merceroura

la rebelión de las palabras


2 comentarios

¿Y si no pasa lo que quieres que pase?


¿Tú también necesitas que pase algo para ser feliz? Sientes que te falta algo que nunca sucede en tu vida… Algo concreto, claro. Algo que imaginas que te dará la felicidad, la alegría, la calma. Algo que deseas con todas tus ganas y que ya has vivido en tu cabeza miles de veces.

¿Tú también has puesto nombre a tu felicidad? ¿Nombre y apellidos? ¿Has puesto fecha y la has marcado en tu calendario? ¿Esperas que pase algo que te cambie la vida y sientes que sin ello te partes en dos? Pasan los días y las horas y no sucede. En algunas ocasiones, parece que estás muy cerca y casi lo tocas, pero no. Se esfuma, se desvanece… Y duele, duele mucho cuando eso pasa porque ya lo sentías como si fuera tuyo. Has hecho de todo para que suceda. Algunas cosas que, observadas desde la calma, te hacen sentir incómodo porque te sientes ridículo, desesperado, como si hubieras quedado en evidencia. Tienes la sensación de haber forzado la máquina al máximo para conseguirlo. No es que hayas hecho nada que creas que esté mal, pero notas como si hubieras querido vulnerar alguna especie de «ley natural» para cambiar las cosas, como si hubieras intentado romper una «maldición» que te persigue insistiendo en algo para que se materialice… Has tirado de unos hilos que no te han llevado a donde quieres llegar y han puesto en marcha mecanismos que no son los que querías activar. Has jugado con las causas para generar efectos y sigue sin suceder eso que deseas o sucediendo de mil formas que no son tu forma anhelada.

Desde siempre te han dicho que si quieres algo debes ir a por ello e intentar lograrlo. Que no puedes esperar a que suceda, tienes que hacer que suceda. Sin embargo, a pesar de que está bien cambiar tu forma de actuar para transformar tu realidad, hay algo que no te encaja. No puedes incidir en todo. De hecho, sientes que no puedes incidir en casi nada. Hay largas temporadas de tu vida en que casi «las ves venir» y las encajas con más o menos elegancia. Aceptas y decides seguir. Te adaptas y adaptas lo que puedes en tu entorno. Caminas a tramos. Corres largos trechos y luego te paras. Y, a veces has conseguido avanzar y otras estás casi en el mismo sitio. Hay muchas cosas que no dependen de ti. Incluso en muchas ocasiones parece que cuanto más te empeñas en algo, más se aleja. Y no puedes evitar insistir porque te programaron para ello y te dijeron que resistieras, que persistieras, que no te dieras jamás por vencido…

Y ahora, parado en un recodo del camino, respirando lento y pausado, observando ese dolor inmenso que notas en el pecho, esa angustia por no haber llegado a donde querías llegar, esa sensación de vacío tremenda por no estar bien contigo porque no sientes que seas quien deberías ser… Esa infelicidad gigante fruto de que no pase lo que quieres que pase y crees necesitar… Te das cuenta de que tal vez no importa si llegas, importa si estás, si eres. Que no se trata de que no intentes conseguir lo que deseas ni de que te dejes la piel en ello, se trata de que te sientas bien contigo y luego decidas qué haces. A ver qué pasa. Sin culpas. Sin desesperación. Sin reproches. Sin más brújula que las ganas. Y si pasa, genial. Y si no pasa, que no pase nada… Que no sientas que te mueres, que no existes, que no vales, que no mereces…

¿Y si eso que necesitas que pase no pasa nunca? ¿Y si te quedas prendido en este momento de tu vida esperando a que suceda y no ves nada más?

¿Y si es esa angustia la que te mantiene atado y hace que no suceda? ¿Y si decides ser feliz con lo que hay en tu vida aunque no pase?

¿Y si decides que te valoras a ti mismo sin tener eso y sigues deseándolo igualmente? ¿Y si haces lo que está en tu mano para conseguirlo sin pensar que si no lo consigues no vales nada o no lo mereces?

Está bien que quieras que te pasen cosas buenas o esas cosas que tú crees que son buenas. Por supuesto. Y no hace falta que te gusten las otras, las «malas», las que te hacen sentir angustia, tristeza, dolor, miedo. Las que te hacen sentir pérdida, desarraigo o vacío. Pasarán, porque la vida es un poco de todo, un vaivén crudo y delicioso, un baile con la incertidumbre constante. Cuánto más rígido te pilla ese baile, más difícil es mantener el ritmo. Cuánto más nos resistimos a lo que pasa, más tiempo y espacio ocupa en nuestras vidas.

