merceroura

la rebelión de las palabras


3 comentarios

Vívete


Vives sin vivirte, sin notarte, sin ser tú… Vives buscando un manual que te diga cómo hacerlo mejor,  cuando en realidad lo que necesitas es conocerte y sentir qué necesitas.
Tienes que seguir tu intuición. Tu instinto. Esa voz que te dice que vayas por la derecha aunque todos vayan hacia el otro lado o que te trae a la mente una persona o una palabra, que parece pedirte que llames, que busques, que des la vuelta, que te pierdas si hace falta para encontrarte a ti mismo… Esa voz que te susurra algo  y que cuando al cabo de un rato aparece ese algo ante ti y todo cobra sentido. Tienes que escucharla cuando te llama, aunque a veces no la entiendas. Aunque te pida que hagas lo que nadie hace y digas lo que nadie dice. Aunque lo que te cuente suene loco y extraño y te parezca que es la mejor forma de hacer el ridículo.
Tienes que dejar rugir a esa bestia hermosa que llevas dentro, dejarla salir a pasear y que rebase el metro cuadrado que normalmente rondas y te adjudicas. Permitirte pensar más allá de lo establecido, de lo que nunca has creído que podrías o atreverías, de lo que nunca has imaginado que sea posible.
Porque a veces hay que construir el puente para que las personas comprendan que pueden pasar al otro lado y abonar el campo antes de saber si podrás plantar la semilla para que algo crezca. A menudo hay que comprar el paraguas para llamar a la lluvia o preparar la mesa para que algún día alguien venga a cenar… Hay que imaginar y sentir y ser capaz de notar qué te dice la vida a través de cada gesto, de cada momento, de cada susurro y de cada vacío… A veces, hay que quedarse en completo silencio para darse cuenta de lo mucho que necesitas el silencio y cuánto grita este mundo que no se escucha a sí mismo. A veces, en el silencio puedes escucharte a ti pidiendo socorro porque hace un siglo que no te escuchas…
Tienes que seguir tu propia luz, aunque te parezca pequeña ante otras luces, aunque a veces se apague cuando estás muy cansado y esa ola de pensamientos terribles te devore las sienes y el ánimo… Aunque la vida dé tantas vueltas y patadas que no sepas dónde estás ni qué sientes. Aunque ahí afuera esté lloviendo siempre tanto que no puedas evitar creer que el sol ya no existe. Aunque una tarde cualquiera abras los ojos y veas que todo lo que has hecho hasta ahora se ha desvanecido o no sirve. No importa. No es lo que haces, es lo que pasa dentro de ti cuando lo haces. Es el camino interior que recorres para conseguir hacerlo y el relato que construyes en ti para poder dar cada paso cuando la noche es muy oscura y el viento muy frío.
Tienes que escucharte aunque sientas que nadie te escucha y que muchas veces creas que lo que vas a decir no importa, porque sí que importa. Importa porque está dentro y tiene necesidad de salir, de volar, de dejar de estancarse. Tienes que descubrir qué sientes y comprender para qué. Convertirte en tu brújula para poder encontrar tu camino, descubrir qué te cuenta esa presión en el pecho, esa sensación en el estómago y en la garganta, qué te dice esa emoción que contienes en ti cuando te levantas por la mañana y observas tu vida y no es como la deseas. Tienes que aceptar lo que es para poder empezar a cambiar lo que depende de ti, lo que está en tu mano y dibujar tu camino.
Tienes que aceptarte para aceptar tu vida y dejar que entre en ella lo que necesitas y soltar lo que sobra, lo que no te hace bien, lo que te recorta y te limita. Tienes que amar lo que ahora eres para recibir lo que viene con los brazos abiertos, la mente abierta… Para verlo con ojos de águila, que siempre percibe los detalles, que ve más allá de las nubes y encuentra oportunidades… Para descubrir el reverso de cada una de esas situaciones que te salpican y te arañan y que a veces el dolor no nos permite ver.
Tienes que hacerte caso porque te olvidas de ti pensando que si haces mil cosas tienes más mérito, llegas a más personas y recibirás más una cosecha más generosa cuando en realidad no sabes qué siembras y no te da nunca tiempo a cuidar como crece. Tienes que prestar atención a lo que te importa, a lo que realmente te mueve y guía tus pasos, a lo que te interesa y llena tu vida de verdad.
Tienes que serte fiel y dejar de traicionarte. Dejar de librar batallas que te agotan y gastan tu energía y que no te aportan nada. Batallas en las que es imposible ganar porque la lucha es tan dura y sin sentido que te rompen por dentro. Deja de luchar y vive. No tienes que ganar nada, ni competir, ni marcar ningún territorio más que tu propia existencia… No te desgastes intentando defenderte, sencillamente no te creas las ofensas… No te canses intentando que nadie invada tu espacio o te se lleve lo que es tuyo, deja de atacarte tú pensando que eres atacable… Echa ese dolor de tu vida después de comprender por qué has 
dejado que duerma en ella tanto tiempo y no te desvanezcas intentando excusarte y explicar porque eres como eres, no necesitas pedir perdón por tu esencia, ya eres una persona increíble…
No te difumines intentando ser otra persona o ser mejor, disfruta de ser tú y vívete bien. Con todas tus ganas, con toda tu confianza, con todo tu amor… Eso hace de ti un tú sin tapujos. Eso hace que descubras que no hay  más versiones de ti que la auténtica, estás tú en esencia y cuando no te traicionas ni te escondes, ya eres tu mejor versión.

