Cuando era una niña y todo se ponía negro y lúgubre, escribía. Imaginaba historias y apuntaba algunas palabras que me venían a la cabeza en una pequeña libreta. Era un proceso mágico. Aquello me hacía soportar los pequeños tropiezos del día a día. No sólo porque calmaba mi necesidad de explicar al mundo mis miedos y compartirlos, sino porque pensar que algún día podría llegar a escribir un libro me daba esperanza. Era como una forma de demostrar que podía, un reto por el que luchar y seguir. Tomar el dolor y fabricar algo bueno y bonito con él. Dejar escuchar mi voz, una voz que estaba siempre bastante callada. Yo era una niña tristona y poco atrevida. Una de esas niñas que se ocultan y no osan a decir nada para no molestar.
Y pasé años sin molestar. Creo que hubiera podido reventar por acumular dolor, rebeldía contenida y ganas de gritar al mundo lo que no me gustaba si no hubiera sido por las palabras… Por los miles y miles de palabras que escribía. Poemas, reflexiones, cuentos, novelas absurdas… Nada que pensara que valía la pena, pero para mí su valor no era literario sino terapéutico.
Acumulaba hojas que se iban marchitando y se ponían amarillentas hasta que el ordenador llegó a mi vida. Mi corazón soñaba con escribir y publicar, pero jamás me atreví a mostrar nada.
Pasaron los años… Y seguí con mi terapia de palabras para curar penas y derrochar ese dolor que me sobraba porque mi mundo, a menudo, era oscuro porque yo no me atrevía a abrir las ventanas y dejar entrar el sol. Decidí que quería ser periodista porque pensé que escribir era lo único que podía hacer y que sería la forma de dedicarme a lo que realmente me gustaba y cobrar por ello. Con ello disfruté mucho… Era un reto, la niña que se escondía, hablando por la radio, haciendo preguntas impertinentes… Y luego, la televisión… Uf, aquello ya era una barbaridad. Me demostré a mi misma que puedes darle la vuelta a todo tu mundo sin perder la esencia, sencillamente sacando tu yo más intenso y oculto. Comunicar me encanta, me apasiona… Considero que dominar la comunicación lo cambia todo y aporta un valor exponencial a las personas…
Aunque cuando llegaba a casa y escribía seguía siendo la niña huidiza, torpe, miedosa… Cuando estaba ante la cámara me transformaba, pero era aún incapaz de mostrar lo que escribía a no ser que fuera por trabajo. Me había convertido ya en una mujer creo que bastante fuerte y había superado, como muchas otras personas, algunas pruebas muy duras…
Y hace cuatro años empecé un blog. Lo hice porque estaba en un momento de tránsito mental. Porque mi relación con las palabras era una asignatura pendiente de sacar a la luz. Les tenía que dar lo que les debía… Y ya que por mi trabajo no quería escribir sobre política para no perder mi necesaria neutralidad (yo lo veía así, hay quién sí opina y me parece bien) decidí escribir sobre la vida, sobre personas. Contar lo que sentía, lo que me motivaba, lo que importaba, lo que comentaba con mis amigos, lo que me decía gente que sabe de la vida y que ha acumulado dolor como yo y tantos otros… Decidí mostrarme tal y como soy.
Las palabras me han dado mucho y quería compartir con todos que me había dado cuenta de que curan, que ayudan a unir y sacar el asco de dentro para tomar el control de tu vida…
Me desnudé de forma integral. Me hice una autopsia y escribí de la forma más sincera que pude. Lo hice convencida de que otras personas podrían sentirse como yo y esto les serviría de compañía, para demostrar que no estamos solos y que todos somos un poco lo mismo…
¡Cuánto miedo tenemos! Y cómo ese miedo absurdo a quedar mal, a hacer el ridículo, a sentir, a no sentir, a soñar y no conseguir, a tener y perder nos puede cortar las alas… Cómo ese miedo nos sesga la vida, cómo la limita y encierra en una jaula…
Y a medida que escribía decidí salir de la jaula más y más. Mi mundo se tambaleaba y en lugar de volver al rincón y encerrarme en esa niña triste, decidí plantar cara y seguir… Perdí casi toda la vergüenza y dejé que las palabras fluyeran a través de mí.
