merceroura

la rebelión de las palabras


2 comentarios

Ella


Ella, siempre pendiente de lo que necesitan los demás.

Siempre atenta. Siempre en la piel de otros intentando comprender qué sienten y cómo puede hacerles el camino más fácil.
Siempre con las palabras correctas para los oídos ajenos… Siempre necesitando llegar en el momento oportuno y ser un bálsamo para otros.
Ella, siempre intentando no molestar, pero estando ahí por si hace falta, por si se la echa de menos, demostrando todo lo que puede hacer y hasta dónde puede llegar si se lo proponen. Para que sepan que tiene valor y que es capaz de llegar a lo máximo.
Motivada, como si el aire que respira tuviera más oxígeno que el aire que respira el resto del mundo… Siempre con fuerzas, siempre con ganas y siempre cansada estar tan pendiente de todo, para que todo salga bien y sea perfecto. Con el cuerpo dolorido de intentarlo todo y no poder fallar, ni parar para descansar por si pierde su lugar, por si demuestra flaqueza y pierde su puesto, un puesto que no tiene…
Ella, siempre repasándolo todo para que esté perfecto, para que no falte nada, para que no sobre, para que aquellos que lo vean sepan lo mucho que se ha esforzado para hacerlo bien.
Ella, siempre acumulando méritos y haciendo el doble que los demás por esa insana sensación que la ha acompañado siempre que le hace creer que necesita demostrar… Que es insuficiente… Que le hace falta aportar algo extra a todo lo que hace y a todas su relaciones porque si no, no llega a los mínimos porque su presencia no cunde… Siempre pensando que decepciona, sintiéndose pequeña e insignificante. Aportando siempre más que los demás porque su casilla de salida está mucho más lejos y para llegar a la meta es necesario que corra más, que resista más y que recorra más distancia.


Ella, siempre dándolo todo y sintiéndose nada. Dejándose para luego. Apartándose por si molesta, sintiéndose un estorbo. Notando en cada uno de los minutos de su vida un rechazo insistente y constante del mundo. Sintiéndose una brizna de polvo en una estantería olvidada en la vida de otro… Ni siquiera en la suya propia.
Olvidando su piel mientras se pone en piel ajena y siente el dolor de otros mientras posterga su dolor… No solo porque ha llegado un momento en que ese dolor es insoportable y se acumula demasiado sino porque cree que así suma puntos la vida y ante las personas que le importan para empezar a importarles de una vez por todas… Y siempre todo tan arduo, tan complicado, tan cuesta arriba…
Ella, toda la vida pidiendo perdón por su insignificante existencia y arrastrándose un poco más que los demás, insistiendo más, levantándose antes y acostándose más tarde… Esforzándose sin parar hasta quedar rendida y exhausta. Con esa máquina de precisión en la mente, controlarlo todo para que nada se le escape y que todos crean que es perfecta para que así puedan aceptarla y , al fin, sentir que encaja…
Dejar de notarse desgajada del mundo y extraña. Dejar de ser la pieza de otro puzzle en un puzzle gigante en el que todo el mundo encuentra su lugar, menos ella.
Dejar de sentir que cuando se sienta la mesa para ella no hay plato, no hay silla, no hay cena porque nadie la esperaba, porque a nadie le importa, porque nadie la ve, porque ese tampoco es su lugar…
Ella, diciendo siempre que sí, por si aquella es la gran oportunidad que no puede perder para demostrar que merece, que existe, que se lo ha ganado y por fin llega la recompensa a tanto esfuerzo…
Ella, siempre agotada y rota, un día se levanta y ya no puede más… Deja esta absurda carrera para satisfacer al mundo y empieza a mirar a la mujer del espejo y pedirle perdón haberla dejado tirada e ignorarla.
Y dice que no. Y dice basta. Y empieza a ponerse en su piel y a notar como las miles de agujas de dolor que tenía pendientes se clavan en su piel… Le cuesta dejar esa forma que tiene de vivir arrastrada y siempre pendiente de lo que dirán y pensarán pero está tan destrozada que ya no tiene alternativa… O cambia o cambia. O cambia o muere por dentro y deja de existir…
Y descubre que la que se ha estado dejando de lado, la que ha estado ignorándola y ninguneándola es ella misma… Que cada vez que dijo sí a otros por demostrar y mendigar ese estaba diciendo que no a ella misma. Que era ella quien tomó todas y cada una de las decisiones y se dejó apartada.
Descubre que se olvidó de su esencia para encontrar la esencia de otros.
Descubre que se descuidó de ella misma para cuidar a otros que fueron incapaces de ver lo que ella les daba y valorarlo. Seguramente porque muchos de ellos también acumulaban dolor y esa era su forma de soportarlo.
Librando una batalla absurda que ya tenía ganada porque tan solo necesitaba prestarse un poco de atención y darse aquello que esperaba que otros le dieran.
Ella, por primera vez para y respira y deja de esforzarse por demostrarle al mundo su valor y empieza a creérselo. Empieza a notar que había estado ausente de su vida para vivir la vida de otros… Rompe con todo y al mismo tiempo se percata de que no tiene que hacer nada.


