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la rebelión de las palabras

Burlar al destino

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Hace unos días, Mónica escribió en mi blog un comentario. Unas pocas palabras que han dejado algunos arañazos en mí las últimas semanas. Me pedía que escribiera algo sobre las personas enfermas de cáncer, como ella. Yo estaba en un tren cuando lo leí y una punzada me atravesó el pecho… ¿Sabes qué pensé, Mónica? que no sabía qué decirte que no sonara tópico o pareciera vacío. Que serías tú quién podría darme lecciones de superación. Que no sabía si podría encontrar las palabras para expresar algo que te sirviera para afrontar esos momentos duros que seguro te sobrevienen cada día. No quería usar expresiones de un optimismo casi infantil (un tipo de optimismo no sólo muy necesario sino capaz de conseguir cambiar el mundo) porque podría parecer que frivolizo con un tema muy serio que afecta a muchas personas, por desgracia. Como si intentara forzar una sonrisa cuando las lágrimas brotan de tus ojos cansados y desesperados y te contara estupideces. Siempre he pensado que cuando alguien está desesperado, lo peor que otro puede decirle es «tranquilo, no pasa nada o todo irá bien» porque es una afirmación que intenta ayudar desde una perspectiva tan ignorante que parece una frivolidad. En ese momento, tal vez lo mejor es decir «aquí estoy, contigo» aunque eso sirve de poco para la solución y sea más una compañía para el trance.

