Me rindo… A la vida.
Dejo la batalla y me apunto a la derrota sabia, a la paz del que no lucha, sino que camina. Que sigue y no pierde el tiempo en pugnas absurdas que arañan y desgastan. Que guarda sus fuerzas para tocar sus metas y no para explicarlas a quién jamás podrán entenderlas ni compartirlas.
Me rindo. Ya no más excusas por hacer, ni disculpas por ser. Sólo camino.
A veces, viendo claro el horizonte. Otras, entre la niebla más espesa. Siempre notando cada paso.
Ya no más culpas por ver el mundo con otros ojos y no ser capaz de encajar en esquemas rígidos.
Ya no más intentos de tocar la perfección a cambio de perder una humanidad salvaje, maravillosa, única…
Ya no más miedos enredados en el pelo y en las sábanas dictando pesadillas y esbozando monstruos con corbata…
Me apunto al baile del que nunca deja de oír la música, aunque cese, aunque los gritos la confundan y los ignorantes la hagan callar…
Me apunto al crepitar del fuego y el vaivén de las olas, aunque sean imaginarias.
Me apunto al sosiego. Al abrazo caliente del que no corre para llegar sino que se funde con el camino.
Del que no se juzga sino que se ríe de las circunstancias y les da la vuelta para que la puerta de salida sea un principio, para que el muro insalvable sea un estímulo…
Para que rendirse sea soltarse y nunca resignarse sino aceptar y superar, para crecer, para salir de todo aquello que te ata, te oprime y te asfixia.
Me apunto a cambiar tantas veces como sea necesario, aunque no me conozca al final, aunque sólo lo quede de mí la esencia y ya no queden máscaras con que ocultarse.
Me suelto, sin esperar a tener certezas falsas ni abrazar doctrinas férreas.
Sin necesitar tener para existir.
Sin buscar poseer nada que nunca será de nadie que no sepa soltarlo sino vivirlo.
Me voy del lado miserable de mis calles interiores. Dejo de golpearme en las paredes blancas de mi alma perdida que busca razones para no salir al mundo y al no encontrarlas se las inventa…
Me voy sin escapar, sin escaquearme de nada, sin perderme el detalle pero sin hacer guardia, nunca más… Sin controlar, sin medir, sin esperar. Sin supeditarme al juicio ni la crítica. Sin vencer a ningún dragón inventado que yo misma haya puesto en mi camino para poder excusar mi cobardía y echarme atrás. Sin buscar más coartadas para huir de mí cuando ya no soporto mi exigencia ni columpios donde balancearme haciendo tiempo para empezar a vivir… Ya no más batallas estúpidas contra mi misma para demostrar… Sólo el paso, el camino, el trabajo, el error necesario, el aprendizaje, la alegría de confiar en mi rumbo y mi sueño. De confiar en mí sin tener que explicar el por qué.
Me voy sin esperar a desesperar.
Me voy del lado tembloroso… Me voy sin dejar margen a que el temor me haga quedarme y la voz de mi yo más triste me diga que no puedo.
Marcho de ese pedazo de tierra que hay en mí donde nunca toca el sol y me lanzo a lo inexplorado.
Ya no más demoras creadas para eludir y escapar.
Me voy y me llevo conmigo lo que realmente permanece.
Deseándolo todo pero sin atarme a nada.
Con ganas de sorpresa, de risa, de abrir la caja y descubrir algo nuevo.
Con esperanza.
Sin súplica. Con toda la pasión que me cabe pero sin oración desesperada.
Me apunto al beso salvaje pero con el corazón sereno.
A la locura sensata.
Al desenfreno plácido.
Me rindo a cada instante. Para que lo efímero sea eterno, lo mínimo máximo, lo ínfimo, grande…
Para que no me quede nada por apurar pero la premura por hacerlo no recorte mis sentidos.
Me apunto a la paciencia, aunque a veces pupilas ansiosas cuenten las horas.
Me apunto a dilatar la belleza y acelerar las ganas.
Me rindo, sin rendirme. Me suelto para desbocar mis sueños y dejar de mandar palomas con mensajes desesperados al universo.
Me voy del lado absurdo y guerrero, me voy con todas las dudas deliciosas y los temores necesarios para tomar impulso y seguir.
