merceroura

la rebelión de las palabras


Deja un comentario

Algunos poemas bárbaros


Este jueves 18 de enero se cumple uno de mis grandes sueños. Publico un libro de poemas.

Llevo publicados ya cuatro libros de ensayo sobre él temas de autoestima y autoconocimiento. Ver tus palabras impresas y descubrir que alguien apostó por ellas como para publicarlas es algo mágico. Y ver además que son esos poemas que ha ido escribiendo durante años sin atreverte a mostrarlos a nadie porque no sabes si pueden llegar a tener sentido para nadie es algo increíble.
No puedo negar que siento un amasijo de emociones dentro de mí, todas mezcladas, sin saber dónde empiezan unas y dónde acaban las otras. Alegría, asombro, miedo, ansiedad, y sí, una gran dosis de vergüenza. La vergüenza es una hija del miedo que me ha acompañado durante toda mi vida. Si yo siempre me desnudo cuando escribo cualquier post en mi blog o público un libro sobre autoestima, publicar un poema, uno solo, es algo que va mucho más allá. Es uno de los ejercicios máximos de desnudez que creo que podría llevar a cabo en mi vida. Al menos para mí.
Es como quitarse todas las capas de piel que te protegen, las corazas, las excusas, quitártelo todo y quedarte sin nada ante los ojos del mundo para que pueda mirar en ti y saber lo vulnerable que eres. Ver tus tristezas y miserias. Ver tus desengaños. Ver tus miedos. Ver la vergüenza que llevas acumulada de todas veces que te se han reído de ti porque creíste que llegabas a tocar tus sueños y te quedaste a medias… ¡Qué vergüenza que vean tu vergüenza! Ver sus sueños y sus deseos más íntimos, más incómodos y ancestrales…
Para las personas como yo que siempre han sentido que no había para ellas un lugar en la mesa, que no merecían lo mismo que los demás si no se esforzaban mucho e, incluso así, muchas veces tampoco, decir en voz alta lo que desean es exponerse a una especie de escarnio público gigante. Porque siempre sientes que habrá alguien que estará pensando que cómo que te atreves a desear algo que está tan fuera de tu alcance…
Este libro de poemas que se publica el día 18 no es solo un compendio de mis penas, mis alegrías, mis sueños y mis verdades más crudas, es tal vez el ejercicio más salvaje de autoconocimiento y exposición pública que he hecho en mi vida sin pretensión de serlo porque jamás pensé acabar mostrándoselo al mundo. Y si se podrá leer, es fruto de un trabajo interno de decidir que aquí estoy yo, este es mi lugar y no pienso renunciar a él porque por primera vez en mi vida siento que me lo merezco. O al menos, quiero creerlo…
Espero con todas mis fuerzas y toda mi alma que estos poemas gusten, que ayuden a otras personas a darse cuenta de su valor y de lo mucho que a veces nos encerramos en nosotros mismos y nos quedamos sentados esperando a que la vida nos dé la vez. Espero que estos poemas nos sirvan para darnos cuenta de lo mucho que merecemos y no nos permitimos, a veces. Para que de una vez por todas dejemos de esperar a que otros nos validen y nos den nuestro lugar y decidamos ocuparlo nosotros. Son poemas para sentir, para pensar (no demasiado, que es pésimo para la salud), para dejarse inundar por ellos y ver que no pasa nada, que salimos a flote porque, en realidad, cuando no nadas contra la marea nunca te ahogas… Si dejas de luchar contra todo y contra todos siempre flotas. Siempre se sale a flote cuando superas el pánico inicial a sentir y a ser tú mismo.

Para que de una vez por todas nos demos cuenta de que notar nuestra absoluta vulnerabilidad nos hace fuertes y no frágiles.

Que la verdad nos libera.

Que las palabras nos curan.

Que no hay mayor evolución que vivir este momento tal y como es sin esperar nada…

Que el gran avance a veces supone parar y dar un paso atrás y reconocer el error y perdonar y perdonarse.

Que el objetivo nunca fue tener sino ser.