Aunque de ninguna forma voy a decirte que te conformes, Mónica. Me niego a que te rindas…  Tú me decías en tu mensaje «soy una enferma de cáncer» y eso me pareció terrible… Lo primero que pensé es que, aunque esa enfermedad ocupe parte de tus horas y machaqué muchas de las alegrías de tus días, tú no eres eso. Eres mucho más, mil veces más… Una persona. No sé si eres madre, pero seguro que eres hija. Compañera, pareja, profesional,  un ser humano con muchas cosas por ofrecer y sentir… Una persona que se merece ser calificada como algo más grande que su dolencia, que su enfermedad. Por eso, te pido que no dejes que te defina, no dejes que cerque tu mundo y no te quede en él espacio para nada más… No te pongas esa etiqueta, porque entonces le das protagonismo y la protagonista de tu vida eres tú, Mónica. Déjate espacio… Las personas son seres demasiado maravillosos como para estar sujetos a etiquetas o definirse sólo con cinco palabras y más si una de ellas duele y se clava…
Siempre he defendido que las palabras son muy importantes y que somos las palabras que usamos para definirnos. Encuentra las palabras para definirte con esperanza, con ganas de batallar y vivir. Lo que no significa que no seas consciente de tu situación, la aceptes (sin resignación , por supuesto, porque eso derrumba y apaga) y encuentres la forma de superarla.
Todo lo que nos pasa en la vida lleva un mensaje. Lo sé, ahora seguro que piensas que es ironía y que es muy fácil decirlo desde fuera, pero creo en ello. Yo hace mucho tiempo que intento escuchar a mi cuerpo que me dice que me paso, que le presto poca atención, que me dejo llevar por las emociones (cosa que no está mal) pero que lo hago sin apenas notarlas ni analizarlas, sin sacar de ellas esa moraleja que llevan. El cuerpo nos habla y a veces no le escuchamos y entonces nos habla más fuerte y nos grita. A mí me ha gritado algunas veces. Sus gritos son espeluznantes. Nuestros dolores creo, y eso dicen algunos expertos en la materia, son la forma en que nuestro cuerpo nos avisa de que hay algo que no funciona en nosotros… Somos un todo, si el alma sufre, el cuerpo también.
No quiero con esto decir que lo que nos pasa sea culpa nuestra, eso nunca. No hay culpas, de nadie. No te mereces esto, Mónica, nadie lo merece. Mereces felicidad. Y puesto que mereces lo mejor, estás obligada a buscarlo, como sea, sin parar pero con suficiente paz interior como para no perder detalle de lo que pasa a tu alrededor.
Nos hacemos tanto daño a nosotros mismos… Somos nuestros más crueles enemigos, a veces. Suena mal, pero es cierto. Y en esta afirmación no puede haber remordimiento… Jamás, eso nos traería sólo más dolor. La parte positiva que yo le encuentro a eso tan amargo es que si somos capaces de hacernos daño, significa que tenemos mucho poder sobre nosotros mismos. Y por tanto, nos podemos hacer mucho bien…
Requiere un trabajo titánico,un esfuerzo salvaje… Aunque nada que nosotros no podamos conseguir. Estamos diseñados para ello. Estás diseñada para sentirte bien y quererte. Para buscar la palabras que te curan y los pensamientos que día a día te abrirán camino. Para que eso haga que todos los tratamientos que tus médicos te administren tengan un efecto mayor y más rápido.
No quiero darte esperanza frágil, volátil, vacía… Pero, perdóname si necesito hacerlo porque, creo en ello firmemente. Y voy a darte esperanza porque la hay y porque tú también la necesitas.
Y mientras luchas, no como una loba desesperada sino como una mujer valiente y segura de sí misma, haz lo que sueñes y desees. No te coartes, ni te cortes. Ríete de aquella Mónica que un día no se atrevió a hacer algunas de las cosas que soñaba y se quedó corta y perdónala porque no sabía más. Esta Mónica de ahora es la que cuenta porque es más sabia y madura. Que no te importe esa parte del mundo que no entiende, quédate con el que te ama porque no hay tiempo que perder en mentes estrechas ni amistades mediocres… ¿quién puede darte lecciones ahora?
Quiérete tanto que notes cuánto, que te sientas acompañada por ti misma. No temas nada porque el miedo nos frena y los frenos nos sujetan al pasado ¿qué más queda que temer ahora?
Prepárate para vivir, haz planes para hoy, para mañana y para el futuro. Que tu camino sea tuyo y no se condicione por nada ni nadie.
Haz una lista de lugares que pisar y de verdades que contar… Y prométete que la llevarás a cabo aunque te cueste cien años…
No quiero osar a decirte que te animes, podrías odiarme con ganas… Pero ¿Qué otra opción hay, Mónica? la única es vivir y escuchar lo que sientes y saber qué eres inmensa, tanto, que no te contienes en una palabra, por mucho dolor que arrastre. No hace mucho, un amigo que superó una situación parecida a la tuya, me dijo que le había salvado su espíritu de supervivencia, una fuerza interior que en todo momento hizo que tuviera claro que debía plantar cara… Algo que «ni siquiera sabía que tenía hasta que le invadió por completo esa necesidad de sobrevivir a toda costa». Y cada día era un desafío, una forma de burlar a un destino que parecía encaprichado por en no dejarle escribir su futuro. Y a partir de ahí, se dedicó a llevarle la contraria, a cambiar cosas que no hubiera cambiado antes y no dejar que nada fuera como parecía predestinado, a poner su mundo patas arriba… Parece una pequeña locura, pero le sirvió para demostrar que era él quién mandaba y no una fuerza sobrenatural obstinada en determinar sus días y sus posibilidades de vivir… Se obstinó en que nadie escribiera su historia más que él. Escribe tú misma la tuya, Mónica. Tú mandas, tú lideras tu vida. Fluye y siente, pero lleva el timón. Sé la excepción, sal de la norma, lleva la contraria y ríete de  los destinos escritos y determinados. Burla a la ciencia, burla a la estadística y ríete en al cara de quién te diga que no puedes. Y si todo parece que se derrumba, date permiso para gritar y maldecir un rato antes de volver a la carga… Si hay un momento para ser más tú misma que nunca es ahora.
Me has dado mucho qué pensar, Mónica, mucho, no imaginas cuánto. Te daría las gracias si no me pareciera terrible agradecer a otra persona que comparta conmigo su dolor en un instante tan bárbaro. Aunque necesito que sepas que has hecho que mi mundo sea más sólido y que me de cuenta, por si lo olvidaba, de que lo único importante es vivir y amar. Porque después de leer tus palabras en mi correo, todo lo demás parece absurdo y puedo apreciar este momento con la intensidad que merece. He pensado mucho en ti, Mónica. En lo absurdo de discutir por un «tú me dijiste y yo te dije» en pelearse por quién va en la cola del super, estar pendiente de lo que piensan los demás o en sentirse mal porque pensamos que no nos queda bien una camisa… Cuánta idiotez y mezquindad acumulamos en nuestro día a día, cómo nos empequeñece el miedo… Qué ciegos estamos a veces, cuánto ego y orgullo inútiles… Tus palabras se han llevado de golpe tanta tontería… Ojalá nos quedaran grabadas en el alma y nuestra parte maravillosa y humilde nos acompañara siempre…
No quiero olvidarme de algo muy importante. No estás sola. Estamos aquí, aunque a veces seamos una compañía de pacotilla. Hay muchas personas con ganas de tenderte la mano, seguro. Yo tengo mis palabras, a veces  desafortunadas, pero dispuestas a arroparte aunque no te sirvan.
Para mí, no eres una enferma de cáncer, Mónica … Eres una luchadora, una mujer que planta cara, que desafía al destino, que ha compartido conmigo uno de sus momentos más duros… Una superviviente.
Seguro que nada de lo que te he dicho te consuela, tal vez incluso te irrita, te pido perdón de antemano y suplico disculpes mi osadía y torpeza. Un abrazo…