Me aparto del lado feroz donde sólo se me espera para vaciarme de mí y llenarme de rabia.
Sujeta, con los pies en el suelo y mirando al cielo para perderme en las ramas de los árboles que lo acarician.
Soy lo que soy y eso es sólo lo que tengo… Y es mucho, lo es todo. Es el camino…
24 de septiembre de 2017 en 16:37
Muchas gracias Merce. Sabes lo que me nutre leerte y ayuda. Abrazo cariñoso, lindo domingo.
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24 de septiembre de 2017 en 18:07
Me alegro mucho!! Un abrazo de vuelta 🙂
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2 de octubre de 2016 en 19:36
Increible texto Merce. Se ajusta realmente a mí y a mi situación no sólo actual, si no desde siempre.
Intentaré ahora que estoy algo mas fuerte, realizarme y permitirme solsar, sacar y fluir.
Gracias Merce me ha encantado!!!
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2 de octubre de 2016 en 20:43
Te deseo que vaya bien! Sigue adelante!! gracias! Un abrazo 😉
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30 de septiembre de 2016 en 6:04
Me encanta, me lo quedo para mí!!!! Eres genial Mercé !
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30 de septiembre de 2016 en 6:23
Me alegro! muchas gracias 🙂
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4 de diciembre de 2016 en 14:50
Me impactan sus textos por la claridad y sencillez que aun así no le quitan la profundidad y trascendencia del contenido. Una belleza, una caricia que alivia el camino que recorremos. Muchas gracias.
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4 de diciembre de 2016 en 15:05
Muchas gracias a usted por dejarse llevar por mis palabras!! me alegro de que la acaricien… Un abrazo 🙂
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29 de septiembre de 2016 en 17:49
y yo no se de su imprudencia …pero amo sus palabras. g r a c i a s
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29 de septiembre de 2016 en 17:53
Son imprudentes porque se atreven a decir cosas que otras personas callarían… Porque no las quiero callar ni silenciar, si se te quedan dentro, duelen 🙂 gracias!
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27 de septiembre de 2016 en 17:17
La esa es que tu blog es todo un descubrimiento para mi y toda una inspiración y aprendizaje. A veces la partida es lo que nos queda para poder sobrevivir. Magnífica
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27 de septiembre de 2016 en 17:39
Me alegro!! muchas gracias 🙂
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25 de septiembre de 2016 en 17:57
Magnífica, como siempre.
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25 de septiembre de 2016 en 18:01
Muchas gracias 😉
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24 de septiembre de 2016 en 21:13
Una belleza leerte, justo acabo de volver de caminar por la montaña y el arroyo en Merlo (San Luis, Argentina), fundiendome con el andar y la naturaleza para felizmente ser. Llegar de ese viaje y leerte es una caricia mas que refuerza mi cambio en esta vida! Gracias por compartir! Saludos, Javier.
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25 de septiembre de 2016 en 8:30
Gracias a ti, Javier! siempre he pensado que la belleza nos acerca a nosotros mismos… La naturaleza es tan maravillosa y perfecta que te hace ver lo hermosos que hay en las personas… Me alegro de que te refuerce y haga sentir bien. Guarda esa sensación en ti siempre y te ayudará a seguir.
Un abrazo 🙂
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25 de septiembre de 2016 en 12:39
Así sera! Que sigan tus bellas palabras iluminando tu camino y el nuestro! Gracias y un fuerte abrazo con ritmo y movimiento. Saludos!