Tenemos derecho a enfadarnos y sentirnos tristes y rabiosos porque no pasa lo que queremos que pase y lo que nos pasa nos duele y no deja rotos. Podemos sentir el dolor de la decepción y en desengaño, de la injusticia… Podemos pelearnos un rato con la vida para luego volver a darnos cuenta de que esa pelea es estéril y absurda y nos mantiene atados al dolor y al miedo del que queremos huir. No lo digo solo porque todo lo que nos sucede es un aprendizaje valioso que nos ayuda a liberarnos de creencias y heridas. Lo digo porque al final solo nos queda hacer lo que realmente está en nuestras manos y seguir.

No podemos forzar a nadie a que nos ame si no nos ama. No podemos hacer que nos vea ni nos preste atención si no quiere prestarnos atención porque no le importamos suficiente.

No podemos hacer que nos valoren en el trabajo si las personas que nos tienen que valorar no saben, no nos reconocen, no ven las cosas del mismo modo que nosotros.

No podemos cambiar a los demás… No podemos vivir pendientes de nadie y de si nos ve o nos valora, de si se decide a darnos un lugar en su vida o no. Podemos decirles a los demás qué sentimos, qué estamos dispuestos a aportar a esas relaciones, qué necesitamos y dejar que decidan su parte mientras hacemos nuestro camino… No podemos dar de más esperando recibir una migaja.

Podemos ponerlo todo de nuestra parte para conseguir lo soñado, pero no podemos negarnos a nosotros mismos, ni arrastrarnos. No podemos hacernos daño mientras perseguimos un sueño. No podemos rompernos esperando a que otra persona por fin nos haga el caso que le pedimos y recomponga las piezas en las que nos hemos desgajado mientras esperábamos sus palabras y sus gestos.

Al final, es ver lo que pasa y aceptar aunque moleste. Sin que eso te impida soñar que cambia y hacer lo posible para que cambie, pero que no te haga creer que cambiarlo te hace mejor, ni más digno. Ni que tu paz depende de que todo sea de distinto.

Que la felicidad no dependa de lo que pasa en tu vida, que no sea necesario nada concreto para que tú sientas que mereces lo mejor, que eres digno, que eres valioso…

Así no necesitas que brille el sol para estar bien y eres feliz también bajo la lluvia.

Y tampoco necesitas que llueva para estar en paz aunque lo deseas.

Porque cuando pase el tiempo y no suceda eso que deseas que suceda tal vez te dará lástima, pero no sentirás que tu valor como ser humano dependa de ello… Podrás amarte a ti mismo en la riqueza y en la pobreza… En la salud y en la enfermedad… Podrás caminar por tu desierto particular sin sentir que el desierto eres tú. Podrás comprender de una vez por todas que tu valor no depende de lo que consigues porque tu valor es inherente a ti y solo tiene que ver con lo que eres.

Por qué tal vez eso es lo que te está limitando realmente y es lo que te lleva a quedarte siempre a un paso de lo que sueñas. No es que no hagas suficiente para conseguir tus sueños, es que no te crees suficiente para ellos.

Así podrás ser feliz sin necesidad de que pase nada concreto, porque sabrás que te lo mereces.

Gracias por leerme. Mis palabras son tuyas, espero que te sean útiles.


Escribo sobre hacer cambios en tu vida para poder transformarla si realmente estás harto y cansado de repetir siempre las mismas experiencias y vivir en bucle
Si te interesa, te invito a leer mi libro, si realmente quieres hacer un cambio en tu vida.

Haz click aquí 

¡Ríndete! Deja que tu mundo caiga


Si prefieres que te acompañe personalmente, he preparado un programa para tomar decisiones y salir de bucle en que te encuentras. Un entrenamiento exclusivo que en 40 días te permitirá reconocer tu potencial e ir borrando poco a poco las creencias y hábitos que frenan tu autoestima y tu evolución… ¡Echa un vistazo y toma ya esa decisión que puede cambiar tu vida! ¿Te acompaño?

Toma decisiones y cambia tu vida en 40 días 

Por cierto, si no quieres perderte nada de lo que publico en mis redes y las últimas novedades, te invito a suscribirte a mi canal de telegram


1 comentario

Todo está bien si tú estás bien contigo


No importa que se mueva el suelo que pisas, importa qué sientes tú.

Importa cómo te ves y si escoges un camino de una vez por todas, aunque tus decisiones tengan que bailar con una incertidumbre tan inmensa que creas que vas a tientas. Aunque tengas tanto miedo de caer del zarandeo que tu paso sea lento y algunas madrugadas te pillen en duermevela.

No importa si el camino es oscuro y, a veces, no sepas si te lleva a dónde quieres ir, porque has cambiado la forma en que te ves a ti mismo y sabes que lo que realmente cambia tu vida es ir contigo de la mano. Porque por primera vez en tu vida estás haciendo algo para ti y no para nadie, aunque eso te suponga vivir un dolor inmenso y arrancar tus raíces más profundas. Aunque tengas que soltar lo que deseas para descubrir si realmente es para ti y regresa.

