Este país clama desesperado a Don Quijote. Necesita un ingenioso hidalgo de donde fuere; un genio, un loco que arrastre las sombras y sea capaz de cabalgar rumbo a la nada sin más miedo que el de perder las ganas y dejar el honor tirado en una cuneta.
Nos hace falta su escuálida figura, su verbo grácil y exaltado, su sentido de la ética y la gallardía… su sed de justicia y piedad… Buscamos su pasión por las causas justas … su don errático, su ilusión desmesurada… su jamelgo triste… su mirada traslúcida… sus ojos delirantes capaces de ver agua en la tierra yerma y seca… y de encontrar belleza en la vulgaridad.
Nuestro camino está repleto de gigantes disfrazados de molinos de viento, de causas perdidas y de agravios por desfacer…
Andamos necesitados de su espada torpe, su mente ebria de letras, historias y sueños, su conciencia limpia, su esperanza desmesurada … su lucidez insana.
Necesitamos un Quijote valeroso para que nos saque de la náusea, nos despierte de la modorra, que nos ayude en esta travesía tan ardua…
No las oímos, pero nuestras vísceras lo llaman atolondradas y ansiosas. Dicen su nombre sin parar mientras el mundo nos mantea y escarnece al intentar mantenernos en pie y resistir sus embates.
Queremos un Quijote. Que nos guíe, que nos recuerde nuestras gestas pasadas, que reavive nuestras glorias… que nos haga sentir vivos… que nos recuerde que tenemos valores y principios.
Un hidalgo pobre y cansado, que se parta el semblante por nuestras penas, que nos llene la cabeza de pájaros, que nos desate la risa… Un hombre que cabalgue con escudero fiel y yelmo abollado, buscando la virtud y confiando en la decencia…
Un caballero que acabe preso en una jaula, tomado por loco y repudiado… y aún conserve el valor en la mirada.
Necesitamos un Quijote. Un hombre con dudas que a pesar de todo conserve intacta la esperanza…
Alguien que recuerde que es mejor siempre hacer el ridículo que permanecer sin hacer nada.
merceroura 
3 de noviembre de 2013 en 10:45
Como artículo poético es magnífico, Mercè, y también formidable en la forma y en la intención pero, por una vez (sin que sirva de precedente), discrepo.
No necesitamos locos solitarios, ni idealistas ciegos y desmesurados, no necesitamos que nadie “nos salve”
Estamos demasiado acostumbrados a adjudicar nuestros males a algo o alguien, a las circunstancias (crisis, gobierno, sistema financiero…), a este “país de ignorantes y envidiosos”, etc. y, por ende, a pensar que alguien o algo debe darnos la solución a nuestros problemas.
Yo creo que, antes que otra cosa, necesitamos salvarnos a nosotros mismos, aprender a ser y no a desear, a apreciar el valor de lo que no tiene precio, a amar todo lo que merece ser amado, a ser conscientes, a no abandonarnos.
Entonces, con un cuerpo sano y fuerte, no hará falta ningún médico que nos cure, ni temeremos a parásitos o depredadores.
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3 de noviembre de 2013 en 10:55
El valor de lo que no tiene precio… Eso es lo grande, lo incalculable! Gracias!! Un beso 🙂
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27 de diciembre de 2012 en 18:46
Es verdad,necesitamos un Quijote tod@s que nos ayude a salir de esta telaraña en la que nos han metido,que nos paraliza y solo nos lleva a una muerte segura.Como siempre,preciosa reflexión.
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10 de octubre de 2012 en 16:44
Así es…… necesitamos Quijotes y Quijotas, necesitamos a varios que nos hagan volver a tener esperanza, que nos hagan creer y convencer que otro futuro es posible, que la resignación no es el arma adecuada, que logren que la ilusión vuelvan a correr por nuestras venas, que nos hagan vibrar con un presente mejor, que no les importe golpearse una y otra vez contra esos grandes y toscos muros de piedra de esos molinos que NO hemos colocado nosotros, que luchen sin extenuación una y otra vez intentando encontrar una rendija en la que poder traspasarlos, en que carguen una y otra vez aún ha sabiendas que la misión es cuasi imposible, que incluso serán criticados por intentarlo, que el escarnio, la burla e incluso la amenaza les esperan, que sueñen despiertos, que crean que lo utópico es posible……
Sí nos son necesarios.
Gran texto Mercè!
Muchas gracias
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8 de octubre de 2012 en 22:35
La lealtad… difícil de encontrar en estos tiempos… 😉
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8 de octubre de 2012 en 0:15
Como siempre, fantástica redacción!
Necesitamos un Quijote que se bata contra los Molinos sin miedo a ser volteado y que vuelva a arremeterlos si cabe con más fuerza…y, si necitamos un Quijote o una Quijota…seguramente necesitemos cientos de Sanchos o Sanchas Panzas fieles, nobles, capaces de seguir a su hidalgo caballero al fín de los confines… Un Quijote y muchos, muchos Sanch@s…
Felicitats Merce
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7 de octubre de 2012 en 20:40
Un quijote? No veo a nadie ahora, solo veo personajes que hacen lo que les dicen y se mantienen en un rincón. Además, con uno solo… Harían falta muchos y colocados estratégicamente y encima que estuvieran de acuerdo con un solo lema. Y esto no lo veo yo…, tal vez mejor, seguro, Quijotas!
Felicitats!
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7 de octubre de 2012 en 20:47
Una Quijota también sería una buena opción… ¡sin duda!
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Pingback: @merceroura: Necesitamos un Quijote
7 de octubre de 2012 en 12:00
Buenos días Mercè y compañía.
Seguramente necesitemos un Quijote; (perdón, ¿el femenino de Quijote? qué igual nos resuelve más y de otros modos).
Lo que si tengo por seguro, que del recuerdo del pasado quede sólo el conocimiento para no volver a tropezar, y caer, con los mismos molinos, digo piedras, Qué ese recuerdo sea de sabiduría y no de añoranza. Ningún tiempo pasado fue mejor. El bueno, el que queremos, el que debemos procurar, está por construir.
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6 de octubre de 2012 en 23:55
Independientemente de la impecable redacción, muy muy lindo.
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7 de octubre de 2012 en 9:43
Muchas gracias 😉
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6 de octubre de 2012 en 9:54
«Don Quijote soy, y mi profesión la de andante caballería. Son mis leyes, el deshacer entuertos, prodigar el bien y evitar el mal. Huyo de la vida regalada, de la ambición y la hipocresía, y busco para mi propia gloria la senda más angosta y difícil. ¿Es eso, de tonto y mentecato?.»
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6 de octubre de 2012 en 13:35
Es de persona de pies a cabeza… de ser humano compacto, de todo aquello que necesitamos ahora…
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6 de octubre de 2012 en 9:48
Precioso Mercè!
Pero que no acabara preso en una jaula tomado por loco, sino rodeado de seguidores, sería lo verdaderamente genial.
Un beso
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6 de octubre de 2012 en 21:14
Jaulas hay muchas, las peores, creo, son las que construimos nosotros mismos poniéndonos barreras mentales… gracias 😉
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