merceroura

la rebelión de las palabras


2 comentarios

Contigo mismo


Solo cuando estás completamente harto das el paso que necesitas dar.

Solo cuando ante no queda nada, decides cambiar de camino…

Es una lástima tener que esperar a no poder más para reaccionar y tomar decisiones, pero a veces es la única forma en que tenemos fuerzas. El momento en que nos damos cuenta de que no podemos seguir así y hacemos click muy dentro y algo se rompe y se pone en marcha ese mecanismo que estaba oxidado y paralizado… Es curioso que para levantarse con fuerza y con ganas se tenga que caer, a veces. Que para que algo sea sólido, en este caso nosotros y nuestra voluntad, tengamos que perderlo todo, que destruirlo todo, que caer al vacío… Aguantamos tanto, nos esforzamos tanto para resistir cosas que realmente no deberíamos soportar si nos valoráramos y respetáramos que perdemos la fuerza y la autoestima para detener la a tiempo la espiral en la que andamos metidos… O para cerrar la puerta a lo que nos hace daño. Esperamos que las circunstancias cambien para decir basta y nada cambia nunca porque el cambio real depende de nosotros.

Por ello, muchas veces, diría que demasiadas, necesitamos hundirnos y tocar fondo para poder darnos cuenta de que ya no podemos seguir. Para que no haya más remedio que permitirnos dejar de ser la víctima de la situación y tomar las riendas para salir del agujero. Cuando el dolor es insoportable, ese hilo de voz que no queda nos permite decir no porque la alternativa, continuar igual, se vuelve impensable.

No es el momento de reprocharse nada sino de darse las gracias por ser capaz y tomar aliento.

Es el momento de aprovechar el impulso de la caída para levantarse y con esa fuerza arrasar con todo lo que ya sabemos que no es e ir a por lo que sí.

Es el momento, con esa fuerza que te da el dolor acumulado y el ímpetu para ya no soportarlo más, de tomar decisiones. Y no, no son en caliente, son todas esas necesidades acumuladas que tienes pendientes y no has escuchado nunca… Son esas súplicas que no atiendes… Y justo ahora, cuando todo está roto, perdido, destrozado… Cuando ya no tienes nada que perder, porque te has perdido a ti intentando ser encontrado por otros que nunca te hicieron el más mínimo caso ni te respetaron, que puedes ir a por todas.

Es una lástima caer y tocar fondo, pero a veces es esa palanca que necesitamos para poder lanzarnos y dar ese salto de fe en nosotros mismos que necesitamos. Ese empujón para seguir adelante desde la confianza del que ya no puede más en el camino que ha transitado hasta ahora y sabe que cualquier otro camino será mejor porque en ese ya no hay salida.

Justo en ese instante, te das cuenta de que no se trataba de elegir camino ni decir no o decir sí… Siempre, absolutamente siempre, la opción saludable y sensata era elegirte a ti. Y que cualquier opción que pase por pisarte o rechazarte a ti mismo, tiene que quedar descartada… Es más, ya ni siquiera existe.

Y desde ahí puedes perdonarlo todo porque ves el aprendizaje y no la ofensa… Y ya has encontrado a alguien que te valora suficiente como para seguir adelante a tu lado. La ironía es que esa persona siempre estuvo ahí, porque eres tú, pero tú nunca le hiciste caso. Siempre fuiste tú contigo mismo…

Gracias por leerme. Espero que lo que escribo te sea útil.

Te invito a leer mis palabras en formato libro, en este caso con mis poemas..

Las palabras van a curar nuestras heridas porque nos ayudarán a decir en voz alta lo que nos duele y poner nombre a nuestros miedos… Este es mi primer libro de poemas, en ellos hablo de la vida y de traspasar miedos.

Es un compendio de palabras que hablan de sacarse las espinas clavadas y decir en voz alta aquello que a menudo callamos…

Una mirada bárbara a esa vida que vivimos y no nos satisface mientras esperamos una vida mejor que nunca llega porque no hacemos nada para que eso suceda.