Autor: merce roura

Amo la imprudencia de mis palabras...

23 pensamientos en “Burlar al destino

  1. Me encanta tu franqueza combinada de sabiduría, espiritualidad y deseo por luchar para alcanzar nuestros sueños. Hoy, desde la tierra del Café en Colombia, seguiré leyendo cada uno de tus blogs.

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  2. precioso texto, gracias, me ha llegado.

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  3. te sigo hace un tiempo largo…desde que te encontré por casualidad..a veces iluminás mis dias mas negros.Gracias desde Córdoba-Argentina.

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  4. Hablar de este tema es «algo muy personal», Mónica..y lo digo así porque depende de cada uno,de su entorno, y de la relación que haya entre ellos..yo he tenido que vivirlo 4 veces..2,tíos y mi mujer..los cuatro los hemos superado viviendo los igual:tomándolos como lo que es-una enfermedad que o es ella o tu..y que de tu ánimo depende que te venza y pases días hundid@ o digas voy a por ti..si te gana te gana,pero tu has hecho lo posible para vencerla y disfrutar y luchar todos los días.. Si hay que » quemarse el pelo..»lo tomas como el que tiene que tomarse una pastilla o una inyección que duele al administrarse,para curarse,como las heridas,algunos medicamentos duelen..y si te hace vomitar,se vomita y se sigue..los que te quieren te quieren ver viva y tu quieres verlos mucho tiempo..no quieres morirte ni ellos tpco lo quieren ver.. Y así de lucha,así se vive..y se pierde? Que no sea por haberse rendido ,por no haberse quemado el pelo,o no querer vomitar.. Es algo temporal todos estos síntomas,cuando todo pase será un recuerdo y un motivo para seguir celebrando cosas..a por ello,Mónica..ahí estamos muchos..y hemos salido..y si vuelve a VISITARNOS seguiremos recibiéndolo igual..por que queremos vivir y disfrutar de los nuestros y lo nuestro..