Espero que mi voz sea para algunos esa voz que tienen callada. Yo la he tenido callada a veces durante mucho tiempo porque no sabía si mi voz era importante, interesante, digna, porque me asustaba decir algunas cosas y no gustar… Y porque me daba miedo que mis poemas fueran insignificantes, lo admito.
Ahora me doy cuenta de que pase lo que pase lo que importa es el acto en sí de atreverme. La osadía de creer en mí y exponerme ante el mundo, no para demostrar nada sino para ocupar mi lugar, para hacer lo que siento que me debo, para hacer lo que siento que puede ser útil para otros mientras está siendo útil para mí.
«Algunos poemas bárbaros» habla de la barbaridad de la vida en forma de verso. Habla de las barbaridades que hacemos intentando ser amados por otros y reconocidos mientras nosotros ni siquiera nos vemos ni reconocemos. Habla de lo bárbaros que somos cuando queremos en todos los sentidos. De la barbarie de estos días que vivimos (antes también había barbarie, siempre la hubo) en la que las personas se usan unas a otras y luego se dejan en visto…
Te entrego mis poemas para que sean tuyos. Si te sirven, me alegro. Si no, déjalos marchar, será que tu voz no está en ellos…

Te invito a compartirlos conmigo este jueves en Barcelona a las 6 de la tarde y a dejarte habitar por las palabras y sentirlas.

Nos vemos en KM 0 by Unió, la Calle Marina 239 bis.

Gracias siempre…

Gracias por leerme. Espero que lo que escribo te sea útil.

Escribo sobre hacer cambios en tu vida para poder transformarla si realmente estás harto y cansado de repetir siempre las mismas experiencias y vivir en bucleSi te interesa, te invito a leer mi libro, si realmente quieres hacer un cambio en tu vida.

Haz click aquí 

¡Ríndete! Deja que tu mundo caiga

Si prefieres que te acompañe personalmente, he preparado un programa para tomar decisiones y salir de bucle en que te encuentras. Un entrenamiento exclusivo que en 40 días te permitirá reconocer tu potencial e ir borrando poco a poco las creencias y hábitos que frenan tu autoestima y tu evolución… ¡Echa un vistazo y toma ya esa decisión que puede cambiar tu vida! ¿Te acompaño?

Toma decisiones y cambia tu vida en 40 días 


Por cierto, si no quieres perderte nada de lo que publico en mis redes y las últimas novedades, te invito a suscribirte a mi canal de telegram


4 comentarios

Había una vez un mundo del revés


Había una vez un mundo en el que todo era del revés.
Las personas estaban tan ocupadas en gustar a los demás que no se planteaban si se gustaban a ellas mismas. De hecho, se detestaban a ellas mismas.
Se pasaban la vida trabajando sin cesar, medio o totalmente esclavizadas, para llegar algún día a tener tiempo libre y disfrutar. Un mundo en el que las personas pierden el tiempo buscando la forma de dejar de perderlo en lugar de permitirse sentir.
Un mundo en el que las personas en lugar de compartir su talento regalan su tiempo muy barato a otras personas por la falsa seguridad de un sueldo menguante que siempre es incierto. Y lo hacen con cara de asco y sin ganas. Un mundo en el que algunas personas ocupan espacio en una silla esperando que llegue el momento de salir y regresar a casa… Y una vez en casa, poder quejarse de lo desdichados que son por tener que regresar mañana y volver a empezar.
En este increíble mundo del revés, las personas no alcanzan sus metas porque sientan que las merecen sino que las persiguen para sentirse merecedores de ellas y para poder demostrar al mundo que realmente valen. En este mundo no importa el camino solo el resultado, el marcador, el objetivo, pero como es un mundo tan loco luego todo el mundo te pide la experiencia, la sabiduría acumulada durante el viaje.

Había una vez un mundo loco donde todo estaba del revés y en el que las personas ocultaban sus emociones y sentimientos porque pensaban que eso las hacía vulnerables cuando, en realidad, el hecho de ocultarlos y reprimirlos las estaba haciendo enfermar.
En esta realidad absurda, las personas se ven obligadas a tomar pastillas para todo. Pastillas para motivarse porque no tienen ganas de vivir y afrontar el día cuando sale el sol y pastillas para aplacar luego esa hipermotivación y poder dormir cada noche… Pastillas para dejar de sentir la rabia y el dolor acumulados que evitan sentir y que, si fueran sentidos, no necesitarían pastillas.

Es una realidad multitarea en la que todos nos apresuramos a competir con otros para decir lo mucho que producimos y trabajamos y luego nos lamentamos por ello y decimos que queremos cambiar.
En este mundo demente las personas huyen del amor y del compromiso porque son incapaces de comprometerse con ellas mismas. Porque ya no buscan amor sino alguien que les haga un poco de caso y les preste dos minutos de atención, aunque sea sin ganas.

