Soy diferente. Y tú también.
No te escondas, ni intentes ocultar que tus ojos llevan escrito que buscan y necesitan algo que otros no desean o han renunciado a tener. Lo has sabido siempre. Desde que tenías cuatro años y rasguños en las rodillas. Desde que decidiste mirar a la luna y no al dedo. Cuando te detenías a mirar por la ventana y podías imaginar un mundo donde otros sólo veían árboles. Y suplicabas ver sólo árboles y no podías, porque querías ser “normal”, corriente, pasar desapercibido, que nadie te señalara con el dedo ni cuestionara tu esencia. A veces, durante unos días, te ponías la sonrisa facilona y mirabas sin ver, tocabas sin notar y la gente te dejaba tranquilo. Lo conseguías, pero duraba poco, muy poco… Era una placidez extraña y cargada de angustia ante lo inevitable. Un repique en tu cabeza te despertaba del sueño de los conformes y sentías como un viento imparable te tambaleaba los pies y agitaba el pecho. Tu alma irreverente y loca se ponía en vigilia… Tus ojos adquirían ese brillo especial que te permite verlo todo bajo otro prisma y devorar con avidez pequeños detalles que los demás no ven o deciden ignorar. Tu carga se soltaba, el amarre que te asía al mundo de la resignación se aflojaba… Te acercabas a la ventana y veías un horizonte ancho y eterno. Y pensabas como justificarte por poder contemplar lo que se dibujaba ante ti. Y aquello dolía porque no se podía ocultar. Aún pasa, se te escribe en las pupilas y se nota. Lo notan incluso los que jamás podrán compartirlo y, sobre todo, los que alguna vez lo han sentido y deciden ahogarlo para no sufrir lo que tu sufrías entonces. Son los que más criticaban desde sus caparazones y vidas asépticas y vacías…
Han pasado años y caras agrias. Han pasado años y muchos momentos infinitos. A veces, durante este tiempo, sólo has visto árboles, cierto. Tu brillo se ha apagado y te has integrado en una masa amorfa que sueña dentro de marcos, como las fotos, que vive en pequeñas parcelas, bucea en aguas estancadas y asume riesgos diminutos y demasiado calculados. Otras veces, te has forzado para no pensar, no sucumbir, no imaginar. Aunque la venda cae, siempre. El corazón se acelera y no puedes evitarlo. Ese mundo te llama, pronuncia tu nombre con fuerza, a gritos… Es una llamada profunda que no viene de fuera, sino de dentro. Es imposible hacerla callar. Es imposible no escucharla. Y descubres que ese mundo que has visto siempre, eres tú. Lo llevas metido en la entrañas desde que naciste. Eres tú y tus posibilidades infinitas… De ser distinto y no ser la copia de nada. De surcar mil realidades, sobrevolar mil océanos y de hacer un ridículo clamoroso y repetirlo una y otra vez. De existir sin pedir perdón por superar límites, por borrar fronteras y derribar muros. Por regresar al punto de partida y desear más. Por no atarse a ideas que no tengan alas…
Y no estás solo. Hay muchos, más de los que crees e imaginas. De hecho, todos podrían ser como tú, si se atrevieran a escuchar a vivir desde sus diferencias sin esperar que otros les den el visto bueno. Los que no te soportan y te señalan… Esos aún más. Se sienten como tú, pero disimulan porque tienen mucho miedo.
Duele, a veces, pero es un precio a pagar por vivir sin guantes, sin filtros ni profilácticos para diluir emociones. Es lo que ocurre si te dejas tocar por la vida. Duele, pero la intensidad de sus goces es inmensa.
Eres diferente. No puedes evitarlo y ya no quieres evitarlo.
Eres diferente. Asume y disfruta.
Gracias por leerme… Escribo sobre lo que siento o he sentido y el camino que he hecho hasta llegar aquí (aunque todavía estoy a medio camino de algún lugar). En este camino he aprendido poco a poco a aceptarme y amarme (aún me falta mucho, soy consciente).
