merceroura

la rebelión de las palabras


Deja un comentario

NO


Llega el momento de aceptar.

Llega siempre.

A veces, tras un proceso duro de intentar cambiar las circunstancias mil veces. De mucho esfuerzo y trabajo por conseguirlo. De haber puesto todo tu empeño y tu alma en ello. De haberse dejado la piel en paciencia y ganas.

Otras, te das cuenta muy rápido de que por allí no es.

Es un momento que puedes eludir, pero siempre te atrapa. Siempre te alcanza por más que huyas. Cuando lo asumes, notas que te zarandea por dentro y te dice… Es un NO. Un NO inmenso. Por más que supliques un sí y por más que, incluso, te hayas conformado hasta ahora con un sí a medias porque pensabas que si bajabas el listón la vida te premiaría con mantener esa esperanza un tiempo más. Si rebajabas tus expectativas y dejabas tus necesidades de lado para poder adaptarte y amoldarte a las circunstancias.

Pensabas que si pedías menos e ibas tirando con las migajas, los dioses no iban a enfadarse y te acabarían concediendo eso que tanto anhelas.

Y hoy te das cuenta de que no.

Es NO. No pasará. Por más que insistas.

Por más que pienses que si sucediera sería maravilloso.

Por más que no comprendas por qué y no le veas sentido.

Por más que creas que sería una buena idea para todos.

Porque hay cosas que no están en tu mano y no son. Porque no dependen de ti y perseguirlas te convierte en una versión de ti que acabas detestando. Porque mendigas. Porque te arrastras. Porque te sientes mal intentando demostrar que puedes ofrecer lo mejor para que otros te valoren y te vean cuando no te ven.

Sí, es verdad… Nada es imposible, nada, pero no todo va a suceder. Por más que te lo merezcas, por más que lo luches, por más que lo desees. Hay cosas que no son o no son ahora, tal vez.

A veces, incluso, diría que cuanto más te arrastras e insistes, más te alejas de ello porque es como si estuvieras decidiendo que no te lo mereces si no sufres para conseguirlo. Y eso, de forma inconsciente, es declararte a ti mismo como una especie de escombro humano, un ser indigno y menospreciable. Esa visión distorsionada de ti solo hace que los demás te vean de la misma forma y te traten en consecuencia.

Es un NO. Gigante. Con mayúsculas. Y cuanto antes lo aceptes, antes recuperarás tu tamaño real y tu grandeza, que se había visto relegada por las dimensiones de ese NO y por lo diminuto que tú te sentías ante eso que tanto sueñas conseguir.

A veces hay que soltar eso que tanto deseas para descubrir si realmente es para ti o era tu insistencia lo que lo mantenía cerca.

Soltar para ver si sale corriendo o regresa.

Soltar para saber si es para ti.

Soltar para poder dejar de ser esclavo de aquello que buscas y desde la libertad dejar que lo que sí es para ti se te acerque.

Y no es soltar para que vuelva, es soltar para estar en paz contigo. Sin dejar de querer que vuelva pero sin morir si no sucede.

A veces, un no es un sí, si sabes comprender que la única persona que puede negarte eres tú y que no dependes de las decisiones ajenas.

Porque si dejas ir y te desapegas, pones en marcha ese mecanismo de respeto hacia ti que te hace recuperar la autoestima perdida y vuelves a ser tú, ese tú que sí se sabe merecedor de lo mejor sin tener que pelear por migajas de nada ni de nadie.

Aceptar que es un NO no significa perder eso que deseas, ni decidir que no lo quieres, significa que decides que si no llega podrás vivir. Significa abrirte a que sea como es sin más angustia… Significa dejar de necesitarlo y aprender a valorar lo que sí está en tu vida… Significa vivir ese NO desde la paz y respirar de una vez.

Y si luego llega, hacer una fiesta inmensa y dar gracias y sentirse dichoso.

Y si no llega, hacer una fiesta también por lo que ya es y lo que ya está… Y dar gracias y sentirse dichoso.

Porque a veces es necesario que sea que NO para que pueda ser que sí.

Gracias infinitas por leerme.

Si quieres saber más sobre autoestima te recomiendo mi libro Manual de autoestima para mujeres guerreras”

En él cuento como usar toda tu fuerza para salir adelante y amarte como mereces y dar un cambio a tu vida… Ese cambio con el que sueñas hace tiempo y no llega.