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    • gracias por tu aportación 🙂

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      • Es muy cierto Monica escribir sobre el cáncer enfermedad que deja muchas familias decepcionadas, frustradas, desilusionadas y desencantadas de vivir por tener a una persona que padecio ese mal, y después de perder poco a poco el dominio de todas sus facultades anímicas y su bello, frondoso copioso y exuberante cabello deja de existir.
        No es menos cierto que es un enemigo muy poderoso al cual nos tenemos que enfrentar con un valor, fuerza, empuje, valentía, efectividad, audacia, osadía y arrojo que solo Dios nuestro creador nos da al crearnos en el vientre de nuestra madre para vivir con alegría y felicidad cada momento desconocido por cada ser humano hasta que nos enfrentamos al enemigo más común (la muerte). Estare orando por tu sanidad completa amiga; te lo informa alguien que hace 21 años le diagnosticaron esclerosis múltiple y le informaron a mi esposa que tenía la posibilidad de durar un año máximo tres y, todavía sigo con vida.. Si deseas enterarte de cómo fue escribi algo al salir del hospital, en el año 1994.

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      • Gracias por tu testimonio! un abrazo 🙂

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  5. Rezo por tí, Mónica.

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  6. Al destino se le burla viviendo el presente. Hoy es el futuro. Cuando existe la incertidumbre, hay que vivir con ella, pero sin temerla. Se que es muy fácil decir esto, Mónica. Pero es una de tus tareas, y de los seres que te quieren y están a tu lado.
    No se si tras toda la fuerza que ha volcado aquí Mercè, mi triste prosa te servirá de algo. Pero, Mercè, permitidme que os haga partícipes de algo que ya hace algún tiempo escribí. Creo que en aquel momento, mas para convencerme a mi mismo de la lucha que era necesaria: http://palabrasdesdecordoba.blogspot.com.es/2011/08/lectura-para-una-tarde-de-verano.html

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  7. No estas sola Mónica, apóyate sobretodo en tu familia y médicos, y como bien dice Merce, planta cara a la enfermedad con la mejor versión de ti. Estamos contigo y lo que necesites no dudes en pedirlo, trata de descubrir la gran fuerza en forma de fortaleza que hay en tu interior, fe en ti misma y vida es el mismo trayecto y el camino tu personal forma de como lo interpretes. Mucha fuerza y nuestros mejores deseos para tu proceso de curación !!!

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  8. Carai Mercè: m’has fet plorar!! Endavant /adelante Mónica, força: no estàs sola!!
    Jo he estat voluntari en l’acompanyament a malalts que pateixen el càncer i a llurs familiars… és durillo, sí, però de ben segur que ho superaràs Mónica.
    ❤ ❤ ❤

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  9. Tu puedes Mónica! Yo tuve uno y luché y aquí estoy. Cuéntalo a los demás, ellos te ayudarán, pero en este largo y difícil camino q recorrer, la más importante eres TÚ. Tienes q encontrar un aliciente por el que luchar, para mí fueron mis hijos q eran muy pequeños.
    Cada mañana tienes q aferrarte a la vida y pensar q eso es solo una caída, q lo vas a superar!
    Mucho animo guapa!
    Un besazo

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  10. Un abrazo Mónica. Un abrazo Mercè. Detras de estas letras hay tanta humanidad, la de nuestros corazones unidos sintiendo el mismo dolor y el mismo amor de toda la especie humana. Doy gracias a las palabras y a este inmenso campo emocional que nos une queridos amigos.

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  11. Quiero mandarte un beso, Mercè, y dos a Mónica. Nada me complacería mas que un abrazo a tres bandas, mirandonos a los ojos. Que cortas quedan a veces las palabras….

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  12. Mónica … Eres una luchadora, una mujer que planta cara, que desafía al destino, que ha compartido conmigo uno de sus momentos más duros… Una superviviente. Me uno a Mercè a darte un fuerte y enorme abrazo porqué así lo siento, lleno de energía hacía a ti, allí dónde estés.

    Gracias Mercè!

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  13. grande como siempre pero esta vez mas si es esto fuera posible

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