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la rebelión de las palabras

No escuches a los cobardes

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desafío

Los últimos días algunas personas a las que quiero me han pedido que no escuchara a los cobardes. Que no permitiera que los que no se atreven me dijeran lo que debo o no hacer, que no me dejara arrastrar por los que nunca se dejan arrastrar por la vida cuando la vida les pone delante un reto, un desafío. Que escuchara mi voz, esa voz interior que se deja oír a veces y te sirve de guía para decidir sin brújula en la noche más oscura.

Es tan fácil juzgar a los locos cuando sus locuras fracasan… Hacer ese ejercicio irreal de ponerse en su lugar y decidir, cuando nuestra situación no es la misma ni estamos con ese pálpito que nos apresura a elegir una u otra opción. Qué fácil es reírse de los sueños de otros cuando no tenemos sueños ni nos arriesgamos nunca… Qué fácil apuntarse a una falsa sensatez que en realidad lo que esconde es una falta de valentía que nos deja muertos por dentro.

Y qué fácil es también quitar méritos a esos locos cuando después de lanzarse tocan sus sueños. Cuando después de una carrera de fondo, alcanzan la meta y tocan la campana y están llenos de vida. En ese momento, nuestra mente cansada y acomodada a la rutina inventa excusas y bálsamos para poder conformarnos y decirnos a nosotros mismos que en realidad esos locos saltaron con red, que lo tenían fácil, que se lo han regalado, que no merecen, que no valen, que son amigos de alguien… Excusas rancias y rupestres todas ellas para ocultar nuestro apego a la rutina, a lo fácil, a lo controlado, a lo gris… Para vivir de mirar como otros viven y alimentarse de chismes y rencores para creernos fuertes cuando en realidad somos flojos y tristes.

¿Dónde están los sensatos cuando se les busca? Los que son equilibrio, los que esperas que te ayuden a encontrar respuestas que están en ese ansiado punto medio donde no hace mucho frío, pero tampoco te quemas las puntas de los dedos… ¿Y los valientes? Esas personas que son capaces de ver los riesgos pero que buscan como franquearlos. Que a veces se lanzan. Que a menudo saltan obstáculos pero que otras veces los rodean o encuentran la forma de eliminarnos. Los que ponen valor a las cosas por lo que son capaces de ver en ellas por sí mismos sin obedecer a lo que otros ven… ¿Dónde están lo sabios cuando confundes el norte con el sur y el cielo con el suelo?

Es tan fácil mofarse del resultado cuando lo ves claro, cuando te enfrentas al marcador y sabes cómo acaba el partido… Cuando vas sobre seguro y no tienes que hacer la apuesta a ciegas. Lo duro es escoger cuando todo está oscuras. Cuando apenas palpas las formas e incluso te parece divisar a los lejos las orejas de un lobo que te escruta, medio oculto. Lo difícil es apostar por uno mismo y creerse válido, útil… Dar un  paso al frente y ofrecerse voluntario para intentar llegar a una cima sin conocer del todo el camino. Poner en la balanza el miedo y la ilusión y conseguir que lo segundo gane, que valga la pena, que compense… Confiar en tus habilidades, en tu capacidad de sobrevivir y en tu talento. Decirte que sí, cuando miras al mundo y algunos giran la cara y otros te advierten de que hace frío al otro lado. Y a pesar de todo, saber que puedes, que sabes, tocar casi lo que deseas porque es tuyo, porque te lo ganas, porque te has partido en mil pedazos por acariciarlo… Porque pertenece a los que saltan, a los que dan ese paso al frente.

Confiar en tu capacidad de caminar y calcular peligros, escoger las botas que llevarás puestas y la música que va a acompañarte en esta andadura complicada… Y decidir que pase lo que pase, compensa porque tú destino eres más tú mismo que tu reto.

Escuchar tu propia voz y las voces de aquellos que te entienden. Esos que saben cómo es tu esencia y conocen tu inquietud. Que te han visto muscular emociones y contar lágrimas para que no sean pocas y se te queden dentro, para que no sean demasiadas y te inunden la cara…

La verdad es que no se puede culpar a los “cobardes” porque no estamos en sus conciencias ni habitamos sus vidas. No conocemos a lo que piensan ni podemos juzgar sus sueños, sean o no asequibles. No podemos hacer como hacen quiénes nos llaman locos porque perseguimos aventuras que a ellos, sólo con imaginarlas, les dejan exhaustos.

Nos queda saltar, aunque nos partamos el alma y descubramos que no era agua sino cieno… Que las pendientes eran muy pronunciadas y las rocas del camino eran afiladas.