Disponible aquí 

amazon llibre merce amazon

Si realmente quieres un cambio en tu vida, tengo una propuesta para ti. Un programa para tomar decisiones y salir de bucle en que te encuentras. Un entrenamiento exclusivo que en 40 días te permitirá reconocer tu potencial e ir borrando poco a poco las creencias y hábitos que frenan tu autoestima y tu evolución… ¡Echa un vistazo y toma ya esa decisión que puede cambiar tu vida! ¿Te acompaño?

Toma decisiones y cambia tu vida en 40 días 

Si quieres más información de mi trabajo, te invito a entrar en mi web.

Acompaño a personas y organizaciones a desarrollar todo su potencial a través del coaching, el mentoring y la Inteligencia Emocional. 

www.merceroura.es 


1 comentario

A ver qué te propone la vida


Las personas también tenemos estaciones. Momentos. Estados.

Primavera, verano, otoño e invierno.

No, no me refiero a que la primavera sea cuando naces y el invierno cuando mueres, no es eso. Aunque puedes usarlo también para comprender el ritmo de la vida. Hablo de momentos en nuestra vida en los que hay que parar y otros en los que hay que caminar. Momentos para sembrar y momentos para florecer. Esos días en los que pones el ojo en algo y no lo sueltas porque sientes que tienes que estar ahí y esos en que dejas ir, aún con pena, porque sabes que eso a lo que te aferras no está llamado a estar contigo.

Es un vaivén a veces triste y delicioso. Un esperar en la puerta y descubrir que lo esperado iba a llegar por la ventana y que tampoco es exactamente lo que creías que sería. A veces, es incluso mejor. Otras, asombrosamente distinto.

Es un ir y venir. Es un quedarse y esperar sin desesperar. Ponerse en barbecho para macerar tu tierra y que tu fruto sea mejor. Un dejarse tocar por el sol y el aire fresco y también acurrucarse en un rincón en plena oscuridad para encontrar tu propia luz.

A las personas también nos salen brotes y se nos pide que los alentemos a crecer y nos mimemos para que lleguen flores. A nosotros también se nos caen las hojas y cuando eso pasa la vida nos pide que no nos obsesionemos con evitarlo y sepamos soltar… Tanto si es soltar un amor que no es amor, un amigo que no es amigo, una piel tersa que ya no está tan tersa, un recuerdo doloroso al que nos apegamos porque pensamos que dando pena conseguimos más o ese personaje al que nos hemos aferrado pensando que éramos nosotros y que tanto nos asfixia mantener.

La vida nunca te pide que fuerces nada. Te reclama un hacer consciente y equilibrado. Sin urgencias ni desgarros por la prisa. No quiere que corras, sino que camines. A veces ligero, otras pausado. Más a menudo de lo que crees pretende que te pares para sentir, notar y decidir de nuevo. Y hay algo que tengo, claro, si la vida te pide que pares y no paras, lo hace ella… La vida te para si tú no lo haces.

Y siempre, siempre observando qué sientes, qué ves y cómo lo ves para que todo sea ese espejo maravilloso de lo que llevas dentro.

A menudo, la mejor forma de mirar dentro de ti es ver cómo te responde el mundo, cómo te trata, cómo lo ves, cómo le respondes, cómo lo juzgas.

Y a medida que pasa cada estación, vas soltando. No llega el verano si te aferras a la primavera, ni el invierno si sujetas el otoño. Todo va y viene con una sencillez tan arrebatadora y plácida que cualquier cosa que hagas que no permita ese baile de la vida es un intento vano de cortar un flujo que no se puede detener, solo se puede decidir si te apuntas a él o no, si te dejas llevar o te resistes y sufres.

No, esto no va tragar sino de aceptar.

No se trata de decir siempre sí.

En realidad, la vida es un romper con todo constante. Una disrupción perenne que no para de poner ante ti la posibilidad de no repetir nunca ese patrón repetido, corrupto, casi maldito de tus creencias limitantes y tus heridas emocionales. Todo, absolutamente todo es una oportunidad para sentir y atravesar ese miedo latente en ti y decidir de nuevo de una forma distinta. Tal vez haciendo lo mismo, pero con una forma de mirar diferente, con otra actitud, desde otro punto de vista, con un propósito que habla de ti y no de lo que otros esperan o crees que esperan de ti.

Cada instante es una oportunidad para dejar atrás un patrón de vida caducado y rígido y dejarse llevar por esa incertidumbre terrible y maravillosa.