Vívete.

Gracias por leerme… Escribo sobre lo que siento o he sentido y el camino que he hecho hasta llegar aquí (aunque todavía estoy a medio camino de algún lugar). En este camino he aprendido poco a poco a aceptarme y amarme (aún me falta mucho, soy consciente o tal vez no tanto, porque todo es un pensamiento y los pensamientos también se pueden observar y decidir si nos los creemos o no).

Si quieres saber más de autoestima, te invito a leer mi libro “Manual de autoestima para mujeres guerreras”.

En él cuento como usar toda tu fuerza para salir adelante y amarte como mereces y dar un cambio a tu vida… Ese cambio con el que sueñas hace tiempo y no llega.

Disponible aquí 

amazon llibre merce amazon

Si quieres saber más de mí, te invito a entrar en mi web y conocer lo que hago. Acompaño a personas y organizaciones a desarrollar todo su potencial a través del coaching, el mentoring y la Inteligencia Emocional. 

www.merceroura.es 

Tengo un programa para ti para poder tomar decisiones y salir de bucle en que te encuentras. Un entrenamiento para hacer una transformación duradera en tu vida y ver resultados.

Consulta aquí 


Deja un comentario

Pensar para no ser, para no sentir, para no estar…


man-599299_640 (1)

Pensar para no sentir.

Pensar y tragarse esas palabras… 

Contener el llanto hasta que la garganta duele tanto que se queda trabada, paralizada, y sabes que necesitas gritar para que todo ese dolor acumulado salga ahí afuera y puedas notar un momento de paz. Saber que si callas mueres un poco pero aún así seguir callando por alguna incomodidad que parece insuperable, algún miedo escondido, alguna realidad que te asusta reconocer. 

Pensar en voz alta para que el silencio no te asalte y tengas que afrontarlo. Para evitar que navegando vulnerable y perdido en ese silencio te des cuenta de que precisamente lo que buscas es silencio, pero huyes de él porque oculta verdades duras, complicadas, crudas… Verdades que parecen tan insoportables que prefieres no saberlas, no tener que afrontarlas ahora y dejarlas para luego, para mañana, para nunca.

Aunque sepas que no hay paz hasta que no te des por vencido y dejes que ese silencio te alcance, te invada, te inunde los sentidos y se instale dentro de ti tanto rato que el niño dormido despierte y empiece a jugar.

Pensar sin salir del rincón de pesar, sin dejar de pensar igual que siempre para no tener que imaginar que otra realidad es posible, para no descubrir que hay muchos mundos en tu mundo y que no todos se parecen al tuyo. Que hay más realidades posibles y que todas dibujan su camino y llevan su paso…

Pensar para no bailar.

Pensar para no tener que salir a la pista y dejarse llevar por la música y abrazar y abrazarse. Para evitar vaciarse y soltarse tanto que la vida se contagie. 

Pensar para no tener que perder la vergüenza ni hacer el ridículo jamás mientras intentas evitar hacer el ridículo. Pensar para olvidarse de estar presente y notar la vida. 

Pensar para dar mil vueltas más a todo y no tener que actuar, para poder parar sin parar de verdad, en calma y sosiego, sino como una forma de resistirte a lo que llega, a lo que viene, a lo que sabes que es inevitable. Pensar para no tener que aceptar nada duela o arañe, que te ponga frente al muro y tengas que ver que es obscenamente sólido y real. 