Escribí sin parar. Aún lo hago. Y muchas personas me siguieron con cariño y con ganas enormes de plantar cara también… Hubo magia en todo esto, mucha. No sé cómo ni por qué. Personas dándome las gracias por escribir cuando era yo la que estaba agradecida de merecer que me leyeran. Conecté muchas veces y aprendí millones de cosas de charlas improvisadas, mensajes, correos… No nos damos cuenta pero en el mundo hay mucha gente maravillosa que no lo sabe, que ignora su belleza y su valor y que necesita un empujón para notarlo. A veces es una palabra…
Cuando la gente se motiva y deja de lado miedos y derriba muros… Es increíble, saca lo mejor de sí y brilla. Yo me he sentido capaz de volar cuando algunas personas me han dado las gracias … Y he tenido que dar millones de gracias por su apoyo… Eso me hace muy afortunada, lo digo de corazón.
Cuando conectamos con otros y nos mostramos tal como somos, brillamos. Y cada una de las personas que me han leído, sea una o mil, todas importan y merecen mi agradecimiento, me han dado alas y ánimos.
Y gracias a ellas, a todas, a las que les ha gustado y a las que no, el lunes día 30 se hace realidad mi primer libro. Como decía el otro día, un sueño que huele a libro… Parte de su mérito es de aquellos y aquellas que me leen. Quién escribe no es nadie si nadie le lee… Y tampoco sin que nadie le publique y en eso también he tenido suerte y he encontrado quién confíe en mis palabras y quiera compartirlas más allá de las redes sociales.
Mi libro saca a la niña del rincón y le dice que puede, que por fin su dolor y el de muchas otras personas sale a la luz y tiene forma, que tiene sentido, que ha valido la pena porque le ha permitido madurar y aprender.
Un puñado de reflexiones que no sé si son acertadas, algunas sí y otras tal vez no, pero que están escritas con el alma desnuda y la osadía al límite, con toda la pasión posible…
Un puñado de palabras impertinentes, irreverentes y sobre todo, imprudentes… Porque ya nada se puede callar y todo debe poder decirse desde el respeto y las ganas de crecer. Porque lo que se calla araña y quema por dentro.
Seamos imprudentes y atrevidos, no nos quedamos a medias en nada porque la vida está para vivirla por entero. No nos quedemos con las ganas ni pidamos perdón por existir ni permiso para actuar… No molestamos nunca. No sobramos. No nos compensa el miedo más que a tener miedo… No nos encerremos en nosotros mismos ni fabriquemos nuestras propias jaulas… Corramos el riesgo de hacer lo que nos hace felices, aunque para ello tengamos que cambiar todo nuestro mundo establecido y calculado.
Me costó mucho pero ahora, de verdad, amo la imprudencia de mis palabras… Son vuestras también… Y prefiero pasarme a quedarme corta, a quedarme con las ganas, a existir a medias, a vivir a través de una burbuja.
Lo que más feliz me hace no es sólo ver hecho realidad este sueño, sino hacerlo con buenos compañeros de viaje, personas que me han apoyado y dado fuerzas cuando las mías flaqueaban. Quién tiene a su lado personas que le dan aliento y cariño tiene lo más grande… Un tesoro impagable que mantener y hacer crecer. El amor que damos y el que recibimos son nuestra motivación. Nuestros sueños ponen en marcha esta máquina maravillosa que somos nosotros mismos y creamos aquello en lo que creemos.
Muchas gracias por compartir este camino. Muchas gracias por leer mis palabras imprudentes…
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23 de May de 2016 en 16:37
Enhorabuena y mucha suerte.
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24 de May de 2016 en 10:48
Mil gracias 🙂
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23 de May de 2016 en 16:35
Enhorabuena y mucha suerte. Un abrazo
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2 de diciembre de 2015 en 15:02
Enhorabuena, y muchísima suerte con tu libro. Te deseo absolutamente todo lo mejor y más !
Prometo leerlo y aprender.
Un petó molt fort
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2 de diciembre de 2015 en 15:17
Muchas gracias! Petons 🙂
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1 de diciembre de 2015 en 16:21
Reblogueó esto en lamujerdelaluna.
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30 de noviembre de 2015 en 17:35
Enhorabuena! Ganas de leerlo!
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30 de noviembre de 2015 en 19:25
Gracias, cariñete! un abrazo 🙂
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30 de noviembre de 2015 en 8:21
Yo que también soy seguidor reciente, te doy mi más sincera enhorabuena por tu libro, me imagino producto de muchas catarsis, dolorosas y gozosas. Y por esa imprudencia que llama a la imprudencia, a la autenticidad, a la sinceridad, a la valentía; a despojarse de capas y capas de miedos, a transformar los sinsabores en sueños probables, y seguir soñando… siempre.