Una nueva posibilidad de verte de otro modo y encontrar en ti eso que buscabas en el mundo.

Una mañana te levantas y te permites sentir tu dolor, tu tristeza y tu llanto acumulados, esa rabia terrible que aúlla en tu garganta, esa frustración que te recorre el pecho hasta el estómago, esa culpa y esa responsabilidad asumida por el mundo insoportables en tu espalda y sabes que puedes decidir…

Soltar y o quedarte con ello. Justo en ese momento, sabes que estás en el otoño y toca dejarse llevar por esa languidez maravillosa y quedarse quieto mientras te despojas de lo viejo para hacer lugar a lo nuevo en tu vida. Notarás que necesitas parar para recomponerte, descansar, notar, sentir, bailar con tus miedos y abrazarte. Que tienes que estar contigo y guarecerte, que toca invernar para curar heridas y tomar fuerzas.

Y tal vez mañana, seguramente como consecuencia y recompensa por ese dejar ir complicado pero enormemente liberador, al despertar, verás que todo surge y florece, que todo se pone en marcha y sabrás que la vida te pide que camines. Que es primavera en ti.

Por eso para ahora y permítete notar. No te asustes por lo que sientes o si te asustas, no temas vivirlo… Desapegarte de lo que ya no te sirve y dejar entrar en tu vida lo nuevo…

A ver qué te propone la vida.

Recuerda… A veces, si tienes que parar para sentir y no paras, es la vida la que te para.

GRACIAS por leerme.

¿Quieres aprender a amarte?

¿Quieres dar un giro a tu vida?

Primero te invito a leer mi libro  “Manual de autoestima para mujeres guerreras”.

En él cuento como usar toda tu fuerza para salir adelante y amarte como mereces y dar un cambio a tu vida… Ese cambio con el que sueñas hace tiempo y no llega.

Disponible aquí 

amazon llibre merce amazon

Y a entrar en mi web y ponerte en contacto conmigo para hacer un plan y transformar tu vida en todos los aspectos. ¿Te apuntas?

www.merceroura.es 


1 comentario

El día menos pensado


Hoy es el día menos pensado.

Sí, ese día que hace años llevas anotado en el calendario interno y anhelas que llegue como si lo trajera el azar, pero en realidad tú misma lo has ido postergando mes tras mes, año tras año.

¿A qué esperabas?

No sabías la respuesta a esta pregunta hasta que en este justo momento sabes que ha llegado el momento. No podías responder porque necesitabas que todo tu cuerpo y tus entrañas respondieran por ti.

Esperabas a estar harta. Harta del todo. Tan cansada de estar cansada que lo único que te quedara fuera el consuelo de no poder levantarte a hacer algo más, a intentarlo de nuevo, porque ahora sí, ya no das para más. Para que la única opción que te quedara posible fuera dejar de hacer, porque ya lo has hecho todo.

Ya no puedes seguir. Irónicamente necesitabas llegar a esto para que al caer muy hondo nadie te señalara con el dedo y te mirara mal, eso piensas, en realidad nadie te mira, solo tú con esos ojos de búho inquisidor que todo lo juzga. Necesitabas poder demostrar que caíste en la batalla habiendo hecho todo lo posible por superar tu marca de dolor, el listón estratosférico que te habías colocado para superar… Necesitabas que si no lo conseguías no fuera por falta de esfuerzo y perseverancia, que nadie pudiera pensar que es culpa tuya, que no hiciste suficiente. Necesitabas casi morir para que otros te perdonaran la vida y creyeras que eso te daba derecho a merecerla.

Podrías haber parado antes, pero no te has dado permiso porque te educaron para el esfuerzo salvaje y el sacrificio. Te dijeron que no valías nada y te lo creíste. Que tenías que demostrar siempre y esforzarte el doble que los demás para conseguir migajas. Que eres lo que haces y consigues… Todo con la mejor intención, «porque la vida es una lucha cruenta por la supervivencia y tienes que dejarte la piel para demostrar que mereces».