Qué más da lo que parezca, si estás seguro de lo que eres.

Qué más da lo que recibes, si estás seguro de lo que tú te das.

Qué más da lo que esperas, si ya estás seguro de lo que necesitas.

No importa lo oscura que sea esta noche que ya dura demasiado porque no hay luz como tu luz, ni ganas de seguir como tus ganas.

No importa que te hayas sentido el ser más rechazado del mundo porque ahora ya sabes que nada ni nadie puede rechazarte sin tu permiso… Sin que tú antes te permitas ser rechazado, sin que tú hayas decidido antes ser rechazable.

Qué más da lo que sueñas si ahora ya sabes lo que mereces.

Qué más da lo que buscas si ahora ya sabes que va a encontrarte a ti.

Qué más da lo que has amado y perdido si ahora ya sabes que te amas y has aprendido a amar de otro modo y sin esperar nada a cambio. Si ya no suplicas, ni reclamas. Solo amas.

No importa ese dolor que has transitado si te ha permitido darte cuenta de que estabas bailando una música que no era tu música… Que llorabas por algo que no podías cambiar y que no estaba en tu mano que sucediera. Que esperabas algo que no podían darte. Que estabas solo mientras imaginabas que estabas acompañado porque no querías ver que al otro lado no había nadie en realidad y las puertas estaban cerradas.

Lo único que lo cambia todo es perdonarte por haberte creído que no valías suficiente. Por no haberte visto a la altura de otras personas. Por haber pensado que los demás eran gigantes y tú diminuto. Por haberte sentido indigno del amor que soñabas… Y perdonarlo todo porque todos hacemos lo que podemos a cada instante y, a veces, nos hacemos daño unos a otros sin querer ni comprender.

Lo único que importa es que ocupes tu lugar. Que sepas quién eres y lo mucho que vales… Que no vuelvas a creerte menos. Que no vuelvas a mentirte a ti mismo nunca más ni a engañarte para seguir adelante y evitar así el miedo a perder algo que no es tuyo. Que pase lo que pase te acuerdes de ti y de lo que necesitas de verdad a cada paso.

Y desde ahí puedes amar incluso más y darlo todo porque estás reconociendo tu valor y ocupando tu sitio, ese que nunca debiste dejar por nada ni nadie. Porque desde esta posición puedes ser y compartir, puedes perdonar, bajar la guardia y las defensas porque has descubierto que nadie puede atacarte. Porque ahora estás más listo que nunca para comprender y volver a empezar. Porque ahora puedes mirar a la verdad a la cara y, aunque no te guste como suena, sabes que puedes sobreponerte a ella.

Y desde ahí perdonas todo y todo se pone en su sitio. Puedes abrazar y escuchar. Puedes sentirte absolutamente digno y maravilloso.

Todo irá bien mientras no te dejes de lado. Mientras no te pierdas intentando no perder a otros. Mientras te ames cuando amas. Mientras te dés también a ti cuando das. Mientras al mirar a otros ojos no escapes de tus ojos. Mientras te perdones cuando perdonas.

Qué más da lo que pasó si supiste sacar lección oculta en la experiencia dolorosa.

Qué más da lo que pasó si ahora tú ya eres otra persona y lo ves todo desde un nuevo lugar.

Qué más da mientras sientas que estás de tu parte.

Todo está bien si tú estás bien contigo.

Gracias por leerme. Espero que lo que escribo te sea útil.

Escribo sobre hacer cambios en tu vida para poder transformarla si realmente estás harto y cansado de repetir siempre las mismas experiencias y vivir en bucleSi te interesa, te invito a leer mi libro, si realmente quieres hacer un cambio en tu vida.

Haz click aquí 

¡Ríndete! Deja que tu mundo caiga

Si prefieres que te acompañe personalmente, he preparado un programa para tomar decisiones y salir de bucle en que te encuentras. Un entrenamiento exclusivo que en 40 días te permitirá reconocer tu potencial e ir borrando poco a poco las creencias y hábitos que frenan tu autoestima y tu evolución… ¡Echa un vistazo y toma ya esa decisión que puede cambiar tu vida! ¿Te acompaño?

Toma decisiones y cambia tu vida en 40 días 

Por cierto, si no quieres perderte nada de lo que publico en mis redes y las últimas novedades, te invito a suscribirte a mi canal de telegram


Deja un comentario

NO


Llega el momento de aceptar.

Llega siempre.

A veces, tras un proceso duro de intentar cambiar las circunstancias mil veces. De mucho esfuerzo y trabajo por conseguirlo. De haber puesto todo tu empeño y tu alma en ello. De haberse dejado la piel en paciencia y ganas.