Habla de amor y de desamor. De amar tanto que a veces te quedas solo amando y descubres que nadie está a tu lado en ese amor y, gracias a ello, acabas encontrándote a ti mismo. De desear tanto que das la vuelta a la esquina y te das cuenta de que el deseo te llevó a atravesar tus miedos más rotundos y encontrarte de verdad.

Son poemas irreverentes, imprudentes y sinceros que esperan hacernos reflexionar sobre si la vida que habitamos es la vida que merecemos y, si la respuesta es no, hacer que nos levantemos del sofá.

Puedes comprar aquí «Algunos Poemas bárbaros»

Soy coach. Si prefieres que te acompañe personalmente, he preparado un programa para tomar decisiones y salir de bucle en que te encuentras. Un entrenamiento exclusivo que en 40 días te permitirá reconocer tu potencial e ir borrando poco a poco las creencias y hábitos que frenan tu autoestima y tu evolución… ¡Echa un vistazo y toma ya esa decisión que puede cambiar tu vida! ¿Te acompaño?

Toma decisiones y cambia tu vida en 40 días 


Por cierto, si no quieres perderte nada de lo que publico en mis redes y las últimas novedades, te invito a suscribirte a mi canal de telegram


Deja un comentario

¿Insistir o desistir?


¿Insistir o desistir?
¿Seguir adelante o renunciar? ¿Tirar la toalla o seguir avanzando? ¿Cuándo sabes si lo has intentado lo suficiente? ¿Cómo se sabe si el camino por el que estás avanzando es tu camino o deberías darte cuenta de que hay otras opciones que no estás viendo? ¿Cómo saber cuándo decir basta y rendirse para no quedar roto y desgastado por algo que queda claro que no es? ¿Y si no llega nunca y pierdes un tiempo precioso esperando? ¿Y si lo dejas justo a cinco minutos de lograrlo?
¿Realmente persistir nos lleva a conseguir lo que deseamos? Al menos eso es lo que nos han vendido muchas veces por ahí. En innumerables ocasiones yo me he sentido muy culpable por no haber conseguido aquello que tanto deseaba y por lo que tanto había luchado por pensar que tal vez no había insistido suficiente. Por creer que me había fallado a mí misma flaqueando en algún momento o no demostrándole a la vida que realmente era lo que deseaba.

¿Qué nos lleva a conseguir nuestros sueños? ¿Es lo que hacemos? ¿Es la actitud? ¿Es lo que pensamos? ¿Es el esfuerzo? ¿Son las circunstancias? ¿Existe la suerte o la forjamos nosotros? ¿Los que se lanzan son los que llegan? ¿Los que tienen paciencia y perseverancia llegan a la meta al final?
Los sueños y los objetivos tienen un papel muy importante en nuestra vida porque nos estimulan a seguir cuando muchas veces nuestro día a día y lo que nos rodea es un desierto de motivación. Necesitamos tanto aferrarnos a algo que nos olvidamos de nosotros mismos. Ponemos absolutamente todo el valor en el objetivo, en el premio, la recompensa por ese esfuerzo y nos atrevemos a pensar que si no lo alcanzamos no somos nada, no somos nadie.