Un saludo cordial
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30 de noviembre de 2015 en 9:14
Muchas gracias por entender esa imprudencia como lo es, una rebeldía necesaria, un forma de reivindicarse y salir adelante… Gracias por tu apoyo! un abrazo 🙂
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29 de noviembre de 2015 en 21:32
Gràcies Mercè pels regals que ens fas a cada postal!!
Un petó guapi
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29 de noviembre de 2015 en 21:39
Moltes gràcies a tu Albert! Un petó 😉
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28 de noviembre de 2015 en 21:53
Gracias Mercè!!! Y nunca pierdas a esa niña, es preciosa!! 😘
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28 de noviembre de 2015 en 22:04
Muchas gracias guapa! La niña siempre está ahí 😉
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28 de noviembre de 2015 en 21:13
Gracias por hacer que el mundo sea un mejor lugar donde vivir.
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28 de noviembre de 2015 en 21:15
Gracias a ti!! Un abrazo 😉
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28 de noviembre de 2015 en 21:05
Muchas felicidades por su libro, es uno de los sueños que tengo pendiente. Me sentí muy identificada con este escrito.
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28 de noviembre de 2015 en 21:06
Muchas gracias! Me alegro mucho 🙂
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28 de noviembre de 2015 en 20:47
Desde hace un tiempo sigo tus palabras imprudentes, que me producen placer y paz. Es una ilusión esperar el regalo de tus escritos desde el alma desnuda, una obra de valentía y firmeza. Gracias por estar ahí.
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28 de noviembre de 2015 en 20:56
Gracias a ti por leerme 🙂 un beso!
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28 de noviembre de 2015 en 20:47
Que quieres que te diga…que era algo que se veía venir,que gracias por esa imprudencia de tus palabras que ha provocado las nuestras, el intercambio de sentimientos que han acabado por hacernos a nosotros,tod@s..que siempre hemos estado en comunión contigo…la imprudencia es querencia desatada,y ello da experiencia y formación… Gracias por ella,gracias por todo..esperó que sigamos en contacto,en confesion
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28 de noviembre de 2015 en 20:57
Claro que sí, mientras pueda, seré imprudente! un beso y muchas gracias por todo, por tus comentarios y tus reflexiones, por haber participado en este blog, por tus tuits y por compartir!! este libro es tuyo también 🙂
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28 de noviembre de 2015 en 20:38
Me’n alegro molt Mercè!! No m’estranya gens que et publiquin. Amb les teves paraules ets capaç de dibuixar tota mena de somnis i il·lusions, de la mateixa manera que un arquitecte dissenya les seves edificacions. El buscaré!!
Petons!!
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28 de noviembre de 2015 en 20:55
Moltes gràcies, Fredi! no ho he construït sola, tots els que hem llegiu m’ heu ajudat cada setmana 🙂 un petó!
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28 de noviembre de 2015 en 18:13
Los miedos son telaraña que busca atrapar los sueños. Y las palabras suspiro al viento que mece y da alas a los sentimientos.
A muchas personas nos ha pasado, escribir… Escribir para olvidad, recordar, sacar a la luz, apagarla y no mirar… Y sea cual sea la razón, terminamos bailando de su mano la música de … Nuestra identidad, ese «Yo» más nuestro, lleno de luz y real. Esa naturaleza es el perfume de la libertad.
Un abrazo de luz & gracias
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28 de noviembre de 2015 en 17:08
Gracias, yo no hace mucho que te sigo y te digo que lo que me engancha es lo que construyes con las palabras. Es muy chulo, ayuda, reflexiona y un montón de cosas más
Un saludo
Jesús Mari
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28 de noviembre de 2015 en 17:12
Muchas gracias 😉
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28 de noviembre de 2015 en 16:54
Yo quiero uno. Es un placer leerte y al mismo tiempo aprender de ti.
Un beso
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28 de noviembre de 2015 en 16:57
Besos 🙂
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28 de noviembre de 2015 en 16:48
Gracias
Y cuenta con uno para mí, ahora los que me gustan mucho los compro en papel parece que son más y en cualquier momento puedes volver a leerlo, tocarlo etc
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28 de noviembre de 2015 en 16:51
Un abrazo 😉 mil gracias!
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