Ella, tan rota y deshilachada, empieza a remendarse y a juntar las piezas con cariño y descubre que no necesitaba encajar en ningún lugar porque es una pieza única… Porque en realidad siempre ha tenido un lugar y solo necesitaba ocuparlo en su vida.
Ella, ahora siempre caminando para ella misma en camino que escoge, sin esperar nada más que encontrarse en los rincones y disfrutar de ser…
Dejando de esquivar su mirada y sintiéndose enorme por el hecho de existir.
Notando todo el cansancio acumulado que lleva encima de haber pasado siglos intentando que el mundo la viera… Poniéndose fácil la vida a ella misma y no a los demás.
Reescribiendo su historia y llorando a ratos, sin miedo a llorar. Perdónandose por no haberse sentido insuficiente y perdonando a todos lo que no la supieron ver porque era imposible ver a alguien que se escondía de ella misma.
Ella siendo ahora imperfecta y dándose cuenta de que esa ya es su mejor versión.

Gracias por leerme. Espero que lo que escribo te sea útil.

Te invito a leer mis palabras en formato libro, en este caso con mis poemas..

Las palabras van a curar nuestras heridas porque nos ayudarán a decir en voz alta lo que nos duele y poner nombre a nuestros miedos… Este es mi primer libro de poemas, en ellos hablo de la vida y de traspasar miedos.

Es un compendio de palabras que hablan de sacarse las espinas clavadas y decir en voz alta aquello que a menudo callamos…

Una mirada bárbara a esa vida que vivimos y no nos satisface mientras esperamos una vida mejor que nunca llega porque no hacemos nada para que eso suceda.

Habla de amor y de desamor. De amar tanto que a veces te quedas solo amando y descubres que nadie está a tu lado en ese amor y, gracias a ello, acabas encontrándote a ti mismo. De desear tanto que das la vuelta a la esquina y te das cuenta de que el deseo te llevó a atravesar tus miedos más rotundos y encontrarte de verdad.

Son poemas irreverentes, imprudentes y sinceros que esperan hacernos reflexionar sobre si la vida que habitamos es la vida que merecemos y, si la respuesta es no, hacer que nos levantemos del sofá.

Puedes comprar aquí «Algunos Poemas bárbaros»

Soy coach. Si prefieres que te acompañe personalmente, he preparado un programa para tomar decisiones y salir de bucle en que te encuentras. Un entrenamiento exclusivo que en 40 días te permitirá reconocer tu potencial e ir borrando poco a poco las creencias y hábitos que frenan tu autoestima y tu evolución… ¡Echa un vistazo y toma ya esa decisión que puede cambiar tu vida! ¿Te acompaño?

Toma decisiones y cambia tu vida en 40 días 

Por cierto, si no quieres perderte nada de lo que publico en mis redes y las últimas novedades, te invito a suscribirte a mi canal de telegram


Deja un comentario

Soltar


Nos pasamos la vida intentando alcanzar metas y muchas de ellas se nos resisten… Sin embargo, creo que a veces lo más difícil de la vida no es conseguir algo sino aprender a soltar. No es sujetar nada o tenerlo sino apartarse o dejarlo ir cuando ves que, hagas lo que hagas, no puede ser… Que está en tu vida sin estar o que duele demasiado para seguir intentando retenerlo.

Dejar ir está impregnado de un vacío a veces insoportable.

Porque no dejas ir lo que es sino lo que pudo haber sido.

La fantasía, la ilusión, la imagen maravillosa y perfecta de lo que tanto deseabas que fuera y no fue o fue a medias… De lo que está contigo y no puede ser, a veces sin saber por qué ni comprender, de lo que tienes y no te llena… Lo que te hace daño, lo que no te sirve, lo que te resta, lo que te hace sentir pequeño y miserable… Aquello que cuando lo tienes al lado, te susurra palabras de escasez, de insuficiencia, de rechazo.

Aquello que está en tu vida a medias e, inevitablemente, te hace sentir una persona a medias.

Porque el hecho de no poder disfrutarlo como deseas te llega a hacer creer que no lo mereces, que no estás a su altura.