Algunas no saben decir que no y acaban sometidas por amantes y jefes tiranos que las usan y luego las dejan en un rincón. Otras tienen tanto miedo a sentirse frágiles y vulnerables que son completamente incapaces de decir que sí y, cuando otro ser humano las toca por dentro, salen corriendo y dejan una estela de silencio y decepción insoportable.
Es un mundo en el que las personas no se dicen adiós ni se separan, sencillamente se envían un whatsapp con emoticonos, o se dejan en visto. En el que ya no se tienen relaciones sino conexiones y nadie sonríe a nadie sino que le pone «like» o le da un «match». Donde algunos se pasan la vida contando calorías y otros contando historias tristes para recibir ese sucedáneo del amor tan denostrado llamado pena.
Es un mundo tan ilógico en el que se buscan jóvenes con experiencia para trabajar por casi nada. En el que cada vez te piden que te jubiles más tarde pero ya nadie te da trabajo a partir de los cuarenta y cinco.
En este paradigma de incoherencia se valora más tener los pechos de silicona que amamantar a un niño. Se cobra más por mostrar tu intimidad en redes que por salvar vidas. Se valora más la inmediatez que la paciencia. Se busca la falsedad controlada porque la verdad resulta demasiado cruda y dolorosa. Se vitorea la cobardía y la falta de respeto, sobre todo por uno mismo. Las personas ya no comparten opiniones diferentes y se respetan sino que lo único que buscan es quedar por encima del otro…

Donde ya nadie espera que seas coherente sino que seas viral para subirse al carro y pedirte un favor…

Hay personas que odian a otras personas solo porque existen y sueltan toda esa rabia en las redes sociales. Hay personas que dicen que aman a otras personas sin apenas conocerlas, pero en realidad lo único que quieren es aplacar una soledad gigante.
Es un mundo de personas solas que juegan a estar acompañadas de otras personas que también están solas y no lo quieren admitir. Donde dos desconocidos se cruzan e intercambian todos sus fluidos corporales, pero son incapaces de mirarse a los ojos, llamarse por su nombre e intercambiar palabras. Porque preferimos que nos contagien un herpes a compartir emociones y miedos. Nos da mucho más miedo que un extraño nos toque el alma que no el cuerpo. Porque somos capaces de destruir todo lo que nos rodea para evitar que el mundo nos vea vulnerables un segundo.
Es un mundo en el que muchos parecen y casi nadie es.
Donde nadie confía en nadie porque nadie confía en sí mismo. Donde nos preocupa más el precio que el valor, la moda que el sentido común, y podemos llegar a despeñarnos por un barrando por hacer un selfie que impacte aunque cuando nos llegue la gloria ya estamos muertos.

Había una vez un mundo en el que todo estaba del revés.

Donde todo es líquido y volátil. Donde todos hablan de cambio pero, en realidad, nadie quiere cambiar porque les dijeron que era mejor lo malo conocido a lo bueno por conocer… ¿Quién debió inventarse ese refrán tan estúpido? Un malo conocido, seguro.

Donde se cocina verdura y se pretende que parezca y sepa a carne para poder dejar de comer carne sin apenas notarlo… Donde ya casi lo más sofisticado es parecer natural y lo natural es sentirse incómodo en uno mismo. Donde se arrancan las flores y luego se pretende que se mantengan vivas el máximo tiempo posible y sigan oliendo a flores colocándoles un perfume. Donde se busca talento para contratarlo y luego someterlo matando su creatividad para luego venderle un curso de motivación.

Donde las personas duermen para poder trabajar más y no para soñar… Y luego sueñan con dormir porque están siempre cansadas.
Es un mundo de cifras, de ceros y de unos, de KPI’s, donde alguien es capaz de hacer un directo mientras un coche te arrolla en la calle y ganarse un buen dinero extra con las visitas. En el que la inteligencia artificial nos ganará la partida no porque sea buena o mala sino porque nos hemos olvidado cualquier otro tipo de inteligencia para saber usarla.
Es un mundo en el que las personas se contienen las lágrimas en público, pero son capaces de orinar en una esquina de la calle y escupir en el ascensor que comparten con sus vecinos.
Es un mundo en el que muchos miran al cielo suplicando y rezan como si pidieran favores divinos a un portal web donde elegir según catálogo porque alguien les dijo que basta solo con visualizar y repetir cinco frases. Donde está prohibido pensar negativo bajo pena de ser tildado de fracasado y donde parece que no tener éxito es culpa tuya por no haberlo deseado suficiente…
Es el mundo del «todo es posible», del «no te rindas nunca», del «puedes con todo» y del «si lo deseas muy intensamente al final lo lograrás»… Aunque nadie sabe realmente qué quiere porque sueña sueños prestados y vive vidas ficticias. Y no se atreve a hacerse preguntas porque, muy dentro, algo le dice que las respuestas que busca ya las sabe y no le van a gustar.