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25 de septiembre de 2016 en 12:58
Genial! un abrazo 🙂
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24 de septiembre de 2016 en 9:41
Ahí estamos Mercè, ahí estamos…
Un abrazo fuerte, fuerte
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24 de septiembre de 2016 en 17:08
Mil gracias! un abrazo 🙂
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23 de septiembre de 2016 en 12:59
Mercé, acabo de leerte. Si fueramos amigas y si yo viviera cerca de ti…ahora mismo correría urgente a tu lado, y ya llegaría con dos cafés en las manos y mi cajetilla de cigarros, porque la conversación iba a durar…
En los comentarios los lectores te elogían, y por supuesto de tu pluma sólo sale belleza y sabiduría; luz y razón; alma y entrega…no hay dudas, pero yo hoy me quedo con una sensación extraña, hasta de preocupación, porque sé, o me imagino los acontecimientos que suceden para que la lleven a una a adoptar estas posturas o comportamientos, ese sentir lo conozco, Mercé…y cómo lo conozco¡¡¡¡ Pero como la plática no puede darse, te deseo de todo corazón, mucha suerte, que Dios llene de amor la senda que debas tomar, vivir vale la pena (aún lo afirmo)…..así que encuentres lo que buscas o al menos el impulso necesario para dar el paso siguiente…Por acá, por La Habana alguien piensa en ti con mucho cariño, pues me identifico contigo y te creo…Adelente¡¡¡¡
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23 de septiembre de 2016 en 13:14
Tranquila Mayra, no huyo, me encuentro. He pasado mucho tiempo sin ser yo misma y ahora voy hacia a mí. Mis cambios están meditadísimos y estoy harta de luchar por una perfección que no me hace feliz sino todo lo contrario… No te preocupes, dejo de luchar contra mí pero sigo adelante para comerme el mundo con ganas y compartirlo con las personas de buena voluntad… Tanto sólo quiero la paz de sentirme bien conmigo porque luchando me canso, me agoto y no soy yo…
Un abrazo y vente a charlar (el café sí, los cigarrillos no porque no fumo y no son buenos para la salud) gracias por todo, guapa 🙂
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23 de septiembre de 2016 en 15:23
Hola Mayra, te escribo por una feliz coincidencia o «sospecha» más bien, jejejeej!!! Creo que tenemos una amiga común a la que le mandas las publicaciones de Merce porque ella no tiene acceso a Internet y ayer me recomendó este blog yaque estoy pasando por momentos en los que me viene «de perilla» (como decía mi abuelita). Hoy me acaba de enviar esta publicación reciente, aunque ya yo la estaba leyendo y sentí los mismos deseos que tú, de darme un salto hasta España y (cajetilla en mano más taza de café por medio) sentarme a conversar largo y tendido con Merce, Coincido contigo y con nuestra amiga en que es genial y quiero darle las gracias a las tres: a Merce (por escribirlo), a ti (por descubrirlo y enviárselo a mi amiga) y a mi amada Dra. Pérez C. (por recomendármelo), ojalá un día podamos encontrarnos a platicar en La Habana, Chile o Barcelona. Te abrazo.
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23 de septiembre de 2016 en 15:27
Qué maravilla!! me encanta esta conexión! todo pasa por y para algo!! gracias a las tres por compartir pero sobre todo por estar y sentir, por dejaros llevar por las palabras y ser de esas personas que conectan con sus emociones y a través de ellas con otras personas… No hay casualidades, creo, ni coincidencias… Hay causalidades y señales… Esta es hermosa, de verdad! un abrazo 🙂
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23 de septiembre de 2016 en 12:50
Mercé, precioso! ¡Qué bien lo dices!
Cristina
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23 de septiembre de 2016 en 12:54
Mil gracias, Cristina! rindámonos a la vida! besos 🙂
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23 de septiembre de 2016 en 12:44
Gracias Merce!! Me llega mucho esta sensación intensa de libertad, sencillez y de simplemente ser camino. Refrescante y liberador!
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23 de septiembre de 2016 en 12:54
Eso necesitamos, verdad? notar, ser, sentir… Sin tanto control ni cálculo que luego tal vez no sirve porque la vida te trae lo que necesitas aprender… Soltarse y vivir! gracias 🙂
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23 de septiembre de 2016 en 13:06
Si!!!! Es lo que necesitamos, soltar y vivir! Dejar que la propia vida fluya a través de la forma de cada uno 🙂 Abrazo!!!
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23 de septiembre de 2016 en 11:11
Grandiosa energía la que contienen tus palabras…
Así quién no se rinde.
Saludos
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23 de septiembre de 2016 en 12:17
No nos rindamos más que ante la desidia y la lucha inútil!! gracias 🙂
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23 de septiembre de 2016 en 10:30
certera como siempre..
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23 de septiembre de 2016 en 12:17
Muchas gracias 🙂
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