Aunque la verdadera motivación es algo interno, lo que está ahí afuera importa. No podemos negarlo.
Sería como decir que no queremos una vida llena de cosas hermosas y no sería cierto. Es importante tener metas y retos que asumir, pero lo más importante realmente es no perder de vista quiénes somos. Tener claro que nuestro valor no depende de hasta dónde llegamos, ni qué metas alcanzamos. Darnos cuenta de que muchas veces la vida te pone ante un desierto para que te veas obligado a mirar dentro de ti y encontrar esa motivación que te falta en tus propias ganas, para que tengas que descubrir tu talento, tu fuerza y maravillarte de tu gran valor. Para que veas lo mucho que importa un detalle, un café, una risa, una mirada, un paseo a media tarde, una ráfaga de viento, una conversación sincera entre amigos… Porque la vida también está en todas esas cosas que parecen pequeñas, pero que en realidad son inmensas. Y en muchas otras que pueden cambiar y que solo dependen de ti porque necesitas darle la vuelta a tu forma de pensar. Dependen de lo que tú realmente puedes hacer, por dentro y por fuera… De tu capacidad para entrenar tus pensamientos y cambiarlos. De tus ganas de superar y atravesar tus miedos. De tu empeño en reconocer esas creencias que te están limitando y decidir cuestionarlas hasta ver que eran ridículas y perdonarte por haberlas sustentado tanto tiempo. De ser capaz de decir en voz alta lo que te duele y asusta y ser inmensamente honesto justo ahora contigo.
Pensamos que si no tenemos metas no tenemos vida, pero la vida en realidad es todo lo que nos pasa y lo que sentimos cuando nos damos cuenta de que no hay nada ahí afuera que vaya a salvarnos, ni hacer que seamos mejores. Ya somos lo que necesitamos, pero lo ignoramos. No hay sueño que nos haga mejores. Aunque en el camino hacia muchos sueños podemos descubrir quienes realmente somos si nos permitimos andarlo desde el amor a nosotros mismos, sin maltratarnos ni presionarnos demasiado.
A veces, la vida parece que te ponga a propósito las cosas difíciles y complicadas cuando estás intentando llegar hasta algo que amas… Que te ponga muchos obstáculos y parezca que te susurre «insiste, persiste, no te rindas» y otras veces, sin embargo, te das cuenta de que con tanta dificultad tal vez te está insinuando «que no es por ahí, que dejes de insistir» que »no te has dado cuenta que en el camino te han aparecido muchas otras opciones y oportunidades que también eran muy válidas». Y para ti a veces es difícil ver la diferencia. Para mí también, siempre me pierdo en ese punto, la verdad. No se ve claro si los obstáculos que te pone la vida son para que te des cuenta de que por ahí no es o no es por ahí no es en este momento de tu vida y tienes que parar y respirar… O darte cuenta de que lo que te está pidiendo, gracias a esos obstáculos, es que te reafirmes y confíes más en ti y seas capaz de decir «yo sí que quiero ir por aquí, porque me lo merezco». ¿Te pide rendición o te vida más fuerza para seguir?

¿Sabes cómo se nota la diferencia? Muy dentro de ti, desde el amor propio. Hacerlo amándote y tratándonte bien. Parando si duele y cambiando de estrategia si no te sirve… Haciendo que el baremo no sea el resultado sino el camino… Que importe más que nada cómo te sientes y si te haces bien… Que la vara de medir no sea el logro sino el amor que sientes por ti y el disfrute del viaje. Quiérete y, a partir de ahí, ya sentirás si tienes que seguir intentándolo o no… Y si lo haces, que sea desde ese amor propio porque cuando haces las cosas no para ser valorado, no para ser aceptado, no para ser querido, ni reconocido sino porque sientes que te las mereces funciona siempre. Cuando intentas conseguirlas porque son tus sueños y realmente te enamoran, el resultado nunca es el premio, es el camino… Porque el premio eres tú. Entonces sabes si los obstáculos eran para decirte sí o no, pero realmente da igual porque te has transformado. Te das cuenta de que has hecho un gran aprendizaje y el camino ha sido valioso para ti. Y tal vez los impedimentos que encontraste eran para reafirmarte y aprender a confiar y seguir adelante y darte cuenta de que no creías en ti lo suficiente todavía. Eran una representación física de tus pensamientos más limitantes, un reflejo fiel de las barreras que tú te pones para valorarte y creer en ti. Cuando descubres que la meta eres tú siempre hay recompensa. El resultado no es la meta ni el objetivo, es el trabajo maravilloso que has hecho internamente contigo mismo. Si transitas ese camino y te acercas a la meta desde el amor propio, desde la autoestima, desde el reconocimiento por lo que eres siempre ganas. No importa si era para ti o no era para ti porque lo que era para ti era ese amor que has descubierto que llevabas dentro por explorar.

