merceroura

la rebelión de las palabras

Temporalmente triste

2 comentarios


Que sí, que estoy triste. Y ahora no quiero fingir que no me pasa nada. No voy a colgar una foto en la que parezca que arraso y que las cosas me van genial. Voy a cerrar mis puertas y si me sale, hablaré con un amigo que sepa de tristezas y pueda escucharme. Porque mi pena está ahí para ser sentida y considerada. Porque si no la miro, se quedará dentro, olvidada pero pendiente. Se hará una cabaña y morará en mí soltando rabia, asco, angustia y pudriendo lo que soy y lo que anhelo.

Sí, hoy no tengo historias divertidas ni ganas de guasa. Tal vez esta tarde, cuando me sobreponga y respire hondo, se me pasa. No prometo nada al mundo porque estoy comprometida conmigo y con esto que me nace, para ser sentido y vivido y superado. Porque tengo que abrazar esta desesperación para poder soltarla. Si no aceptas el duelo de tus días no superas su pena, sencillamente la escondes y ocultas, huyes de ella y te queda pegada a los pies y te pesa cuando caminas.

No, no es ser pesimista. Es ser valiente. Es sumergirse en tu verdad y comprenderla. Es ser amable contigo y no falsearse, no fingir. ¿Acaso no es optimismo la coherencia? ¿Acaso no es ser positivo ver tu sombra y comprenderla? ¿Acaso no es amor propio dejar de culparse por lo que sientes y perdonarse los errores?

Permitirse estar triste cuando esa emoción viene a ti… Sentirla y gestionarla es un regalo que te haces a ti mismo…

Para comprender y poder soltar. Para dejar de estar supeditado a ella y tomar las riendas. Para poder tomar decisiones al respecto y soltar lo que tienes que soltar para que tu vida lleve menos cargas innecesarias… Estar triste, temporalmente triste en este mundo que te pide que finjas constantemente que eres un ganador que nunca falla, es un acto maravilloso de rebeldía y autoestima.

No, lo siento. No sé si todo irá bien ni busco consignas. Sencillamente confío que pasará lo que pase y yo encontraré la forma de llevarlo y sentirlo. Que sabré ver la manera de sacarle partido y darle la vuelta. Que encontré la belleza en el bache y la luz en la oscuridad. Que lo que pase será bueno porque yo será buena conmigo. Que sabré levantarme de nuevo y mirar al frente con ganas. Y cuando no tenga ganas, me fallen las fuerzas y no sepa hacia dónde, ni como… Me respetaré y seré todavía más amable conmigo. Cuánta más perdida esté me querré más. Cuánto más desesperanzada me sienta, más me abrazaré. Cuánto más triste, más me permitiré las lágrimas.

Y si no se hacerlo no pasa nada, lo que cuenta es el respeto que me tenga. Lo que cuenta es que encontraré la forma, sea solo o con ayuda. 

¿Hay mayor acto de autoestima que abrazarse y ser amable en los malos momentos? ¿Permitirse lo que sientes para poder comprender de dónde viene y soltarlo?

Porque sin vaciar lágrimas primero, todas las sonrisas siempre serán falsas. Y es verdad, el gesto crea realidad pero es importante no huir de la vida.  No dejarse nada dentro que no sea sentido, ni dicho en voz alta. Es necesario no guardar angustia, ni rabia, ni vergüenza, ni pena que nos haga ocultarnos de la vida o rechazarla.

Porque las palabras hermosas caen en saco roto si dentro llevas escritas otras palabras que no ves y no recuerdas, palabras inconscientes que escriben tus pensamientos y tus creencias y que hablan de miedo, de desamor, de impotencia, de rabia, de injusticia… 

Que sí, que estoy triste. No pasa nada. Ningún universo invadido de sonrisas artificiales me va castigar por ello. Porque ser capaz de sentir este dolor y aceptarlo es un gran gesto de amor hacia uno mismo. 

Sigo adelante, a mi ritmo. No pasa nada. En la medida en que no intente escapar de lo que siento, este dolor se irá desvaneciendo. Y saldré de esta más libre, más sabia, más yo misma.

Estoy triste. No intentes animarme ahora, por favor. Me da náuseas. Merezco mi tiempo y mi espacio. No tengo que satisfacer tu necesidad de verme alegre todo el rato, para que luego te pongas a ver una serie donde todos lloran y se machacan unos a otros mientras a mí me exiges que sonría. 