Pensar para no tener que salir a la luz ni sacar a basura de emociones rotas, rabias contenidas y miedos enquistados. Pensar que todo es culpa tuya, culpa de otro… Culpa, culpa, siempre culpa. Una culpa inmensa y pegajosa que se extiende como una mancha oscura que todo lo encuentra y lo alcanza, que todo lo enmaraña y revienta, que todo lo inunda y apaga… Culpa para desayunar, culpa para almorzar, culpa para cenar que se va contigo a la cama y te arropa y te reprocha que vas, que vienes, que estás, que no estás, que dices sí, que dices no, que callas, que hablas, que vives, que mueres, que existes… Culpa para dar y tomar, culpa para no sentir la culpa de sentir la culpa. Culpa para anestesiar el dolor de la culpa. 

Pensar para no tener que cambiar de camino y pisar esos lugares donde te llegan nuevos pensamientos que podrían volverte loco porque dicen todo lo contrario a lo que has pensado siempre. Porque zarandean tus credos más antiguos y arraigados y sacuden a tus creencias más rotundas. 

Pensar en bucle y hostigarse tanto que vomitas la noche del pasado lunes y la tarde de domingo de congoja máxima. Pensar para no tener que imaginar otras posibilidades, otras vidas, otros sueños. 

Pensar en bucle  otra vez y ver que todo es tan imperfecto que necesitas borrar el mundo y volver a empezarlo, pero sabes que no funcionará porque tú también eres altamente imperfecto.

Pensar en bucle mil veces más y suplicar que alguna de las personas con las que te cruzas te pare, te mire, te cuente una historia que te cambie y te de la respuesta que buscas.

Pensar esperando que la fórmula mágica esté al final del baúl de pensamientos que cada día repasas de forma compulsiva para ver si algo se te pasó por alto… Y no hallar nunca nada porque para verlo tendrías que cambiar de perspectiva. 

Pensar sabiendo que pensar es inútil hasta que seas capaz de observarte pensando y descubras que no eres tus pensamientos…

Pensar y creerse que pensar es vivir cuando es todo lo contrario.

A veces pensamos, pensamos mucho, pensamos demasiado… Pensamos lo mismo de siempre y lo retorcemos buscando una respuesta que no está, que no existe en ese lugar en el que hurgamos porque está en otro lado… En el lado donde no hay pensamientos sino sensaciones, emociones, hechos, acciones.

A veces pensamos para no sentir, como si nos pusiéramos la música muy alta para no oír nuestros propios lamentos o no golpeáramos la pierna para no notar el dolor de la mano… Nos anestesiamos con el parloteo de palabras para no tener que quedarnos a solas con nosotros y sentir, aceptar lo vulnerables que somos y lo solos que necesitamos estar para quedarnos con nosotros de verdad y conectar… Pensar para no estar ahora contigo, para no vivir este momento. Pensar en ayer. Pensar en mañana para no ser hoy, para no encontrarse ahora. 

A veces, pensamos porque de forma inconsciente sabemos que no hay respuesta en esos pensamientos, porque no queremos encontrarla, porque sabemos que si lo hacemos tendremos que claudicar y renunciar a seguir pensando sin actuar ni cambiar… Porque ese ser que nos habita y sabe lo que nos conviene nos va a pedir coherencia y no sabemos si vamos a estar dispuestos a dársela… Porque nos vamos a quedar a solas con él y nos va a pedir que sintamos todo lo que tenemos pendiente de sentir y eso nos cambiará para siempre… Y cambiar siempre nos asusta.

Pensar para no tener que pensar de verdad… Pensar para borrar este momento y quitarle fuerza. Para no sentir la vulnerabilidad de existir, para no tener que acordarse de ser y estar. Pensar para no tener que vivir la incomodidad de tu incoherencia. Pensar para tener la excusa y olvidarse de vivir… 

 

Gracias por leerme y compartir. Si quieres saber más de este maravilloso trabajo de autoestima, te invito a leer mi libro

“Manual de autoestima para mujeres guerreras” un libro para que dejes de pelear por todo y puedas usar esa fuerza inmensa que tienes para crear tu propia vida y empieces a sentir que las cosas puede fluir.