Desde hace años tengo claro que si tus sueños te están haciendo sufrir por el camino es una señal para que cambies tus sueños o cambies tú la forma de acercarte a ellos…

¿Insistir o desistir? Es una pregunta formulada en base al objetivo y no al verdadero reto que siempre es darse cuenta del propio valor durante el trayecto. El logro es adquirir la confianza, llegar a creer en ti y tu capacidad y valor, revelar tu talento y entereza, y sentirte merecedor de alcanzar tu sueño, llegue o no llegue.

¿Insistir o desistir? No importa realmente, lo único importante es ser honesto contigo y con las personas que te rodean y acercarte a lo que deseas con todas las ganas que acumulas, pero sabiendo que tu valor no depende de que lo consigas. Notar si seguir en el camino te aparta de ti o te acerca a valorarte realmente. Saber si estás insistiendo porque te sientes bien y te compensa o para demostrar algo ante el mundo… Dejar de boicotearte y de ponerte la zancadilla con tus pensamientos… Darte cuenta de qué deseas realmente…

¿Insistir o desistir? Qué más da… Lo que importa es cómo te sientes tú mientras lo haces. Si te conduce a la verdadera meta que es darte tu lugar en el mundo y en tu vida. Y sin olvidar nunca que mereces lo mejor, alcances o no tus metas.

Gracias por leerme. Te invito a leer mis palabras en formato libro, en este caso con mis poemas..

Las palabras van a curar nuestras heridas porque nos ayudarán a decir en voz alta lo que nos duele y poner nombre a nuestros miedos… Este es mi primer libro de poemas, en ellos hablo de la vida y de traspasar miedos.

Es un compendio de palabras que hablan de sacarse las espinas clavadas y decir en voz alta aquello que a menudo callamos…

Una mirada bárbara a esa vida que vivimos y no nos satisface mientras esperamos una vida mejor que nunca llega porque no hacemos nada para que eso suceda.

Habla de amor y de desamor. De amar tanto que a veces te quedas solo amando y descubres que nadie está a tu lado en ese amor y, gracias a ello, acabas encontrándote a ti mismo. De desear tanto que das la vuelta a la esquina y te das cuenta de que el deseo te llevó a atravesar tus miedos más rotundos y encontrarte de verdad.

Son poemas irreverentes, imprudentes y sinceros que esperan hacernos reflexionar sobre si la vida que habitamos es la vida que merecemos y, si la respuesta es no, hacer que nos levantemos del sofá.

Puedes comprar aquí «Algunos Poemas bárbaros»

Por cierto, si no quieres perderte nada de lo que publico en mis redes y las últimas novedades, te invito a suscribirte a mi canal de telegram


4 comentarios

Una de las grandes verdades de la vida


Nos pasamos la vida sujetando cosas para que no sea caigan.

Sujetamos trabajos que no nos gustan. Sujetamos relaciones que no funcionan. Sujetamos situaciones insoportables.

Nos hacemos daño para no herir a otros. Nos hacemos daño para no quedar mal. Nos hacemos daño para no hacernos luego más daño porque cambiar las cosas nos asusta mucho y parece doloroso.

Sufrimos para no sufrir.

Sufrimos para no enfrentarnos a nosotros mismos y a la vida que nos pide que dejemos de repetir los mismos esquemas una y otra vez.

Lo hacemos porque no creemos tener otra opción. Porque nos educaron para ser útiles, para ser complacientes, para estar pendientes de otros, para no fallar, para ser una versión de nosotros asequible y que no hace demasiado ruido…

No soltamos lo que nos está haciendo daño porque pensamos que no mereces más.

Porque creemos que si no nos conformamos con esas migajas no llegará nada mejor.