Es un lugar en el que las personas se quitan la vida porque no se sienten nadie y el dolor las atrapa y todo el mundo calla y mira hacia otro lado hasta que se siente demasiado atrapado y no lo puede contar.
Un lugar de ruido en el que el silencio nos asusta porque cuando nos invade nos damos cuenta del gran vacío que nos persigue y que llevamos dentro… Y nos empeñamos en llenarlo con vidas robadas de otros que parecen brillar más o sustancias que nos ayudan a olvidar que tenemos que tomar sustancias para olvidar.
Es un mundo en el que casi nadie para para respirar profundamentente porque saben que si lo hacen se darán cuenta de la gran mentira en la que viven y no lo podrán soportar.
Donde las personas apenas leen libros que les cambiarían esa vida que no soportan porque no tienen tiempo mientras viven una vida que desearían cambiar. Que se apuntan a cursos para aprender de todo y nunca ponen nada en práctica porque saben que hacerlo les obligaría a salir del bucle en el que odian estar pero del que no quieren salir… Porque nos han educado para preferir la jaula a la libertad.

Es un mundo en el que todos sufren y se maltratan a ellos mismos porque piensan que así cuando llegue el juicio final les pillará ya muy castigados y podrán pasar desapercibidos. Donde las bicicletas llevan a las personas y hemos fastidiado tanto al planeta que ya no casi no lo podemos disfrutar.

Había una vez un mundo del revés donde todo estaba muy acelerado… En él, las personas siempre corren y hacen muchas cosas para que llegue un día en el que puedan parar y no hacer nada.

Y no, antes no estaba mejor este mundo, porque siempre ha sido un lugar bárbaro… En realidad, a veces parece que no hayamos evolucionado y estamos igual que hace siglos pero con wifi y asistencia virtual.

En un mundo así, verse arrastrado por sus normas y perdido sin ver la luz es tan fácil que lo raro es sentirse bien… Por ello, los que intentan ser auténticos y vivir de verdad tienen que arriesgarse a estar incómodos y a pisar esa incertidumbre espesa y terrible que nos rodea.

En un mundo así solo nos queda vivir del revés para ser coherentes y abrazar la locura para seguir cuerdos.

Gracias por leerme. Espero que lo que escribo te sea útil.

Escribo sobre hacer cambios en tu vida para poder transformarla si realmente estás harto y cansado de repetir siempre las mismas experiencias y vivir en bucleSi te interesa, te invito a leer mi libro, si realmente quieres hacer un cambio en tu vida.

Haz click aquí 

¡Ríndete! Deja que tu mundo caiga

Si prefieres que te acompañe personalmente, he preparado un programa para tomar decisiones y salir de bucle en que te encuentras. Un entrenamiento exclusivo que en 40 días te permitirá reconocer tu potencial e ir borrando poco a poco las creencias y hábitos que frenan tu autoestima y tu evolución… ¡Echa un vistazo y toma ya esa decisión que puede cambiar tu vida! ¿Te acompaño?

Toma decisiones y cambia tu vida en 40 días 


Por cierto, si no quieres perderte nada de lo que publico en mis redes y las últimas novedades, te invito a suscribirte a mi canal de telegram


1 comentario

Cuando la vida duele


A veces cuesta seguir adelante cuando la vida duele.

Se hace difícil levantarse y ponerse en marcha. Andar el camino de siempre y encontrar las mismas caras. Decir lo mismo de otra vez, sabiendo que recibirás la misma respuesta. Tomar el mismo café. Reírse de las mismas bromas y saludar a las mismas personas. Todo es lo mismo, pero nada es igual en realidad porque tú no estás contigo, porque no tienes ganas de estar. No te notas. No te sientes. Estás embargado por un dolor intenso que no te deja recordar quién eres ni qué necesitas, porque todo lo que crees necesitar es que esa angustia pare y la vida dé la vuelta.

La vida duele porque no hemos aprendido a dejar de hacernos daño a nosotros mismos y esperamos que otros nos salven de ese dolor. Porque todavía necesitamos que nos miren, que nos consideren, que nos digan lo que deseamos oír y nos recuerden quiénes somos a la espera de tener el valor de descubrirlo nosotros mismos.