Disponible aquí 

amazon llibre merce amazon

AMARSE ES UN REGALO PARA TI MISMO, UN FIN Y NO UN MEDIO, UN LUGAR EN EL QUE TE SIENTES COMPLETO Y A SALVO.

¿Quieres saber más de mí y de mi trabajo?

Acompaño a personas y organizaciones a a desarrollar su #InteligenciaEmocional con formación, conferencias y #coaching

Escritora y apasionada de las #palabras

Más información sobre mí y sobre mis servicios en www.merceroura.es

 


Deja un comentario

A mí también me tomaron el pelo…


colors-3185020_640

A mí también me dijeron que fuera fuerte y peleara por todo… Que esto era una lucha feroz y que si me esforzaba mucho conseguiría lo que soñaba…

También me contaron que debía hacer sin parar y no detenerme nunca, ni para tomar impulso… Que si dejaba de hacer y de esforzarme nunca conseguiría nada y el mundo iba a despreciarme… Que tenía que ganarme el respeto y el derecho a ser y que para ello debía demostrar cada día, sin fiestas, sin domingos, sin aliento.

Me contaron que tenía que ser buena persona y que pensar en lo que yo necesitaba era egoísmo puro… Que necesitar era de débiles y que si no te escuchas al cuerpo cuando duele, al final se cansa… Que esto iba de tragar vida y engullir lo que hay a tu paso sin permitirse dudar.

Me dijeron que si era la primera llegaría lejos… Que no había más opción que ser la mejor… Que no me diera tregua y me dedicara a trabajar al máximo… Que el ocio era un desperdicio de tiempo y que el silencio era algo terrible a evitar a toda costa…

Y pensé que si corría suficiente en dirección contraria a mis miedos, acabaría por esquivarlos, por dejar de tener que vivirlos… Que si era capaz de burlar al destino, no tendría que repetir errores aunque fuera incapaz todavía de comprender porque lo eran.

Me explicaron, entiendo que por mi bien o eso pensaba, que si no aceptaba la realidad podría construir una propia a medida… Y que si cedía y daba la razón los demás me verían como alguien vulnerable e incapaz…

Alguien me contó que podía con todo, que debía hacerlo todo y respirar sin pausa para seguir siempre, pase lo que pase…

Alguien me dijo que buscara sin parar, siempre, todas las respuestas, porque eso me daría ventaja en esta dura competición…

Alguien me pidió que acumulara sin pensar porque tenía que estar segura, que debía tenerlo todo previsto, que debía preocuparme por todo y jamás perder el control de nada.

Me enseñaron que sufrir tiene premio y te libera de culpa, que es necesario para ganarse el cielo y el pan… Que nada es nunca fácil y que todo será peor si no finges que no te importa y haces lo que hacen los demás.

Me susurraron que yo valdría lo que valen mis resultados, que yo era mis resultados. Y me grabaron a fuego que no confiara en nadie ni en nada… Ni siquiera en mí. Y eso me hizo sentir pequeña, desamparada, desvalida, incapaz, avergonzada, miserable, desheredada, culpable, rabiosa, enfadada, triste y asustada, muy asustada.

Y no era cierto nada… No lo es al menos para mí… Me engañaron como les habían engañado a ellos porque pensaron que era lo mejor…

Porque esto no va de lucha sino de pasión… De amor…  De hacer lo que sientes que debes con amor y sin arrastrarse ni sentirse obligado. de hacer lo que amas y aprender a amar lo que haces…

Va de saber qué dirección quieres tomar, pero permitirse el error y la duda. Va de ir acompañado y no de llegar el primero. Va de compartir y ser tu versión mejorada, no mejor que nadie…

Va de parar y perderse en el tiempo para encontrarse… De escucharse y contarse historias hermosas, notar qué te cuenta el cuerpo y amarlo. Va de detenerse a respirar y de despojarse de todo, de darse cuenta de que no puedes controlar nada, de que nada es y jamás será aseguro y vivir con esa deliciosa incertidumbre hasta que un día te levantas y es tu mayor certeza… Y tu preocupación se esfuma porque te has dado cuenta de que la vida tiene planes mejores que tus planes y tú puedes decidir pero tienes que ser flexible porque no sabes nada…

Y ves claro que no puedes  huir de tus miedos porque eso hace que tú seas tus miedos… Que hay que sentirlos, abrazarlos, vivirlos y comprender que estás por encima. Que hay que observarlos como pensamientos locos y darte tregua, que hay que tiritar con ellos y descubrir que no eres ellos… Que hay que dejar de necesitar cambiar la realidad para ser feliz y estar en paz, aceptarla y amarla para así empezar a transformarte…

Que eres responsable de tu vida y culpable de nada, nunca, por más que pese y duela…

Te das cuenta de que sufrir es inútil, aunque te enseña a vivir cuando ese sufrimiento es tan intenso que nada compensa nada y te permite despojarte de todo porque ninguna máscara lo hace soportable.