Y quieres soltarlo pero te resistes, porque puede que no solo amas lo que es sino lo que pudo ser. Lo que imaginaste. Lo que tu mente ha recreado mil veces que sería… Porque no sueltas una casa, sueltas la ilusión de un hogar… No dejas atrás una conversación pendiente que no llega, te ves obligado a dejar a un amigo y te duele reconocer que no le importas suficiente y paga con silencio tu cariño… No tiras un cazo viejo, tiras las sopas de tu abuela los domingos cuando eras niña. No llevas al desguace un coche, decides poner punto a final a una etapa de tu vida mientras lo conducías… No lanzas al abismo un vestido sino la posibilidad de ir al baile…

Resistirse a ello nos da una falsa sensación de control que nos desgasta y nos rompe por dentro. Y más cuando ya hemos dado todo y hemos hecho todo lo posible y no depende de nosotros que sea, que pase, que llegue. Resistirse duele y no lleva a nada más que más dolor y decepción.

Es importante dejar ir y cerrar etapas. Quedarse con lo que nos hace bien. Abrirse a que la vida te sorprenda.

A veces, soltar no es dejar de amar sino amar sin necesitar, sin imaginar ya más lo que podría ser y aceptar lo que es… Abrir la puerta a infinitas posibilidades y dejar que la vida te sorprenda. Permitir que las cosas sean sin forzar. Cerrar puertas para descubrir si se abren solas de nuevo o no, sin que tú hagas guardia ni tengas que estar pendiente de que queden abiertas. Al final, lo que tiene que estar en tu vida siempre regresa si era real.

Otras veces, soltar es el único modo de seguir con menos carga… Dejar el lastre que nos pesa demasiado y decidir que, aunque dejar atrás nos duele mucho, seguir intentando algo que no es posible nos está destrozando por dentro incluso más.

Es duro soltar, pero a veces, cuando sueltas, descubres que hay cosas, situaciones y personas que se quedan o vuelven, porque tienes que dejar que la marea baje y muestre que queda en pie en tu vida… Porque el cambio que supuso soltarlas hizo que aprendieras a verlas de otro modo y tenerlas cerca sin necesitarlas. Y eso nos libera totalmente.

La vida te da más cuando sientes que no necesitas.

Cuando dejas de sentirte escaso y das gracias.

Cuando descubres que mereces sin tener que mendigar ni regatear.

La vida te da cuando te das… Y lo más curioso es que justo en ese momento te das cuenta de que ya lo tenías todo.

Gracias por leerme. Espero que lo que escribo te sea útil.

Te invito a leer mis palabras en formato libro, en este caso con mis poemas..

Las palabras van a curar nuestras heridas porque nos ayudarán a decir en voz alta lo que nos duele y poner nombre a nuestros miedos… Este es mi primer libro de poemas, en ellos hablo de la vida y de traspasar miedos.

Es un compendio de palabras que hablan de sacarse las espinas clavadas y decir en voz alta aquello que a menudo callamos…

Una mirada bárbara a esa vida que vivimos y no nos satisface mientras esperamos una vida mejor que nunca llega porque no hacemos nada para que eso suceda.

Habla de amor y de desamor. De amar tanto que a veces te quedas solo amando y descubres que nadie está a tu lado en ese amor y, gracias a ello, acabas encontrándote a ti mismo. De desear tanto que das la vuelta a la esquina y te das cuenta de que el deseo te llevó a atravesar tus miedos más rotundos y encontrarte de verdad.

Son poemas irreverentes, imprudentes y sinceros que esperan hacernos reflexionar sobre si la vida que habitamos es la vida que merecemos y, si la respuesta es no, hacer que nos levantemos del sofá.

Puedes comprar aquí «Algunos Poemas bárbaros»

Soy coach. Si prefieres que te acompañe personalmente, he preparado un programa para tomar decisiones y salir de bucle en que te encuentras. Un entrenamiento exclusivo que en 40 días te permitirá reconocer tu potencial e ir borrando poco a poco las creencias y hábitos que frenan tu autoestima y tu evolución… ¡Echa un vistazo y toma ya esa decisión que puede cambiar tu vida! ¿Te acompaño?

Toma decisiones y cambia tu vida en 40 días 


Por cierto, si no quieres perderte nada de lo que publico en mis redes y las últimas novedades, te invito a suscribirte a mi canal de telegram


2 comentarios

Contigo mismo


Solo cuando estás completamente harto das el paso que necesitas dar.