Y esa programación instalada a fuego desde la niñez de la que no eras consciente no te ha dejado soltar. Ni decir basta, ni decir que no puedes más incluso cuando seguir suponía un dolor insoportable. No podías dejar de sujetar el mundo para no se caiga. Dejar de llevar el peso de otros, cargar sus responsabilidades y gestionar sus penas. Te has sentido incapaz de dejar de tirar del carro y llevar la iniciativa, siempre dándole a la manivela a la vida para que no se detenga, alerta para que nada falle y se estropee, para que todo salga bien. Has tragado rabia, mucha rabia, porque durante estos años has visto personas a tu alrededor que se sacrificaban menos y para las que todo era más fácil. Algunas de ellas parecían tan livianas y despreocupadas, sonreían mientras tú estabas amargada y los resultados las acompañaban más que a ti. Algunas de ellas te cargaron su peso para que lo llevaras tú, las dejaste hacerlo porque tú eres la dura, la fuerte, la que puede con todo. Otras, nunca llevaron peso, eran com sirenas surcando el mar sin esfuerzo para llegar al horizonte. Y eso te hizo sentir mucha rabia, mucha ira, mucho dolor, una sensación de injusticia constante que iba lacerando tu vida…

Dilo en voz alta, querida amiga, estás harta.

Harta, harta, harta, harta.

Harta de que todo te caiga a ti y no saber parar. Harta de que te necesiten tanto que notes el peso de las vidas ajenas sobre tu espalda. Harta de no aguantar más y seguir porque no puedes decir que no, porque sin ti no pueden, porque no saben, porque no aprenden… Harta de no poder cerrar la puerta porque siguen llamando para que abras.

Y ya no puedes más. Estás desesperada por dejar tu desesperación. Por dejar de sentir la angustiosa sensación de que todo depende de ti.

Nada depende de ti más que tú misma. Lo que está en tu mano y es poco. No controlas nada. Solo una pequeña circunferencia a tu alrededor en la que la vida está cerca, donde llega tu mano, y a veces, ni eso siquiera porque cae un rayo y lo fulmina todo o una ráfaga de viento se lleva aquello que tanto miedo te daba.

Ya basta de estar de guardia para salvar al mundo. Ya basta de intentar que todo sea perfecto y salga bien. Ya basta.

Hoy es el día menos pensado. Ha llegado. Está aquí. No pierdas tiempo pensando si podría haber sido antes. No lo aplaces diciéndote que puedes aguantar un poco más. Llega ahora porque es cuando te has permitido caer y soltar, cuando el sufrimiento ha sido tan grande que te has planteado dejar de hacer todo lo que has hecho hasta ahora… Cuando el dolor ha sido tan insoportable que has decidido dejar de mirarte con ojos de jueza implacable y tener compasión de ti. Cuando el mundo ha pesado tanto que tus manos han cedido y has dejado de sujetarlo y empujarlo y arrastrar todas sus incompetencias y necesidades. Cuando has notado que ya era imposible seguir y has pensado que tiene que haber otra forma de vivir que no duela tanto.

Has tomado la decisión.

Has caído y ahora solo puedes levantarte. A tu ritmo y a tu tiempo. Sin culpas ni reproches por lo que pudo ser. Vacíate del todo. Llora lo pendiente. Siente lo que no te has permitido sentir antes. Va a doler, amiga, llevas mucho acumulado. Nota ese dolor, permítetelo. Dale gracias por invadirte y comprenderlo, por saber qué dice de ti. Ábrele el corazón y la mente. Decide que vas a pensar de otro modo, suelta toda la basura y cambia de rumbo.

Disfruta de tu desnudez y vulnerabilidad, de todos y cada uno de tus maravillosos errores… Sé tal cual, sin esperar emnienda, sin enmendarte tú.

Hoy es el día menos pensado… Hoy vas a dejar de sostener esa vida que tanto daño te hace para abrazarte de verdad. Hoy vas a soltar y a dejar que la incertidumbre más absoluta y maravillosa impregne todo tu ser.

Gracias por leerme… Escribo sobre lo que siento o he sentido y el camino que he hecho hasta llegar aquí (aunque todavía estoy a medio camino de algún lugar). En este camino he aprendido poco a poco a aceptarme y amarme (aún me falta mucho, soy consciente).

Si quieres saber más de autoestima, te invito a leer mi libro “Manual de autoestima para mujeres guerreras”.

En él cuento como usar toda tu fuerza para salir adelante y amarte como mereces y dar un cambio a tu vida… Ese cambio con el que sueñas hace tiempo y no llega.

Disponible aquí 

amazon llibre merce amazon

Si quieres saber más de mí, te invito a entrar en mi web y conocer lo que hago. Acompaño a personas y organizaciones a desarrollar todo su potencial a través del coaching, el mentoring y la Inteligencia Emocional. 

www.merceroura.es