Y notas que llueve y no pasa nada. Y sabes que no llegarás primero y no importa porque estás bien acompañada… Por ti… Porque ahora sabes que la respuesta que buscabas es el amor que sientes por ti.. Un respeto inmenso que no surge gracias a ninguna medalla, ningún logro, ningún resultado, ningún marcador ni posesión que ahora tengas... Porque ya eres y siempre has sido, incluso antes de empezar este camino que te dijeron que era una carrera y eso te impidió irte parando a contemplarlo y sentirlo…

Y no puedes con todo, no porque no seas capaz de superarte, sino porque no hace falta que cargues con nada, que arrastres nada ni resistas ninguna embestida…

Y ahora sabes que la única forma de estar en paz y seguro es contemplarte vulnerable  y descubrir tu verdadera fuerza… Y esa fuerza solo sale de dentro cuando te permites caer y te quitas las máscara y dejas de ser el personaje y aceptas tus debilidades y fortalezas… Cuando amas tu oscuridad y besas la realidad para empezar a cambiarla desde dentro… Y cuando callas, por dentro y por fuera, cuando escuchas ese silencio maravilloso que hay en ti y permites el vacío y nada… Y entonces, dejas que algo increíble pase y algo increíble pasa.

Cuando amas esto que eres y lo que es… Y cuando confías, sobre todo en ti.

¿Y si lo que pasa es que debes dejar buscar y empezar a encontrar? ¿Y si lo que sí puedes controlar es cómo reaccionas a  lo que te pasa en la vida y no a la vida misma? ¿Y si la actitud que tienes ante todo te conduce a estar en paz?

Y ya has encontrado, estuvo ahí siempre. No lo viste porque estabas ocupado siendo esa persona que te dijeron que debías. Haciendo lo que hacen los que compiten con el mundo esperando ser mundo… Viviendo lo que viven los que no viven esperando otra vida… Sintiendo lo que sienten los se condenan a ellos mismos  a no sentir nada…

Ahora ves claro que tienes que soltar porque no puedes seguir llenando tu vida de por si acasos, de trastos viejos y recuerdos rotos, creencias rancias que te impiden vivir como mereces… Que tienes que permitirte lo que deseas y que pensar en ti porque eso no es ser egoísta sino coherente porque para dar lo mucho que hay en ti y para compartir tienes primero que darte y comprometerte contigo.

A mí también me tomaron el pelo con la mejor intención pero ha llegado el momento de dar la vuelta, de parar, de sentir, de decir no a lo que es no y sí a lo que es sí…

Es el momento de dejar de ser sumiso para que te acepten y te amen…

De dejar de hacerse el rebelde para que comprendan que no les sigues el juego…

De dejar de mirar a otro lado para no verles y fingir que les ignoras…

Es tu momento. El de ser y vivir.

Y los sueños, los sueños importan pero tú importas más. Deja de perseguirlos y siente que los mereces a ver qué pasa y si no pasa, sigue mirándote con el amor que eres, con el respeto que mereces.

Aunque ni siquiera esto que te digo es nada, porque es lo que he vivido y aprendido, pero mi camino no es tu camino.. Y tampoco sé casi nada… Todo está en tus manos.

 

GRACIAS POR LEERME E INICIAR CONMIGO ESTE CAMINO COMPLICADO PERO MARAVILLOSO… 

Gracias por compartir y llevar mis palabras hasta el otro lado del mundo… 

Si quieres continuar con este cambio, te invito a profundizar todavía más…

Manual de autoestima para mujeres guerreras

Disponible aquí 

amazon llibre merce amazon

Acompaño a personas y organizaciones a a desarrollar su #InteligenciaEmocional con formación, conferencias y #coaching

Escritora y apasionada de las #palabras

Más información sobre mí y sobre mis servicios en www.merceroura.es