Solo cuando ante no queda nada, decides cambiar de camino…

Es una lástima tener que esperar a no poder más para reaccionar y tomar decisiones, pero a veces es la única forma en que tenemos fuerzas. El momento en que nos damos cuenta de que no podemos seguir así y hacemos click muy dentro y algo se rompe y se pone en marcha ese mecanismo que estaba oxidado y paralizado… Es curioso que para levantarse con fuerza y con ganas se tenga que caer, a veces. Que para que algo sea sólido, en este caso nosotros y nuestra voluntad, tengamos que perderlo todo, que destruirlo todo, que caer al vacío… Aguantamos tanto, nos esforzamos tanto para resistir cosas que realmente no deberíamos soportar si nos valoráramos y respetáramos que perdemos la fuerza y la autoestima para detener la a tiempo la espiral en la que andamos metidos… O para cerrar la puerta a lo que nos hace daño. Esperamos que las circunstancias cambien para decir basta y nada cambia nunca porque el cambio real depende de nosotros.

Por ello, muchas veces, diría que demasiadas, necesitamos hundirnos y tocar fondo para poder darnos cuenta de que ya no podemos seguir. Para que no haya más remedio que permitirnos dejar de ser la víctima de la situación y tomar las riendas para salir del agujero. Cuando el dolor es insoportable, ese hilo de voz que no queda nos permite decir no porque la alternativa, continuar igual, se vuelve impensable.

No es el momento de reprocharse nada sino de darse las gracias por ser capaz y tomar aliento.

Es el momento de aprovechar el impulso de la caída para levantarse y con esa fuerza arrasar con todo lo que ya sabemos que no es e ir a por lo que sí.

Es el momento, con esa fuerza que te da el dolor acumulado y el ímpetu para ya no soportarlo más, de tomar decisiones. Y no, no son en caliente, son todas esas necesidades acumuladas que tienes pendientes y no has escuchado nunca… Son esas súplicas que no atiendes… Y justo ahora, cuando todo está roto, perdido, destrozado… Cuando ya no tienes nada que perder, porque te has perdido a ti intentando ser encontrado por otros que nunca te hicieron el más mínimo caso ni te respetaron, que puedes ir a por todas.

Es una lástima caer y tocar fondo, pero a veces es esa palanca que necesitamos para poder lanzarnos y dar ese salto de fe en nosotros mismos que necesitamos. Ese empujón para seguir adelante desde la confianza del que ya no puede más en el camino que ha transitado hasta ahora y sabe que cualquier otro camino será mejor porque en ese ya no hay salida.

Justo en ese instante, te das cuenta de que no se trataba de elegir camino ni decir no o decir sí… Siempre, absolutamente siempre, la opción saludable y sensata era elegirte a ti. Y que cualquier opción que pase por pisarte o rechazarte a ti mismo, tiene que quedar descartada… Es más, ya ni siquiera existe.

Y desde ahí puedes perdonarlo todo porque ves el aprendizaje y no la ofensa… Y ya has encontrado a alguien que te valora suficiente como para seguir adelante a tu lado. La ironía es que esa persona siempre estuvo ahí, porque eres tú, pero tú nunca le hiciste caso. Siempre fuiste tú contigo mismo…

Gracias por leerme. Espero que lo que escribo te sea útil.

Te invito a leer mis palabras en formato libro, en este caso con mis poemas..

Las palabras van a curar nuestras heridas porque nos ayudarán a decir en voz alta lo que nos duele y poner nombre a nuestros miedos… Este es mi primer libro de poemas, en ellos hablo de la vida y de traspasar miedos.

Es un compendio de palabras que hablan de sacarse las espinas clavadas y decir en voz alta aquello que a menudo callamos…

Una mirada bárbara a esa vida que vivimos y no nos satisface mientras esperamos una vida mejor que nunca llega porque no hacemos nada para que eso suceda.

Habla de amor y de desamor. De amar tanto que a veces te quedas solo amando y descubres que nadie está a tu lado en ese amor y, gracias a ello, acabas encontrándote a ti mismo. De desear tanto que das la vuelta a la esquina y te das cuenta de que el deseo te llevó a atravesar tus miedos más rotundos y encontrarte de verdad.

Son poemas irreverentes, imprudentes y sinceros que esperan hacernos reflexionar sobre si la vida que habitamos es la vida que merecemos y, si la respuesta es no, hacer que nos levantemos del sofá.

Puedes comprar aquí «Algunos Poemas bárbaros»

Soy coach. Si prefieres que te acompañe personalmente, he preparado un programa para tomar decisiones y salir de bucle en que te encuentras. Un entrenamiento exclusivo que en 40 días te permitirá reconocer tu potencial e ir borrando poco a poco las creencias y hábitos que frenan tu autoestima y tu evolución… ¡Echa un vistazo y toma ya esa decisión que puede cambiar tu vida! ¿Te acompaño?

Toma decisiones y cambia tu vida en 40 días 


Por cierto, si no quieres perderte nada de lo que publico en mis redes y las últimas novedades, te invito a suscribirte a mi canal de telegram