Pensamos que la felicidad es control y que si lo controlamos todo en nuestra vida evitaremos que pase lo que no nos gusta. Pensamos que controlaremos el mundo y nuestras circunstancias. No es cierto, el control no existe, es falso. Hay que dejarse llevar por la vida y dejar margen a la sorpresa, porque a veces, en esa sorpresa está lo que esperamos. Debemos abrir la mente para que las oportunidades pasen aunque no las tengamos planificadas. No se puede planificar todo. Aunque seamos disciplinados y nos esforcemos, que es muy necesario, hay que soltarse y dejar margen al error, dejar margen a la vida..
20 de junio de 2016 en 9:23
Hola Merce, muchas gracias por este vídeo, el tema me parece muy interesante. y útil aprender a conjugar productividad y fluir.¿Quizás la clave esté en estar en el presente? ¿Tanto cuando estemos atendiendo a nuestras «obligaciones» como cuando no? Me gustaría conocer tu opinión. Un abrazo y feliz día 🙂
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20 de junio de 2016 en 9:44
El presente es lo importante. Es lo que tenemos. Si disfrutas el camino, qué importa no llegar a esa meta concreta? habrá valido la pena el esfuerzo… El presente y cómo lo afrontas es lo que te hace mejor 🙂 gracias por tu aportación!
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