Porque nos asusta quedar mal y que nos señalen con el dedo y ser «el que dijo basta» y ver las caras que podrán los que están acostumbrados a que siempre digamos que sí cuando digamos que no.

Porque decir no es duro cuando llevas toda la vida diciendo que sí. Porque sientes que fallas a los demás. Porque parece que traiciones algo sagrado, cuando en realidad lo que haces es dejar de traicionarte a ti mismo y ser honesto contigo.

Sujetamos muchas veces realidades que son irreales para que nuestro mundo falso y aburrido no se desmorone. Fingimos que nos gusta nuestra vida para no tener que decir en voz alta que no podemos más y que lo que realmente queremos es otra cosa… Decidimos desde el miedo y el miedo nos dice que no hagamos nada, que nos quedemos quietos, que a nosotros nos ha tocado una ración pequeña de felicidad y que eso que deseamos está fuera de nuestro alcance.

Y lo más increíble de todo es que ir a por ello no nos garantiza conseguirlo, es cierto.

Los sueños a veces se nos escapan, sobre todo porque los dejamos escapar nosotros sin movernos ni avanzar por miedo. Otras veces, los perseguimos y nunca llegan. El milagro que esperamos no es tocarlos ni conseguirlos, es el cambio interior que se produce en nosotros cuando, a pesar de todo, nos arriesgamos y decidimos que los merecemos.

El verdadero sueño a conseguir es empezar a vernos dignos de lo que deseamos.

Eso hace que dejemos de sujetar lo que no nos llena y no nos hace sentir vivos. Que nos sintamos vivos sin que nada ahí afuera tenga que llenarnos ni ser de un modo concreto… Que dejemos ese modo supervivencia de ver la vida y decidamos explorarla… Que soltemos el lastre pesado y nos abramos a experiencias nuevas… Que nos demos cuenta de que merecemos lo mejor.

Aceptemos lo que hay y cuando no podamos cambiar lo que pasa, cambiamos nosotros para darnos cuenta de que no nos estamos tratando bien y estamos viviendo una vida que no nos corresponde.

Mereces lo mejor. Si lo mejor no está en tu vida, que no sea porque tú eliges conformarte con menos.

Lo que estamos buscando no es un sueño, es confianza en nosotros mismos… Y solo se consigue avanzando a pesar del miedo. Cuando das el paso para soltar y amarte, descubres una de las grandes verdades de la vida, ya has ganado. No podías perder. Llevas años esquivando la felicidad de encontrarte y reconocerte por miedo a no llegar a una meta que no existe, porque la meta eres tú… Porque el premio es la transformación que se obra en ti cuando tomas la decisión de valorarte y dar ese paso para tratarte mejor… La recompensa eres tú. Verte con todo tu valor y reconocerte. Elegirte tú. Decidir que estás de tu parte pase lo que pase.

El resultado es el proceso. El regalo ha estado siempre en tus manos.

La meta que querías alcanzar siempre ha sido tuya.

Gracias por leerme. Espero que lo que escribo te sea útil.

Escribo sobre hacer cambios en tu vida para poder transformarla si realmente estás harto y cansado de repetir siempre las mismas experiencias y vivir en bucleSi te interesa, te invito a leer mi libro, si realmente quieres hacer un cambio en tu vida.

Haz click aquí 

¡Ríndete! Deja que tu mundo caiga

Si prefieres que te acompañe personalmente, he preparado un programa para tomar decisiones y salir de bucle en que te encuentras. Un entrenamiento exclusivo que en 40 días te permitirá reconocer tu potencial e ir borrando poco a poco las creencias y hábitos que frenan tu autoestima y tu evolución… ¡Echa un vistazo y toma ya esa decisión que puede cambiar tu vida! ¿Te acompaño?

Toma decisiones y cambia tu vida en 40 días 


Por cierto, si no quieres perderte nada de lo que publico en mis redes y las últimas novedades, te invito a suscribirte a mi canal de telegram