño pero ya no te sirve. Ahora puedes decidir cambiarlo, cuestionarlo, dejar de creer en él y empezar a creer en ti.

No esperes a que el suelo no se tambalee para sentirte seguro. Sujétate en ti y en nada más. No importa que camines por la cuerda foja porque tú eres firme… No necesitas los mejores zapatos, sólo marcar tu paso y permitirte saltar, bailar y caminar en paz.
No esperes a ocupar un mejor puesto, perder esos kilos de más o a cobrar más para valorarte porque ya mereces lo que deseas. Porque tu valor no tiene precio y tu talento no se mide, ni se etiqueta. Sencillamente se nota, se expande, se contagia. Disfruta de ti y de lo que haces. Ama ahora cada pequeña fibra de tu esencia, cada átoma de tu humanidad porque mereces ese amor.
No esperes a aceptarte y amarte como mereces mañana.
No esperes a no cometer errores, ni a superar tus retos ni batir tus marcas.

No se trata de alcanzar nada para empezar a respetarte, va al revés, esto va de respetarte primero y luego conseguir lo que deseas aunque no siempre como tú lo has imaginado. Y si llega, genial. Y si no, no importa, el camino andado con cariño te habrá llevado a cosas maravillosas.
No esperes a nada, ni a nadie que te diga que sí y te abra ninguna puerta. Eres tú quién las abre cuando te observas sin reproches y dejas de culparte.
Dedícate un tiempo para darte cuenta de que tienes que tratarte mejor a ti mismo. 

¿No lo ves? La vida se repite porque no te miras como se mira a alguien que se ama… Porque no te perdonas… Porque piensas demasiado y mal… Porque tus pensamientos te limitan y te crees diminuto, poco hábil, insuficiente… Y en esas creencias absurdas has construido un imperio de exigencia y reproches, un refugio de culpa y miedo en el que te escondes de ti mismo… Pero eres tú mismo quién va a salvarse cuando se dé cuenta de que tiene que mirarse con amor, con el amor que espera que el mundo le mire…

¿No lo ves? Tu vida se repite porque tú te repites contigo, porque no te valoras y no te amas…

Gracias por leerme… Escribo sobre lo que siento o he sentido y el camino que he hecho hasta llegar aquí (aunque todavía estoy a medio camino de algún lugar). En este camino he aprendido poco a poco a aceptarme y amarme (aún me falta mucho, soy consciente).

Si quieres saber más de autoestima, te invito a leer mi libro “Manual de autoestima para mujeres guerreras”.

En él cuento como usar toda tu fuerza para salir adelante y amarte como mereces y dar un cambio a tu vida… Ese cambio con el que sueñas hace tiempo y no llega.

Disponible aquí 

amazon llibre merce amazon

Si quieres saber más de mí, te invito a entrar en mi web y conocer lo que hago. Acompaño a personas y organizaciones a desarrollar todo su potencial a través del coaching, el mentoring y la Inteligencia Emocional. 

www.merceroura.es