Si quieres saber más de autoestima, te invito a leer mi libro “Manual de autoestima para mujeres guerreras”.
En él cuento como usar toda tu fuerza para salir adelante y amarte como mereces y dar un cambio a tu vida… Ese cambio con el que sueñas hace tiempo y no llega.
Si quieres saber más de mí, te invito a entrar en mi web y conocer lo que hago. Acompaño a personas y organizaciones a desarrollar todo su potencial a través del coaching, el mentoring y la Inteligencia Emocional.
Tengo un programa para ti para poder tomar decisiones y salir de bucle en que te encuentras. Un entrenamiento para hacer una transformación duradera en tu vida y ver resultados.
8 de septiembre de 2013 en 13:26
Has acertado Mercè, muchas veces el que tiene Empatía sobre todo siente lo que siente la persona circunstancialmente cerca suyo, entonces se da cuenta que en ese momento es el único que se estremece, conmueve y emociona, mientras los demás a su alrededor ni sospechan lo que le sucede a esa persona. Ser diferente conlleva escuchar una mentira y callar [No siempre jejeje].
Besos.
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8 de septiembre de 2013 en 13:29
Hay que ponerse en lugar de otros, siempre que se pueda. Muchas gracias 🙂
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26 de julio de 2013 en 9:30
Me encantan tus escritos, me siento muy identificada con lo escribes, incluso me atrevo a agradecerte por despertar de nuevo en mi el deseo de escribir, me has servido de inspiración.
Saludos desde Baja California
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26 de julio de 2013 en 9:34
Me alegro mucho de que te gusten y de ni que sea con una pequeña chispa haber estimulado tus ganas de crear… Gracias 🙂
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12 de julio de 2013 en 18:08
Soy diferente
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12 de julio de 2013 en 18:37
No ho dubto, gràcies 🙂
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11 de julio de 2013 en 13:24
Sin duda, precioso y acertado. Gracias por compartirlo !!!
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11 de julio de 2013 en 18:57
A ti, gracias 🙂
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11 de julio de 2013 en 10:41
Me gusta tu forma de contar las cosas, de conectar con los rincones más recónditos de las emociones, pero es que hoy… Woooooow!!!!, me has dejado sin palabras. Magistral. En serio. Has ido un paso más allá.
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11 de julio de 2013 en 18:57
Un abrazo 🙂
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11 de julio de 2013 en 6:51
Reblogueó esto en amaneciendodespiertay comentado:
Ser diferente no es fácil, pero merece la pena!
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11 de julio de 2013 en 8:12
Gracias, un abrazo 🙂
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11 de julio de 2013 en 1:59
No dejas de emocionarme Mercé!!! Te mando un supermegaABRAZO de Luz.
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11 de julio de 2013 en 8:13
Otro para ti, gracias 🙂
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10 de julio de 2013 en 22:51
Has axonseguit emocionar-me, tan de bo algun dia les meves paraules arribin a ser igual de profundes i clares com les teves, gràcies per escriure! Una besada 🙂
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11 de julio de 2013 en 8:13
Segur que sí, gràcies!
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10 de julio de 2013 en 21:12
«Es,lo que ocurre si te dejas tocar por la vida.Duele,pero la intensidad de sus goces es inmensa .»……..»veias un mundo donde otros veian árboles…» TE LAS CITO,PORQUE ESO ES LO QUE TE HACE DIFERENTE…..!SENTIR ,AMANDO O ODIANDO CADA MINUTO DE VIDA!..GRACIAS POR EXPRESARLO TAN COMPLETO,CON TANTO DETALLE
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10 de julio de 2013 en 21:15
Gracias a ti, como siempre. Un beso 😉
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10 de julio de 2013 en 19:31
¡Qué bonito Mercé! en tu línea….. si esa diferencia la marca la humanidad, la sensibilidad, y la creatividad, valores cada vez más escasos, me reafirmo en mi teoría de que si el mundo lo liderasen los «diferentes», todo sería mucho mejor. Ya decía Krishnamurti que «no es saludable estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma». Gracias por poner letras a mis pensamientos.
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