La vida duele porque dejamos en manos de otros reconocer nuestro valor y ellos están tan perdidos como nosotros. Buscamos culpables cuando no los hay, solo hay miedos. Solo hay personas rotas que buscan a otras personas que les remienden y les hagan sentir enteros pero nunca lo consiguen… Porque lo que realmente necesitan es abrazarse a ellas mismas. Porque todos buscamos parches para tapar esa fuga de vida en nosotros cuando lo que tenemos que hacer es decidir soltar todo lo que no nos hace felices y nos rompe, cuando lo que realmente necesitamos es arriesgarnos a vivir y sentir. Cuando lo que la vida nos pide es que soltemos la vida que no es vida…

Justo en ese momento, cuando miras al mundo y el asco de no ver en él lo que deseas y suplicas, es un buen momento para darte cuenta de que lo que está ahí no es la verdadera causa de tu dolor. Ese mundo espantoso, a veces cruel y otras dulce, es el mismo que hace un año, cuando tú lo mirabas con los ojos llenos de esperanza. Sigue siendo absurdo y maravilloso. Repleto de personas perdidas y asustadas, de personas fascinantes y llenas de vida, de personas a las que amas y quieres abrazar aunque no puedas, pero quien no es el mismo eres tú. Porque estás roto y buscas tu pegamento ahí afuera cuando la única forma de remendar tus heridas es repararte tú.

Porque no has aprendido a mirarte y, en consecuencia, no puedes mirar al mundo sin rencor. Porque te resistes a vivir este dolor y ese miedo a la espera de poder cambiar lo que pasa para que la angustia pase. Porque has decidido no mirar lo que te rompe y, al mismo tiempo, has descubierto que no dejará de romperte hasta que lo mires. Y huyes y te escondes y prefieres pensar que no estás sucediendo, pero sabes que eso que no quieres afrontar ahora, te espera luego… Y también sabes que si lo postergas demasiado será más difícil cada vez.

Y piensas «tengo que seguir adelante» como si no pasara nada, pero sigue pasando.Todo lo que finges que no pasa, sigue pasando con más intensidad para que tengas que dejar de eludirlo. Hasta que paras y respiras muy hondo y decides mirar lo que pasa y sentir lo que la vida te pide que sientas. Y, ostras, es una M inmensa, gigante, exasperante… Mirar tu dolor y hacerte cargo de él siempre es una experiencia insoportable. Puedes detenerte y no hacer nada más o seguir caminando y respirarlo mientras te mueves, pero no puedes descuidarlo si quieres liberarte… Porque aquello de lo que huyes va a liberarte, en realidad. Lo descubrirás cuando dejes de huir de ello y lo afrontes. Cuando lo mires a la cara sabrás que era inevitable y que has perdido un tiempo precioso esquivándolo porque, con afrontarlo, ya estaba solucionado, se desvanecía, perdía fuerza.

Cuando la vida duele hay que escuchar a la vida, a ver qué te dice y sentir lo que te propone. A veces, solo con eso ya basta. No hace falta hacer nada más. Prestarse a sentir, a reconocer, a observar. La vida hace el resto… La vida te pide que te dejes llevar y hagas lo que sientes.

La vida duele porque esperas de la vida algo que la vida no puede darte y necesitas dártelo tú.

Eso es lo que realmente te pide, que te permitas sentir lo que ahora tienes que sentir. Que hagas lo que debes hacer para ti y no para cumplir con nada ni demostrar nada…

Gracias por leerme. Espero que lo que escribo te sea útil.

Escribo sobre hacer cambios en tu vida para poder transformarla si realmente estás harto y cansado de repetir siempre las mismas experiencias y vivir en bucle. Si te interesa, te invito a leer mi libro, si realmente quieres hacer un cambio en tu vida.

Haz click aquí 

¡Ríndete! Deja que tu mundo caiga

Si prefieres que te acompañe personalmente, he preparado un programa para tomar decisiones y salir de bucle en que te encuentras. Un entrenamiento exclusivo que en 40 días te permitirá reconocer tu potencial e ir borrando poco a poco las creencias y hábitos que frenan tu autoestima y tu evolución… ¡Echa un vistazo y toma ya esa decisión que puede cambiar tu vida! ¿Te acompaño?

Toma decisiones y cambia tu vida en 40 días 

Por cierto, si no quieres perderte nada de lo que publico en mis redes y las últimas novedades, te invito a suscribirte a mi canal de telegram