Otras, te das cuenta muy rápido de que por allí no es.

Es un momento que puedes eludir, pero siempre te atrapa. Siempre te alcanza por más que huyas. Cuando lo asumes, notas que te zarandea por dentro y te dice… Es un NO. Un NO inmenso. Por más que supliques un sí y por más que, incluso, te hayas conformado hasta ahora con un sí a medias porque pensabas que si bajabas el listón la vida te premiaría con mantener esa esperanza un tiempo más. Si rebajabas tus expectativas y dejabas tus necesidades de lado para poder adaptarte y amoldarte a las circunstancias.

Pensabas que si pedías menos e ibas tirando con las migajas, los dioses no iban a enfadarse y te acabarían concediendo eso que tanto anhelas.

Y hoy te das cuenta de que no.

Es NO. No pasará. Por más que insistas.

Por más que pienses que si sucediera sería maravilloso.

Por más que no comprendas por qué y no le veas sentido.

Por más que creas que sería una buena idea para todos.

Porque hay cosas que no están en tu mano y no son. Porque no dependen de ti y perseguirlas te convierte en una versión de ti que acabas detestando. Porque mendigas. Porque te arrastras. Porque te sientes mal intentando demostrar que puedes ofrecer lo mejor para que otros te valoren y te vean cuando no te ven.

Sí, es verdad… Nada es imposible, nada, pero no todo va a suceder. Por más que te lo merezcas, por más que lo luches, por más que lo desees. Hay cosas que no son o no son ahora, tal vez.

A veces, incluso, diría que cuanto más te arrastras e insistes, más te alejas de ello porque es como si estuvieras decidiendo que no te lo mereces si no sufres para conseguirlo. Y eso, de forma inconsciente, es declararte a ti mismo como una especie de escombro humano, un ser indigno y menospreciable. Esa visión distorsionada de ti solo hace que los demás te vean de la misma forma y te traten en consecuencia.

Es un NO. Gigante. Con mayúsculas. Y cuanto antes lo aceptes, antes recuperarás tu tamaño real y tu grandeza, que se había visto relegada por las dimensiones de ese NO y por lo diminuto que tú te sentías ante eso que tanto sueñas conseguir.

A veces hay que soltar eso que tanto deseas para descubrir si realmente es para ti o era tu insistencia lo que lo mantenía cerca.

Soltar para ver si sale corriendo o regresa.

Soltar para saber si es para ti.

Soltar para poder dejar de ser esclavo de aquello que buscas y desde la libertad dejar que lo que sí es para ti se te acerque.

Y no es soltar para que vuelva, es soltar para estar en paz contigo. Sin dejar de querer que vuelva pero sin morir si no sucede.

A veces, un no es un sí, si sabes comprender que la única persona que puede negarte eres tú y que no dependes de las decisiones ajenas.

Porque si dejas ir y te desapegas, pones en marcha ese mecanismo de respeto hacia ti que te hace recuperar la autoestima perdida y vuelves a ser tú, ese tú que sí se sabe merecedor de lo mejor sin tener que pelear por migajas de nada ni de nadie.

Aceptar que es un NO no significa perder eso que deseas, ni decidir que no lo quieres, significa que decides que si no llega podrás vivir. Significa abrirte a que sea como es sin más angustia… Significa dejar de necesitarlo y aprender a valorar lo que sí está en tu vida… Significa vivir ese NO desde la paz y respirar de una vez.

Y si luego llega, hacer una fiesta inmensa y dar gracias y sentirse dichoso.

Y si no llega, hacer una fiesta también por lo que ya es y lo que ya está… Y dar gracias y sentirse dichoso.

Porque a veces es necesario que sea que NO para que pueda ser que sí.

Gracias infinitas por leerme.

Si quieres saber más sobre autoestima te recomiendo mi libro Manual de autoestima para mujeres guerreras”

En él cuento como usar toda tu fuerza para salir adelante y amarte como mereces y dar un cambio a tu vida… Ese cambio con el que sueñas hace tiempo y no llega.

Disponible aquí 

amazon llibre merce amazon

Si realmente quieres un cambio en tu vida, tengo una propuesta para ti. Un programa para tomar decisiones y salir de bucle en que te encuentras. Un entrenamiento exclusivo que en 40 días te permitirá reconocer tu potencial e ir borrando poco a poco las creencias y hábitos que frenan tu autoestima y tu evolución… ¡Echa un vistazo y toma ya esa decisión que puede cambiar tu vida! ¿Te acompaño?

Toma decisiones y cambia tu vida en 40 días 

Si quieres más información de mi trabajo, te invito a entrar en mi web.

Acompaño a personas y organizaciones a desarrollar todo su potencial a través del coaching, el mentoring y la Inteligencia Emocional. 

www.merceroura.es