Porque pase lo que pase, lo más importante es seguir tu conciencia, buscar tu camino e intentar alcanzar tu techo para superarlo… Y tras ese, otro… Una sucesión de límites superados y sueños vencidos y abrazados. Porque somos una materia que muta y se expande, que se mueve, que gravita y se define por lo que la hace vibrar… Y si no vibramos, morimos. De mil formas, en mil estados. Hay quien muere para siempre y quién muere poco a poco, en vida, amarrado a una realidad ingrata y tóxica, a una necesidad absurda, a un suelo de baldosas que parecen imantadas para controlar sus movimientos y evitar que salga del perímetro acordado… Hay quien muere soñando que sueña y quien lleva siglos muerto sin saberlo.

Hay quien muere atado a una ilusión sin mover un milímetro de su cuerpo ni de su espíritu para conseguirla… Hay quien no para nunca de moverse, pero no va a ninguna parte pero no soporta la sensación de estar quieto y no hacer nada. No escuches a los cobardes porque nunca permitirán que hagas nada que ellos no harían, por temor a que les demuestres que se puede, por envidia al pensar que ellos pueden pero no quieren…

Lo importante no es sólo perseguir tus sueños, es sobrevivir a ellos.

Autor: merce roura

Amo la imprudencia de mis palabras...

15 pensamientos en “No escuches a los cobardes

  1. Enhorabuena, Merce! No se me ocurre una forma mejor de hablar sobre el tema de los «soñadores». Y los que no sueñan. Cuando fracasamos, era muy dificil, se veia venir. Y cuando lo conseguimos, teniamos padrino o en realidad no era tan dificil. Genial. Muchas gracias!

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  2. waw me sentí muy identificada , bravo !!!! genial !!!

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  3. Ayer estuve hablando con otra emprendedora de esto mismo. Como tengas un ancla tirando para abajo, se hunde tu proyecto y te hundes tu.

    Del ejercicio de ponerse por cuenta propia, la mayor lección que estoy aprendiendo, es que es perfecto para:

    .- Conocerse a uno mismo. Yo ya sabía que me quería mucho, pero no imaginaba que tanto!. Y a dios gracias, porque hay muchos días que solo puedes contar contigo a la hora de tomar decisiones.
    .- Encontrar los límites, y traspasarlos. Lo que dices, hay veces que te atascas, y por cuenta ajena tienes muchos más recursos, pero normalmente acabas haciendo una ñapa en lugar de dar con la solución. Por cuenta propia, tú eliges, hacer una ñapa, o dar con la solución. Allá tu conciencia 😉
    .- La energía. Aprender que si las gastas en problemas que no tienen solución ya mismo, nunca llegarás al día que si tengan solución.

    Y lo más importante, nunca conoces tus verdades capacidades hasta que todo se retuerce, y ves que no hay más escapatorias. Hasta ese momento no bajas los pies al suelo, y es entonces cuando todo lo aprendido por el camino te ayudará a fiarte de tu intuición y salir hacia aquí o hacia allá con paso firme, porque como lo des flojo, saldrás volando otra vez 😉

    Son Geniales tus artículos porque se nota que salen de dentro… Y eso maja, es un faro en la oscuridad para los que se pierden..

    ¡¡Mil gracias!!!

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    • Justo a eso me refería. Lo escribí desde dentro porque tomé una decisión… Escucharme a mí misma y mi intuición… Y decidí saltar… Porque sé que saldrá bien y porque me lo debía. Mil gracias por tu aportación. Un abrazo 😉

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  4. Un mateix és el seu propi somni. Si sap com potenciar-se…sí, ho sap. Després hi ha la tirallonga -més o menys- de ‘però’, injutjables, perquè dins els peròs sempre hi ha algun % de ‘fer’.
    Abraçada!

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  5. Saludos Mercè!! En referència al comienzo de esta postal, no me creo capaz de decir a nadie lo que debe o no hacer, a quien escuchar o no escuchar… «No estamos en sus zapatos». Cosa diferente creo que es sentir la propia voz «esa voz interior que se deja oír a veces y te sirve de guía para decidir sin brújula en la noche más oscura». Ahí sí que podemos hacernos fuertes y comentar, con los que nos quieren y a los que amamos, lo que nos sugiere…
    Felicidades una vez más por regalarnos otra extraordinaria reflexión. Gracias!!

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  6. «Lo importante no es sólo perseguir tus sueños,es sobrevivir a ellos» dices como colofon..y es lo que yo te hubiera dicho..no creo que sean cobardes, yo los llamaría dubitativos,precavidos, rendidos..en ese orden ,creó que se llega cuando las circunstancias te son adversas y te pillan por sorpresa..comprenderlo es necesario.. Y huir de apegarse a su estado de ánimo ,para progresar y encontrar tu futuro si te sucede, es obligatorio…saltar sin red no es fácil,sólo se hace cuando no se puede ir hacia atrás …COMPRENDERLO Y ENTRAR EN DUDA ES TODO UNA..PERO LLEVA A ENCONTRAR LA SOLUCIÓN.. No crees?

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  7. Pingback: No escuches a los cobardes Por @Merceroura | Bi...

  8. «Tú destino eres más tú mismo que tu reto». Encantado de sentir tus palabras resonar una y otra vez en mi interior. Gracias Mercé.

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