No soy un autómata. Pido paz. Pido pista para esta tristeza que necesita despegar y busca cielo abierto. Pido pista para mí que necesito echar a correr y volver al mismo sitio. Estoy cansada de parecer y arrastrar. Estoy cansada de mantener la compostura y forzar la vida. Respeta mi pena. Respeta mi dolor. Respeta mi espacio. Respeta que no haga las cosas a tu modo… 

Que sí, que estoy triste y me harta tener que disimular para que no os ofenda mi tristeza. Lo siento, ya basta de tanta exigencia. Dejad ya las consignas absurdas que ni siquiera vosotros os creéis y ni siquiera habéis experimentado nunca… No quiero mantras ni culpas, no quiero juicios ni críticas, quiero escucharme las entrañas bailar y contarme esta historia para poder superarla. 

La vida es un poco todo. Es el baile, la risa, el desenfreno y también el parón, la sacudida y el llanto. Es esa tarde perfecta y esta mañana de angustia. Sin los oscuros, no vemos los claros. Sin tempestad, no hay calma. Sin vaciar lágrimas, no hay sonrisas.  Sin permitirme sentir este miedo, este dolor, esta pena, no podré renacer y sentirme dichosa. Sin abrazar esta tristeza, no podré dar gracias por descubrir que pasó en mí y la tengo superada. 

Sí, que sí… Que estoy triste, temporalmente triste, pero entera. Ya está. 

Dejad de intentar que sonría, que finja, que me sienta mejor por arte de magia… Respetad mi proceso, mi duelo, mi llanto, mis tiempos… Y daos cuenta de que el problema no lo tengo yo, no os gusta verme así porque, en parte, os hago de espejo… Porque no os molesto yo, os molesta vuestra propia tristeza no reconocida… La que podéis ver al mirar en mí y descubrir que yo me atrevo a reconocer lo que me pasa y atravesarlo. 

A lo mejor, os podéis plantear, si tanto os agobia, empezar a reconocer lo que realmente sentís y ver que no pasa nada… 

(Este texto es sobre gestión emocional, para comprender que todos los estados y emociones son necesarios y válidos y que todo tiene un proceso. No habla de mi estado actual ni es una reflexión personal de este momento de mi vida). 

Gracias por leerme. Espero que lo que escribo te sea útil.

Te invito a leer mis palabras en formato libro, en este caso con mis poemas..

Las palabras van a curar nuestras heridas porque nos ayudarán a decir en voz alta lo que nos duele y poner nombre a nuestros miedos… Este es mi primer libro de poemas, en ellos hablo de la vida y de traspasar miedos.

Es un compendio de palabras que hablan de sacarse las espinas clavadas y decir en voz alta aquello que a menudo callamos…

Una mirada bárbara a esa vida que vivimos y no nos satisface mientras esperamos una vida mejor que nunca llega porque no hacemos nada para que eso suceda.

Habla de amor y de desamor. De amar tanto que a veces te quedas solo amando y descubres que nadie está a tu lado en ese amor y, gracias a ello, acabas encontrándote a ti mismo. De desear tanto que das la vuelta a la esquina y te das cuenta de que el deseo te llevó a atravesar tus miedos más rotundos y encontrarte de verdad.

Son poemas irreverentes, imprudentes y sinceros que esperan hacernos reflexionar sobre si la vida que habitamos es la vida que merecemos y, si la respuesta es no, hacer que nos levantemos del sofá.

 

Puedes comprar aquí «Algunos Poemas bárbaros»

Soy coach. Si prefieres que te acompañe personalmente, he preparado un programa para tomar decisiones y salir de bucle en que te encuentras. Un entrenamiento exclusivo que en 40 días te permitirá reconocer tu potencial e ir borrando poco a poco las creencias y hábitos que frenan tu autoestima y tu evolución… ¡Echa un vistazo y toma ya esa decisión que puede cambiar tu vida! ¿Te acompaño?

Toma decisiones y cambia tu vida en 40 días 

Por cierto, si no quieres perderte nada de lo que publico en mis redes y las últimas novedades, te invito a suscribirte a mi canal de telegram

 

Autor: merce roura

Amo la imprudencia de mis palabras...

2 pensamientos en “Temporalmente triste

  1. ME ENCANTA,,,,, ES CIERTO QUE NO SIEMPRE ..TODO SON MENSAJES DE FELICIDAD.

    Me gusta

Deja un comentario