merceroura

la rebelión de las palabras

Iba a ser un compendio de quejas y se quedó en un presunto poema de amor

16 comentarios


Ella, presa dulce. Siempre subida al trapecio, haciendo equilibrios para no caer ni decantarse. Tan frágil y a la vez tan elástica. Tan viva y a la vez tan cansada. Un cuerpo pequeño, mitad mujer y mitad piraña. Siempre deseosa de tragarse al mundo y quedar oronda y satisfecha… Siempre deseosa de encontrar una montaña más alta, un amor más dulce para contar la historia y que todo el mundo sepa que ha sido amada… Por si alguien lo duda, por si alguien cree que no es digna y el amor sólo le llega de esperar migajas bajo la mesa o arañar besos equivocados a oscuras. Ahora está bastante harta de esperar y quedarse quieta, de recordar que antes bailaba…

Ella siempre siendo lo que otros piensan que sueña, lo que otros dibujan en un papel doblado. Siendo el personaje, la rima fácil, el sueño tangible… Cambiando de rostro y esperando que le des tu aprobación para que todas sus moléculas sean tuyas y exista a través de tus suspiros y se esculpa a través de tus ojos. Deseando robarte una caricia, esclavizada a tus pupilas… Suplicando que la sigan y no la pierdan de vista, anhelando que la suelten para bajar del trapecio y volver a ser bailarina.

Ella, bailando este vals perverso a tu son, cubierta de escamas de tanto esperarte, de esconderse tras tus cortinas y enredarse en tus pliegues de hipocresía buscando encaramarse en tus brazos y morar tras tus oídos… Vivir en tus pestañas… ¿No la ves llorar porque no la miras? ¿No la ves penar mientras no te inquieta nada más que afilar tus zarpas y capturar otra presa más silenciosa, más sumisa, más arrastrada?

Ella, colmada de suspiros y repleta de llantos contenidos. Sueña con ser otra y satisfacer tus pensamientos, colmar tus encías… Pero se queda a medio camino, porque es tan lista que sabe que los días de fiera amaestrada se le acaban, que toca recoger las lágrimas y dejar de arrastrar la falda… Sabe que las hojas caídas se amontonan en su entrada creando un tapiz ocre que le recuerda que el otoño está entrando en su vida imparable y que la puerta se abre y va a salir al mundo a buscar lo que no encuentra en ese hueco que le dejan tus miradas burlonas. Ella que ha sido loba y ahora está petrificada, ella que surcaba las noches en busca de batalla y presa fresca y ahora caza de oído, con la vista y el olfato casi muerto le recuerda que en su interior habita una bestia dormida… Una bestia hermosa.

Ella y sus quejidos dulces, viviendo de acumular lamentos. Con los cajones del alma siempre revueltos y las noches en vigilia imaginando que se decide, que deja de inspirar en la habitación buscando tu olor y esencia y desesperándose por notar que la roza, que la abraza. Necesitaba contar una historia y subir una montaña. Necesitaba devorar un sueño y quedar harta… Y se metió hasta las rodillas en un fango cenagoso y quedó atrapada… Tus manos la dejaron prendida porque dibujaron caricias que nunca llegaron… Porque inventaste palabras que ella jamás había escuchado y se las susurraste al oído mientras inventabas un tú distinto que la colmaba de miradas y besos a distancia. Una seducción amarga, una teleraña inmensa…

 Ella sabe que sus días de correa y rincón han terminado. Las bestias son bestias y ella no es mansa.

Sigue cansada en un rincón y te mira con ojos llorosos y hocico mojado. Te busca con las esquinas de su boca roja y agotada de rondarte el beso… Te huele para saber cómo estás hoy de sabroso por si se decide a hincarte el diente… Sin pedir permiso, sin que sepas de dónde viene el bocado… ¿No te das cuenta de que tienes a un fiera atada? ¿No ves que si no la miras se ofende y si se ofende va por ti y te devora el alma?

Ella, que lo ha dejado todo por dorar tu rincón, subir en tu trapecio y morar en tu jaula… Se va, está lista y se desliza hasta el suelo, con sus pies pequeños y su mirada de plata.

Este vals perverso entre dos bailarines locos se acaba.

¿No lo veías venir? ¿No prefieres darle la llave de la jaula y suplicar que se quede?

Autor: merce roura

Amo la imprudencia de mis palabras...

16 pensamientos en “Iba a ser un compendio de quejas y se quedó en un presunto poema de amor

  1. Lo primero que me viene a la mente después de leerte es-diselo..que si no te da cariño ,aunque le queres te perdera, que amar no se puede inpedir,pero que convivir ,que vivir para alguien exige del otro un cariño y mimos….eso a ella…..a el……que se de cuenta……a los dos…que pese a la edad,o el tiempo de relación…la pasión no se puede dejar apagar

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  3. Eterno problema y no por evidente menos cotidiano.
    Precioso el relato, en la forma y en el fondo, yo creo que no es presunto, sino cierto
    Y me abono a tus quejas. Yo tengo un pequeño poema, que colgaré dentro de poco, que es queja resuelta y tiene forma de poema. Al menos aspira a serlo, jajaja

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  4. “Este vals perverso entre dos bailarines locos se acaba.” i on aniran? Hi han més sales de «ball». (Subsanat error del corrector)
    Felicitats!

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  5. «Este vals perverso entre dos bailarines locos se acaba.» i on aniran? Hi han més sales de valls.
    Felicitats!

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  6. Precioso como siempre .Muy difícil hablar del amor,ese que no entiende de edades ni de sexos y que siempre trae en vilo nuestros corazones.Un abrazo

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  7. Reblogueó esto en Las Cosas de Enrique #etarrago en WordPressy comentado:
    Otra de merçé que nos deja con un amargo sabor a realidad

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  8. Tan cierto que hasta los puedo ver. MB.

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  9. El meu recolzament incondicional per a qualsevol decisió que prenguis 🙂

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